La problemática ha sido muy bien planteada por Mariano Fernández Enguita y Susana Vázquez Cupeiro en “La larga y compleja marcha del Clip al Click”, por lo tanto esta reflexión apunta a describir, desde nuestra perspectiva, lo que ocurre en la Argentina, analizando cuándo y en qué contexto las tecnologías se multiplican, mutando desde ser meros instrumentos, a convertirse en entornos y, al decir de Kundera, enmudecen. También reflexionaremos sobre la historia de los libros impresos, planteando que éstos, en menor medida, sufrieron el mismo proceso.

“Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo.”
MilanKundera

A modo de introducción

Entre la oralidad y la pluma fue gestándose a los tropezones la República Argentina, la palabra escrita de la ilustración enfrentada con las trovas de tradición hispanoamericana. El relato de los ilustrados se cocinaba en la prensa, con letras de molde, meditadas y mordaces. Las hazañas de los caudillos, en su mayoría terratenientes, cuyas milicias estaban integradas por sus propios peones y capataces, eran verseadas por la peonada de un modo más romántico pero no menos pícaro. Sus rimas brotaban al son de las guitarras y del vino en las pulperías, que paradójicamente, también pertenecían a sus patrones. Así, la disputa entre patriotas y realistas que nos legaron las guerras de la independencia, fue trasmutando en una dialéctica muy particular entre escribas y trovadores. Dicho de otro modo unitarios y federales, los primeros georreferenciados en “el puerto” y los segundos en “el interior”. Entre las curiosidades de este proceso podemos decir que nuestro iconográfico caudillo federal y popular, Don .Juan Manuel de Rozas, fue un poderoso terrateniente, proveniente del seno de la oligarquía porteña, mientras que, quien encarnó los ideales unitarios fue Domingo Faustino Sarmiento, nacido en una humilde familia cuyana, autodidacta a fuerza de la pobreza.