8 de noviembre de 2019

El trabajo docente, oficio y profesión, requiere de una minuciosa preparación para lograr una formación inicial consistente y además de actualización permanente y continua. Esta preparación, considerada como “formación”, es la que puede dar respuestas a diversos requerimientos y demandas que a diario se presentan en el oficio docente. La construcción de herramientas conceptuales sólidas, y también suficientemente flexibles para adecuarse a los cambios, parecen ser parte de los “tesoros” que se necesita en estos tiempos, que se perciben vertiginosos, y a veces algo confusos en el ámbito educativo.

Este oficio docente, que requiere de un trabajo de permanente socialización, nos hace reflexionar y presentir de que no se puede “estar” en la escuela sin “estar” con otros. Tampoco se puede transitar por la experiencia de enseñar sin ese otro. Esto define al hecho educativo, al oficio docente y al acto de enseñar, sobre todo.

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