19 de julio de 2019

Zózima González Martino. Montevideo. Uruguay
Las matemáticas están presentes en la vida cotidiana. Se requiere innovar la didáctica aplicada, construir una idea positiva de su valor.
El reto es analizar las diversas situaciones cotidianas en las aulas. Este trabajo refiere al valor de las matemáticas y a la necesidad de humanizarlas.

Las matemáticas son, sin duda, uno de los más preciados patrimonios de la humanidad. Juegan un papel importante en la sociedad, están presentes en cualquier faceta de nuestra vida diaria. Las maravillas tecnológicas y el avance vertiginoso de las mismas se deben, en gran parte, a la investigación que se desarrolla en matemáticas a lo largo de todo el mundo.

Las matemáticas son importantes en el avance de la ciencia y la comprensión del funcionamiento del universo. Equipan a los estudiantes con un potente conjunto de herramientas que les permite actuar en el mundo. Constituyen un elemento insustituible de formación en el rigor, formalismo, razonamiento y, al mismo tiempo, desarrollan la intuición y el espíritu crítico.

Sin embargo, son, en gran medida, una ciencia incomprendida por el público en general.

A pesar de la importancia reconocida de esta materia, es posible identificar grupos de niños, jóvenes y adultos poco interesados en el desarrollo de su destreza matemática; más aún, se constata que algunos estudiantes experimentan desasosiego y rechazo cuando la hora de la clase de Matemática se acerca.

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La evolución reciente de la demografía, combinada con factores sociológicos y económicos, está llevando a una situación difícil; los estudiantes de matemáticas son cada vez menos numerosos.

Cabe resaltar que esta situación poco optimista se produce en un momento en que las matemáticas han obtenido éxitos espectaculares en su desarrollo interno y en su aplicación a otras ciencias: la tecnología de las comunicaciones y del tratamiento de imágenes, la revolución informática, las nuevas metodologías de análisis de los mercados financieros, los avances en el tratamiento de grandes masas de datos, los procedimientos sofisticados de predicción meteorológica.

Este rechazo a las matemáticas es consecuencia directa de la influencia de variables de naturaleza cognitiva y emocional: por una parte, la dificultad objetiva de las matemáticas como disciplina y, por otra, la manera subjetiva con que el individuo afronta esta dificultad.

La Matemática ocupa un lugar muy importante en los programas escolares. Se valora como una materia difícil, complicada. Genera una predisposición negativa en los estudiantes, debido a un deficiente aprendizaje de los conceptos básicos en etapas anteriores y produce un estado de desmotivación hacia ella.

Según Richard Dawkins, “Lo importante a recordar sobre las matemáticas es no tener miedo”.

Se enseña en forma descontextualizada, alejada del mundo real, sin tener en cuenta que las matemáticas nacieron (y seguirán desarrollándose y creciendo) para resolver situaciones del mundo real, cotidiano.

Los procesos de enseñanza son teóricos y repetitivos. Los temas son presentados como un conjunto de elementos, fórmulas y reglas de juego predefinidos que, en el mejor de los casos, coinciden con algo que se relaciona con una percepción natural. Resultan abstractos, se los presenta como reglas inamovibles, que algunas veces se comprueba que funcionan, aunque no se entienda el por qué.

Los niños tienen gran inquietud por experimentar en el mundo que los rodea y descubrir cosas nuevas, es algo innato que hacen libremente en su vida cotidiana y que les permite conocer su entorno.

Desde que nace, el niño explora y conoce el mundo que lo rodea. Responde a su curiosidad, a su necesidad de conocer. De acuerdo a su desarrollo, va incorporando nuevas estrategias de conocimiento en forma natural, motivado por su interés; va aprendiendo y aprehendiendo su contexto y los elementos que lo integran.

Por qué no aprovechar esa curiosidad natural, esa inquietud por aprender, ¿para motivar a los estudiantes? Si se logra consolidar su interés por la materia, mostrando su utilidad desde las edades más tempranas, tendrán una visión más positiva.

Las matemáticas en la escuela deben preparar al estudiante en su confrontación con la realidad, para que entienda y se adapte al entorno donde vive. El aprendizaje de conceptos matemáticos exige la observación de los eventos del mundo, permite organizar los objetos y los acontecimientos. El estudiante será creativo, crítico y constructor de su propio conocimiento matemático.

Aprender las matemáticas no tiene por qué ser aburrido. El niño puede aprender jugando. El componente lúdico debe estar presente desde las edades tempranas. A través de los juegos pueden ir incorporando nociones matemáticas, experimentar relaciones matemáticas de forma espontánea. El requisito imprescindible para aprender es el interés y que tenga significado para el niño.

Una de las formas más eficaces de motivar y cambiar esta percepción negativa de las matemáticas consiste en establecer y presentar, de una forma amena, la conexión existente entre las matemáticas y otras disciplinas o actividades directamente vinculadas con la vida cotidiana. 

El desafío es acercar las diversas situaciones cotidianas a las situaciones que se analizan y resuelven en las aulas.

Debemos contextualizar los contenidos programáticos de las matemáticas. Identificar las matemáticas derivadas de la actividad humana; las derivadas de los fenómenos naturales y la matemática de las matemáticas.

Desarrollar en los estudiantes la habilidad para emplear las matemáticas en la vida diaria, nos acerca a lograr que participen de forma plena y competente en el mundo real.

El éxito de la enseñanza de las matemáticas radica en innovar en las metodologías. En la actualidad se está dando una verdadera redefinición de conceptos. 
 
Para comprender los principales procesos y fenómenos de la naturaleza no basta con describirlos, es necesario penetrar en su esencia y, para ello, los alumnos han de desarrollar un pensamiento lógico-dialéctico.

Se trata de que exista una apropiación consciente de los conocimientos, mediante las habilidades, especialmente la explicación, que exige mucho más que una mera repetición del enunciado del texto o de la exposición lineal o repetitiva de las palabras del maestro.

La formación docente requiere acciones de profundización, contextualización y focalización que propicien la comprensión del mundo natural desde una perspectiva multidisciplinaria de producción, aplicación, interpretación de información y consumo crítico de los conocimientos.

Es necesario persuadir a los docentes para que guíen el proceso de aprendizaje, despiertenen los alumnos la curiosidad sistémica y el interés por la actividad científica. Hay que hacer un esfuerzo para que las personas aprendan Matemáticas según sus capacidades cognitivas.

Es necesario conocerse y conocer el contexto para comprender capacidades, habilidades propias y desarrollar competencias para integrarse activamente a la sociedad.

El estudio de las matemáticas puede satisfacer una amplia gama de intereses y habilidades. Desarrolla la imaginación. Se entrena en el pensamiento claro y lógico.

El concepto general de competencia matemática hace referencia nosólo a razonar y resolver operaciones matemáticas y situaciones y problemas que suelen presentarse en las aulas; se centra en la capacidad del estudiante para enfrentarse a los problemas que aparecen en diversos contextos en la vida cotidiana y resolverlos.