22 de octubre de 2019

Cecilia Rosales Marsano, Mendoza, Argentina
Pontificia Universidad Católica Argentina, Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas
La tecnología está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana, al punto tal que podríamos afirmar que somos “homos tecnologicus” y si de pronto desapareciera de todos los órdenes, se pondría en peligro la existencia de la humanidad sobre el planeta. Desde la electricidad hasta los cultivos imaginemos un solo día sin ella y sin muchos de los productos o servicios que utilizamos a diario. Pero esta realidad pone a las personas de diferentes grupos etarios en diferente posición, reconocida tanto por los mercadólogos, como por los especialistas en RRHH, quienes manifiestan que gestionar generaciones diferentes es tan dificultoso como integrar personas de diferentes nacionalidades. Reflexionando sobre esta temática, vamos a focalizarnos sobre estos nuevos jóvenes de la 3ra. o 4ta. edad y su interacción con las TIC en la administración pública, la banca, el gobierno y otros servicios que han desarrollado su atención al cliente en estos medios. La cuestión es cómo impedir que sea una nueva forma de exclusión social.

Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen,
pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
 Ingmar Bergman

Desde Etiopía hasta la Florida, desde Herodoto hasta Juan Ponce de León, la búsqueda de la fuente de la eterna juventud ha ocupado a la humanidad, desde tiempos inmemoriales. El primero, en el siglo IV aC ya se preocupaba por investigar la razón de la larga vida de los etíopes de quiénes se decía que vivían hasta 120 años, conjeturando por una parte que se trataba de la comida que ingerían, pero fundamentalmente porque se bañaban en una fuente que tenía un agua reconstituyente y perfumada. Algunos siglos después, el conquistador Ponce desembarcó en América, con el mismo propósito. Sus creencias fueron confirmadas por los relatos de los indios, que le dieron a entender que en una isla existía una fuente que hacia renovar la edad y las fuerzas de quienes bebían ó se bañaban en ellas, así llegó a descubrir en la Pascua de 1512, unas tierras a las que llamó La Florida. En ellas no quedó arroyo, ni río, ni laguna, ni pantano, donde no se bañaron, a pesar de los lagartos, tan numerosos en el lugar. De ese modo, la fuente de Juvencia, ha formado parte de muchas leyendas y de la cultura popular durante siglos, sin embargo ahora, parece hacerse realidad y concretarse a partir de avances científicos y tecnológicos en el área de la salud, física y psicológica y de la nutrición.

Envejecer tiene sus privilegios, nos da sabiduría, perspectiva, ahorramos energía porque no tenemos que crecer y reproducirnos, y tal como ocurre en los gráficos del ciclo de vida de los productos, tan populares en marketing, si podemos prolongar la madurez, vivimos muy bien. El secreto está en prolongar la meseta, e incluso desafiarla. Ahora la declinación se espera recién a los 80, esto nos da unos 30 años de margen para disfrutar. Debemos ser conscientes que podemos aprovechar un plazo tan extenso como la juventud y a diferencia de lo que dice el tango: “que treinta años no es nada”, yo considero que es un montón. 

Tampoco podemos perder de vista que si encaramos la estrategia adecuada, podemos seguir creciendo, estudiando otra carrera, un nuevo oficio, un deporte, viajando, disfrutando de nuestros familiares y amigos. o simplemente viviendo con más calidad. Según Vygotsky y su teoría sociocultural del desarrollo cognitivo, siempre tenemos la posibilidad de continuar evolucionando, aunque sea a diferentes velocidades, la cuestión pasa en la estrategia que aplicamos para no caer en la declinación.

Muchos estudios realizados para las personas de la 4ta edad (que para mí comienza a los 90, porque hasta hace algunos años, a los 60 comenzaba la 3ra), indican que su calidad de vida depende entre otras cosas de ciertas capacidades de la persona, tales como su resiliencia, su adaptación a las circunstancias cambiantes, de su integración en el seno familiar y social, pero conservando su independencia, etc. En la temática que nos ocupa, debemos destacar que de la alfabetización digital de nuestros adultos mayores depende tanto su integración, como su independencia.

En particular, me comparo a diario con mi abuela, porque estoy alcanzando la edad, que ella tenía cuando la conocí, es decir desde que puedo recordarla. Observo a Vicentina desde mi silla alta, veo a esa hermosísima mujer de 60 años, de pelo recogido, ropa obscura y sin más adornos que su anillo de bodas y unos aros. Ostentaba en las grandes ocasiones, un hilo de perlas. Vestía muy distinto a su hija, pero fundamentalmente se comportaba de modo muy diferente a mi madre que había estudiado y trabajaba fuera de su hogar. Hoy veo a señoras mayores, con sus hijas y nietas, todas se visten igual, con ropa urbana o deportiva y no conocen el luto. Por ejemplo mi tía Ilda, una joven de 80 y …, maneja el celular, la tarjeta de crédito, el whatsapp y el facebook para coordinar reuniones con sus compañeras de italiano o seguir a sus nietos por el mundo y cuando la jubilación se los permite, se trepa a un avión y va a verificar personalmente cómo se encuentra su descendencia. Entre esta nueva juventud también están los adolescentes de la 4ta. Edad, como el tío Osvaldo, que con sus noventa y dos años maneja su tablet, celular y whatapp, y estudia historia. También está el tío Rodolfo, de noventa y dos primaveras, que es ecológico, adaptó su casa con energía solar y hace compras por internet. Seguramente lo que caracteriza a estos jóvenes que se manejan con fluidez por el mundo actual, que son personalidades inquietas, investigadoras, porque no han crecido en un ámbito donde imperaban las TIC y fundamentalmente con poco o ningún temor a fracasar en el aprendizaje de algo nuevo.

Por supuesto no todas las personas tienen igual fluidez para manejarse con la tecnología y claramente depende de su nivel de educación, su motivación y aunque resulta doloroso, de sus posibilidades económicas. Otro aspecto que debe considerarse como condicionante es el género, ya que los hombres, hasta hace algunas generaciones eran los únicos que trabajaban fuera del hogar y por ende podían acceder a estas nuevas tecnologías que empezaban a estar presentes en las grandes empresas, mientras que las mujeres a cargo de labores domésticas, permanecían en sus casas, donde no existían las PC. Siguiendo este razonamiento podríamos decir que frente a la aparición masiva de los ordenadores en la década del 80, muchas personas, en su mayoría de sexo masculino, tuvieron la oportunidad de tener contacto con estas tecnologías previo a su retiro. Por ello me llaman mucho la atención las habilidades adquiridas por el segmento de más de ochenta, en especial de las mujeres, en su mayoría amas de casa, sin más nivel de instrucción que el secundario, enfermeras, empleadas de comercio o eventualmente maestras, que no se cruzaron en su actividad profesional con estas herramientas, tratando de explicar su motivación para el aprendizaje. Observando a mi grupo cercano y analizando sus conductas, veo que los muchachos se interesan por las noticias y los enloquece estar informados minuto a minuto de lo que ocurre en el mundo, mientras que a las féminas las motiva otra curiosidad, siempre preocupadas por sus afectos, manejan mucho las redes sociales para seguir a sus amigas o a sus nietos.

Seguramente muchas de los adultos mayores, en especial aquellos de menor instrucción, no han tenido la oportunidad de desarrollar sus capacidades en la materia y es necesario iniciarlas en las nuevas tecnologías para enriquecer su vida personal, conectarse con sus familiares, investigar sobre temas que les resultan de interés y entretenerse con juegos, algunos incluso colaboran en la mejora de su memoria. Entonces el desafío de la sociedad actual es capacitar a las personas de la tercera edad para que utilicen las nuevas tecnologías con total autonomía. Para ello resulta necesario recurrir a herramientas andragógicas, en contraposición con las pedagógicas, que orientan a los niños. Se debe fortalecer su capacidad para utilizar las TIC, en cuanto a que son una herramienta de comunicación, expresión y un medio para acceder a la información y para trabajar de modo colaborativo. También desarrollar competencias sobre gestión de la información, lo que involucra saber buscar, seleccionar, ordenar, relacionar y valorar el material proveniente de diferentes fuentes, con el beneficio adicional de aprender a disfrutar no sólo de la biblioteca electrónica, sino también de la tradicional. Necesitan aprender a buscar temáticas sobre su interés en internet y tomar conciencia del distinto valor y nivel de calidad de la información, dependiendo de su fuente. Otro aspecto a abordar es la participación social, que les permitirá aportar su sabiduría a la comunidad a la que pertenecen y ser reconocidos, mejorando su autoestima

Analizada la demanda, deberíamos ver qué ocurre con la oferta, quien deberá desarrollar dispositivos cada vez más intuitivos y fáciles de utilizar, para la generación plateada. También las empresas de servicio eléctrico, telefónico, bancario y especialmente el gobierno, que impulsan la atención y solución de reclamaciones mediantes estos medios, deberán adecuar sus páginas a este grupo etario que va en franco crecimiento, se calcula a nivel mundial, que para el 2050 los mayores de 60 años superarán a los menores de 15. En la Argentina, un estudio de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales se confirma esta tendencia. Nunca antes en la historia de la humanidad la población de ancianos ha sido más numerosa que la de jóvenes. Esto traducido en los términos de marketing, resulta una muy buena oportunidad de negocios, lo que implica buenas expectativas para la satisfacción de necesidades de este segmento, aunque no es suficiente.

Como última reflexión, podemos decir que las sociedades evolucionan, lo que en algún momento resulta una buena práctica, se convierte en ley. Pensemos en la electricidad, que evolucionó en su estatus desde considerarse un lujo hasta convertirse en un servicio público; o en el ambiente, donde las empresas que contaminaban eran mal vistas y hoy son ilegales. Respecto a las TIC hagamos votos para que todas las personas, sin importar su edad, ni condición social tengan un acceso efectivo a ellas, es decir manejen las nuevas tecnologías, porque no sólo permiten su integración e independencia, sino porque facilitan su acceso a la información les permiten explorar el mundo actual, sustentado en el conocimiento.