15 de septiembre de 2019

Luis Rodolfo Ibarra Rivas
Querétaro, México
La relación docente con las TIC y el Internet es, en muchos casos, ambivalente. Va del amor al odio. El justo medio de Aristóteles es un deseo pocas veces logrado. Esta contribución ofrece ejemplos para valorar el uso de TIC e Internet, siguiendo estrategias didácticas y pedagógicas. Un futuro deseable requiere hacer cosas distintas a las que usualmente dominan. Aquí se ofrecen ejemplos. Demos clic.

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Las actitudes docentes, en relación al empleo de las TIC en las aulas sigue tres tendencias. Una dominante. Reprueba su uso. Argumentan, quienes así valoran, que el uso es indeseable porque la información que ofrece el Internet no es del todo confiable. También es intolerable i) porque distrae a los estudiantes de la clase magistral impartida por quienes se alejan de usar gadgets en clase; ii) es reprochable usarlos porque el mar de información hace que se pierdan entre tantos datos; iii) así mismo, porque usar TIC hace propensos a los alumnos al empleo pertinaz de Internet, incluso aseguran que causa adicción; además iv) porque en lugar de favorecer preguntar, es decir, investigar, o pensar, llevan a perderse en un sinnúmero de datos de dudosa calidad.

Existe otra manera de valorar a las TIC y al Internet. Es excesivamente optimista. Lo es porque la manera de relacionarse con el empleo de las TIC y el Internet es permitir su uso indiscriminado en clase. Quienes así piensan, ese tipo de maestros, se autodenominan activos, actualizados y no tradicionalistas. Dicen serlo porque no limitan a los que llama chicos. Ellos tienen el permiso docente para emplear, sin algún límite, sus gadgets y para que recurran a los sitios de Internet que deseen.

Su optimismo radica en considerar que las TIC y el Internet son magníficos educadores. En cierta forma, así renuncian a su tarea de educar y se la atribuyen a las TIC y al Internet. Optimistamente esperan que los chicos se eduquen con el influjo ajeno al maestro, el cibernauta. Seguramente lo harán. Lo que resulta cuestionable es la calidad y los fines de tal tipo de educación cibernética sin límites.

Hay otros, los menos, que favorecen un empleo racional, empático y juguetón de las TIC y el Internet. A esta inclinación aquí se invita. Efectivamente, usar las tecnologías de la información puede ser en provecho de la formación de estudiantes y de su profesor. Lo será si quienes la promueven lo hacen con estrategias didácticas y pedagógicas.

Es indispensable guiarse por estrategias didácticas porque, las respuestas a la pregunta cómo usar las herramientas didácticas, deben ser reguladas en provecho de la formación estudiantil y docente. Algunos ejemplos del cómo emplear las TIC y el Internet durante una clase de forma provechosa.

Es común que estudiantes pregunten a su maestro ¿Qué significa tal palabra o concepto? Ante esa demanda, no pocos profesores toman el papel de diccionarios ambulantes: resuelven las dudas estudiantiles de inmediato. Algunos profesores sólo responden sobre la base de su sentido común. Acaso quienes así procedan se sientan bien al auto-valorarse, a sí mismos, como eruditos en el tema preguntado. Es de reiterar, erudición en muchos casos, propia de la ciencia del sentido común.

Tal vez en momentos sea provechoso que el maestro responda de inmediato las dudas de sus alumnos. Quizá no sea despreciable que, en otros casos, consulte a los demás estudiantes si saben la respuesta a lo que desconoció su compañero. Si la interrogante es satisfecha de manera veraz, el caso se resolvió.

Si no fuera así, si sigue la duda, es una magnífica oportunidad de mover a los jóvenes a indagar en distintas fuentes la información solicitada. Una fuente puede ser el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, otras fuentes pueden ser otros diccionarios especializados (filosóficos, sociológicos, psicológicos, políticos, químicos, físicos o biológicos). De todos éstos hay en Internet. Resultará una vivencia ejemplar contrastar los significados de los distintos tipos de diccionarios que estén en la red sobre un mismo término.

Puede resultar ejemplar porque enseña la búsqueda y el uso interesado de fuentes de información en Internet. Porque abre la posibilidad de saber distintas definiciones sobre una misma palabra. Porque da pie a tolerar puntos de vista distintos y, a veces, opuestos. Porque obligará a que estudiantes y profesor reflexionen sobre cuál es la o las definiciones, que mejor expliquen la palabra en el contexto en el que se usa. Es valiosa esta posible experiencia porque se valorará la información que ofrezcan las TIC y el Internet. Será igualmente valiosa si se contrasta con la información que aparezca en sitios como El rincón del vago o Wikipedia.

Otra estrategia didáctica puede ser consultar bases de datos que concentren investigaciones. Aquellos repositorios en los que aparezcan la palabra preguntada, dentro de palabras clave de los artículos concentrados. En este caso, la información no estará tanto relacionada con una definición, sino con un reporte de investigación. Seguramente, al advertir el uso de un concepto dentro de un proceso investigativo, los estudiantes valorarán la importancia de preguntar por lo que parece obvio e intrascendente.

Esta experiencia también es valiosa y formativa. Lo es porque favorece conocer bases de datos y, al mismo tiempo, permite valorar la información científica que ofrecen a propósito de un concepto o palabra. La formación científica estudiantil debe ir aparejada al manejo de información proveniente de campos específicos. Las bases de datos es un recurso singular que ofrece la red de información. Saber discriminar entre bases de datos y revistas ahí contenidas, también contribuye a formar de manera eficiente y plausible.

Las estrategias pedagógicas llevan consigo establecer y afanarse en lograr fines trascendentes. En casos de preguntas estudiantiles, es necesario valorar si abren la posibilidad de mover a los alumnos a situaciones dilemáticas: aquellas circunstancias en las que las respuestas –de distintas fuentes de Internet y de TIC– lleven a cuestionar lo que sea defendido vivamente por los estudiantes.

El uso de gadgets y de Internet abrirá distintas puertas con diferentes posturas acerca del sentido de la actividad humana. Ejemplos, entre muchos, son temas a propósito de la homofobia, el aborto, el consumo de mariguana o la democracia. Es factible que, al indagar una duda sobre cuestiones tan espinosas como esas, estudiantes y maestro dialoguen sobre la información obtenida, gracias a las TIC y al Internet. Al dialogar encontrarán límites y potencialidades entre lo que sabían y aquello que les ofrecen los artículos sobre los temas indagados.

Es estrategia pedagógica porque una de las principales preocupacciones de la acción pedagógica es trascender condiciones imperantes indeseables. Es pedagógica porque contribuye a educar, en un clima de tolerancia, al contrastar los juicios estudiantiles y docentes con otros aportados por las fuentes consultadas. Es pedagógica porque, ante la duda, la información obtenida ofrece juicios y valores que requieren ser pensados y reflexionados sobre la base de los conocimientos previos de maestro y estudiantes.

Es trascendente esta estrategia pedagógica porque las dudas y certezas son reflexionadas con el soporte de aquello que indagaron los estudiantes y su maestro. Indagación que se realizó al dirigir la actividad humana de estudiantes y maestro a encontrar información confiable en bases de datos. Bases de datos a los que se accede gracias al empleo de TIC e Internet.

Otro ejemplo del empleo de las TIC y el Internet es el que se da cuando se emplean para jugar en clase a propósito de un tema. El juego consiste, por ejemplo, en contextualizar con pinturas o música la época en que un científico hizo alguna de sus aportaciones. Verbi gratia. Isaac Newton y el siglo XVII. Este juego enriquecerá la física mecánica que él postuló, al mostrarla dentro de condiciones humanas que le darán mayor sentido.

Es un juego porque no tiene límites infranqueables. Los alumnos jugarán con las manifestaciones estéticas, sociales, políticas o económicas, que encuentren. Se amplia el juego si, a su vez, las relacionen con lo que actualmente se hace en el mismo terreno de la física y las demás esferas de la acción humana.

El clic a las TIC y al Internet en clase abre un mundo de posibilidades insospechadas. Es tarea docente dar el clic con gracia e inteligencia. Así se contribuirá a formar en y para un mundo mejor. Demos clic a las TIC.