14 de enero de 2021

María Laura Vivas Franco. Cd. Obregón Sonora, México.
Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
Mantener un grupo activo y motivado ha sido un reto para todo docente, a nivel medio superior, no ha sido la excepción. Son jóvenes inquietos, deseosos de pertenecer a un grupo, ser atendidos, escuchados y a veces, hasta admirados. Así que para mantener el ánimo arriba del estándar, debe haber excelente voluntad de parte del docente, un motivo e interés.

Si en el aula se torna con dificultad lograr esta condición, en momentos de pandemia y con el nuevo manejo de plataformas digitales, ha tenido sus bemoles. Empezar, con la mínima preparación para que, de un momento a otro cambie la forma de atender a los jóvenes, del pizarrón a la plataforma digital, es un camino brumoso.

Si se inicia por la capacitación, veremos varios detalles, estar con el instructor y que te dirija en las acciones, hasta es divertido; la complicación surge cuando estas solo, seguiste al pie de la letra los pasos, tomaste notas, escuchas de nuevo el audio, buscas en tutoriales y aún así, el avance es poco, a veces nulo.

Llega lo más temido, la frustración, el enojo, la desesperanza, te sentías fuerte, te repetiste “Si se puede, es fácil, lo voy a lograr” y solo encuentras la angustia.

Buscas por todos los espacios ¿Quién me ayude? Logras el contacto con personas de más experiencia y por fin una luz te guía. Resolviste una duda y sigues en la plataforma digital, pero van surgiendo otras, el estrés aumenta cada día. Que difícil tener el ánimo de volver a iniciar cuando sabes que te toparás con dificultades y tropiezos de nuevo, pierdes el apetito, el contacto con el exterior se reduce, tu esquema de vida debe estar centrado en ser eficiente, capaz y lograr que tus estudiantes se motiven en tu materia. Tu descanso se vuelve un ciclo de saber resolver cómo planear la siguiente sesión remota. Hasta que sin saber cómo o de donde surgen alguien que te acompaña y esta dispuesto a darte su tiempo y experiencia.

II Congreso Iberoamericano de Docentes. Docentes frente a la pandemia

Una parte se de ti se ha recuperado, pero aun esta el reto mayor, motivar a los estudiantes, que no están exentos de dificultades en sus hogares, con sus parientes e incluso con sus hermanos o padres; fallas técnicas como que se va el internet, las computadoras fallan, solo hay un equipo de computo para dos miembros de la familia, espacios reducidos, e infinidad de puntos que sería largo mencionar.

La parte emocional de los jóvenes a resultado complicada de estabilizar, sufren episodios de ansiedad y desestabilidad, no saber expresar lo que sienten para no herir a sus seres queridos y guardan sabores amargos, ha habido perdidas de seres queridos y alejamiento de otros, de sus mismas amistades.

Sin embargo, el plan es seguir, continuar y sentir la fuerza de llenar espacios que hagan surgir el ánimo que, pese a todo, se puede avanzar.

Entonces ¿qué hubo que hacer?

Trabajar con proyectos, donde el estudiante de las pautas para crear y desarrollar temas y expectativas de mejora.

Organizar los trabajos en grupos, en plataforma se siguen los mismos patrones que en el aula presencial, cada quien busca estar con los más allegados, pero, ¿qué hacer con los que quedan fuera de los equipos?

Una de las estrategias es solicitar a dos o tres equipos en particular, que recibieran a su compañero(a) con la condición de que, si no trabaja, queda fuera, pero que exista la oportunidad de integrarse. Y así se fueron incorporando. En algunos casos, se tiene que respetar el que trabajen solos, porque existen jóvenes que lo prefieren y lo piden, argumentando que es la manera en que pueden desempeñarse mejor.

Orientar induciendo hacia la creatividad, procurar que encuentren el sentido favorable para alcanzar el objetivo.

El valor de la responsabilidad se engrandece, porque debe haber un encargado de las entregas en tiempo y forma, bajo el esquema de trabajo en equipo, pocos fueron los casos que no cumplieron la condición, pero al darse cuenta que un miembro del equipo es el que ha fallado, empieza la tremolina, la labor docente es de aclarar y conciliar, no linchar.

Gran momento para que salgan a flote los valores de responsabilidad, comunicación clara, constante y asertiva, puntualidad, sinceridad, paciencia, equidad, respeto, inclusión, entre otros.

La búsqueda de soluciones se vuelve importante, y parte de la orientación es dejar que ellos resuelvan conflictos internos, y acaten las consecuencias, de ser necesarias.

Al generar retos, planear ejercicios de trabajo, espacios para afianzar su conocimiento, proporcionar espacios electrónicos y páginas de consulta para los jóvenes, se observa en su respuesta la motivación, demuestran con su esfuerzo y desempeño que cada instante cuenta y tiene un valor una razón, ante cualquier circunstancia. 

Los cambios de ambientes de aprendizaje actuales nos hacen reconocer que aun falta trecho por recorrer, pero los jóvenes que tenemos a cargo son la mejor manera de fomentar la sostenibilidad en el desarrollo, hacerlos participes de lo que pueden lograr, fomentar sus talentos, capacidades, calidad por el compromiso, visión hacia la mejora en el futuro, integrarse a proyectos mayores y retos, colaborar con instituciones de diversa índole, acrecentar el respeto cívico y ante las sociedades.