15 de abril de 2019

Dra. María Carmen Buelga Otero. Buenos Aires. Argentina.
La cuarta revolución industrial de la Responsabilidad
El objetivo principal de la presente nota es contribuir al logro de una mejor educación para una sociedad sustentada en valores, condición necesaria de un futuro con un sentido por el respeto al ser humano.

Los nuevos escenarios tecnológicos permiten que las personas tengan acceso a la información global a través de las herramientas que estos brindan. Es a partir de la segunda mitad del S.XX que se caracteriza por los cambios en todos los ámbitos, sean culturales, institucionales, empresariales, familiares, económicos y sociales.

Esta llamada cuarta revolución industrial, está construida por la convergencia de diversas tecnologías digitales, físicas y biológicas, las que vienen, según anticipan los expertos, para cambiar al mundo como lo conocemos a gran escala y velocidad.

Esta revolución tecnológica nos está cambiando la forma en que vivimos, como nos relacionamos y trabajamos, transformando las organizaciones que brindan los empleos, donde muchos desaparecerán o se modificarán y surgirán otros impactando en los valores éticos que nos deben conducir en la sociedad.

La llamada cuarta revolución industrial, debe ser pensada como una sucesión de desarrollos tecnológicos basados en los sistemas y conocimientos anteriores. Si bien esta impacta por la velocidad y las modificaciones en todas las industrias destacándose por la tendencia a la automatización y la robótica de estas actividades.

Los entusiastas de la cuarta revolución proponen nanotecnologías, inteligencia artificial, robots, drones e impresoras 3D, etc., si bien todo es un gran desarrollo también origina la pérdida de puestos de trabajo para varios millones de personas en los países más industrializados del mundo y no estamos pensando en las y los trabajadores de países menos industrializados.

Las diversas propuestas tecnológicas son realizadas por los países que las desarrollan, siendo estos los más avanzados y los que asimilan con gran rapidez los cambios propuestos, beneficiándose con la digitalización, lo que hace posible por ejemplo; el uso del celular para hacer pagos, escuchar música, radio, pedir un taxi o remis generando significativamente un costo menor.

Ante este reducido análisis y sin desconocer la importancia del desarrollo de la cuarta revolución, con sus procesos de automatización y robotización que algunos llaman inteligencia artificial, cabe preguntarnos qué pasará con el empleo en las industrias y empresas de servicios que incorporan las nuevas tecnologías y desplazan a los trabajadores, un ejemplo son los cajeros automáticos de bancos donde los clientes realizan las operaciones de depósitos, extracción de dinero o pagos, o como en los supermercados donde los artículos comprados se deslizan por un lector de códigos, se insertar la tarjeta de débito y realiza el descuento junto a la emisión del comprobante de la adquisición.

En una sociedad donde no se estudia en función de que valores se realizan los desarrollos tecnológicos, siempre va haber excluidos. Por ello, es de suma importancia entender que un avance sin un debate en torno a los cambios tecnológicos sin responsabilidad, puede generar mayor inequidad de la que hay hoy en el mundo.

Proponemos una educación en valores a nuestros niños y jóvenes dado que la ética es una dimensión básica de la existencia humana y esta se manifiesta en todas las culturas. Hoy en día la cuestión ética se enfrenta a las nuevas condiciones tecnológicas que imperan y nos ponen en una perspectiva global donde las personas son consideradas parte del engranaje tecnológico y no como la esencia misma de una sociedad que trabaja por la dignidad y el respeto de todos en forma igualitaria.

Desde nuestra concepción la cuarta revolución debe ser de la responsabilidad en el desarrollo de la tecnología en todos sus niveles y así poder tener alguna garantía sobre cómo será la vida, el trabajo y el empleo de las futuras generaciones. Es impostergable la necesidad de articular la educación desde su nivel inicial hasta la universidad con el desarrollo tecnológico y así generar un futuro humano sustentable. Si sólo se van a considerar importantes e impostergables los procesos de automatización y robotización sin analizar los cambios en la producción y los servicios que van a implicar, es no analizar con responsabilidad las consecuencias y el impacto en el empleo y la economía para la sociedad.