3 de noviembre de 2018

Dra. María Carmen Buelga Otero. Buenos Aires. Argentina. El trabajo colaborativo entre docentes genera procesos de enseñanza-aprendizaje en forma integral, aportando a una mayor eficiencia y eficacia educativa en los niños, niñas, jóvenes y adultos escolarizados.

A “Co-Labor” le damos la significación de estar, acompañar, escuchar, participar, integrar y cooperar en forma articulada los docentes en las Instituciones Educativas. 

El trabajo colaborativo entre docente organiza un proceso de aprendizaje interactivo que agrupa el esfuerzos de todos y organiza el trabajo en equipo. Los cambios que generan las nuevas tecnologías de la comunicación y la información en los niños, jóvenes y adultos construyen mayor individualismo en desmedro de las interacciones humanas.

Hoy se tienen muchas miradas sobre la significación del trabajo colaborativo entre docentes, estos son parte de esa cultura social y tecnológica, que muchas veces obstaculiza estructurar este tipo de trabajo dentro del ámbito educativo.

En la segunda década de este siglo la práctica docente en los distintos niveles donde se ejerce, exige cambios en la forma de implementar la enseñanza-aprendizaje que se brinda a los alumnos. Para ello, los responsables de esta particular profesión deben aceptar e incorporar nuevas formas de trasmitir las distintas temáticas de las curriculas escolares.

Por lo expuesto, consideramos que el trabajo de Co-Labor es muy importante y para realizar el mismo los docentes debemos organizarnos, comunicarnos, trabajar en equipo y realizar un aporte permanente a la complementación de las diversas temáticas que se imparten.

Quiero narrar una experiencia sobre la colaboración que organizamos en el ámbito educativo donde ejerzo como docente. Programamos reuniones donde cada integrante de este espacio, debía volcar su visión sobre como planificar, diseñar, evaluar y que materiales curriculares a utilizar, para llegar a un acuerdo en la forma de explicitar los mismos y su articulación.

Al organizar diferentes temáticas y el abordaje de las mismas, se solicitó la participación de los docentes desde su materia específica, buscando construir una visión integradora y cultural del medio donde se desarrollan las actividades educativas-formativas.

El trabajo colaborativo a construir entre docentes se da con alumnos que adquieren conocimientos, para desarrollar tareas dentro del ámbito marítimo y fluvial.

Consideramos que el trabajo de Co-Labor, permitiría a los alumnos integrar y articular los conocimientos y así apropiarse de una mirada más sistémica, permitiéndoles la aplicación de las temáticas, no como una sola ciencia, sino con la diversidad de todas ellas.

Plateado el nuevo esquema de trabajo a los docentes y así, implementar estas actividades, exigió por parte de cada uno de los integrantes, un mayor compromiso e interrelaciones positivas, lo que permitiría generar más confianza, intercambio de experiencias y apreciaciones diferentes sobre actitudes, capacidades y habilidades de los alumnos.

Sabemos que educar, desde el aporte personal es necesario en las Instituciones Educativas. También hay que aprender que este aporte, debe ser desde una instancia colaborativa, donde los conocimientos, la experiencia y los Valores Éticos Profesionales son puestos en función de ser más eficientes y eficaces los docentes cuando se realiza la enseñanza-aprendizaje. 

Entender que las redes tecnológicas, son herramientas que usadas adecuadamente ayudan al trabajo colaborativo, haciendo más motivador el mismo, al integrar los distintos conocimientos por parte de los alumnos en un trabajo, donde se plasman e integran las diversas materias que cursan.

Aprender que todos juntos podemos aportar mucho más que las individualidades y la esencia del trabajo colaborativo son las metas en común, las que nos impulsan a la innovación y transformación de los modos en que enseñamos, dado que ninguno de nosotros tiene todos los conocimientos, capacidades y habilidades para hacerlo solo.

Si bien, el camino a recorrer no es fácil, por el cambio cultural que ello implica, de ser “el maestro” a ser “maestro colaborador”, en muchos genera un mayor individualismo, lo que produce resistencia a la participación e integración de opiniones y aportes de los mismos en este espacio educativo.

Es importante saber que ninguno de nosotros, desde lo personal-individual puede formar integralmente a los alumnos. Si bien, el trabajo colaborativo es más complejo y exigente por las habilidades socio-educativas que debemos desarrollar al comprender que la educación de los alumnos, se logra con la coparticipación de todos al generar un espacio donde se proponen acciones a desarrollar y reflexiones sobre lo realizado y a realizar. 

Co-Labor entre Docentes, es un objetivo que debemos sustentar en el tiempo, con interrelaciones positivas y el aporte de cada uno de nosotros en función de un mayor y mejor aprendizaje de los alumnos, quienes son los constructores en el futuro de una sociedad más justa e igualitaria.