21 de diciembre de 2018

Dra. Florinda González Villafuerte. Tapachula, Chiapas; México.
Como docentes, tener la posibilidad de enlazar a nuestros alumnos con los problemas que se viven en el día a día e implicarlos en una tentativa de solución debe ser el motor que nos mueva; el status de seres dependientes ha quedado en el pasado, la misma vorágine de comunicación los ha sacado de esa burbuja cómoda del no veo, no escucho y por lo tanto no comunico mis ideas, por el contrario quieren participar, tienen una visión muy particular de su realidad social, política, económica y no escucharlos y vincularlos sería perder el futuro del país.

“Sólo merece llamarse hombre el que sabe y quiere y puede ayudar al hombre” Mtro. Jaime Torres Bodet

Esto lo logramos mediante la implementación de diversas actividades, como:

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A. Salvando los ecosistemas.

Las campañas de forestación-reforestación se realizan de manera periódica haciendo notar que sembrar un árbol no es precisamente la solución sino educar al ciudadano para que lo realice periódicamente en los espacios que son de su incidencia o adoptando un espacio. La estrategia va más allá al explicarles a los habitantes de la colonia a visitar cómo realizar el composteo de una forma rápida y barata, independientemente que se educa para no tirar la materia orgánica que resulte de las actividades rutinarias como preparar los alimentos, podar árboles y usar estos residuos para la obtención de nutrientes que servirán para enriquecer la tierra. Agricultura sostenible es lo que requerimos para volvernos autosuficientes y eso será posible en la medida que como docentes involucremos a nuestros alumnos en actos que permiten a la comunidad aprender a proteger el medio ambiente y al mismo tiempo obtener de esta acción comunitaria productos que pueden ser llevados al mercado o para su propio consumo.

B. Propiciando la buena alimentación.

Acciones de difusión encaminadas al “buen comer” sabiendo que una alimentación balanceada dará como resultado Mens sana in corpore sano.

La vida en la modernidad parece estar definida por la rapidez con la que se realizan las actividades, una de ellas es el comer y la otra es el trabajar y al dar paso la primera a la segunda se descuida la importancia de la selección de los nutrientes para suplirlos por alimentos chatarra. Es necesario saber que la gran mayoría de las comidas instantáneas contienen una cantidad considerable de simulaciones químicas de nutrimentos que se obtienen en procesos altamente tecnificados para reducir costos y obtener porcentajes de ganancias muy altas, dejando al consumidor con un producto que no le provee del balance nutricional requerido.

Una alternativa es la propuesta alimenticia “Semana saludable”, que consiste en realizar muestras gastronómicas integrando comidas prácticas, económicas, rápidas pero principalmente saludables haciendo hincapié que la importancia de una comida no reside en el consumo de un grupo de alimentos como carnes, verduras, cereales, sino en la combinación en porciones adecuadas de cada uno de éstos para así crear un balance y proporcionarle a nuestro cuerpo las cantidades correctas; es necesario entonces adoptar una nueva cultura alimenticia con nuestros jóvenes, que ellos realicen los menús que van a proponer y a invitar a degustar para que “in situ” puedan ser los portadores de una nueva visión del buen vivir a la de aprender a “vivir bien” aprovechando de su entorno lo que le proporciona la naturaleza, las condiciones climáticas, desde la producción de hortalizas de temporada, saber dosificar las carnes que son la fuente proteínica junto con los azúcares, las grasas, los minerales y con el ingrediente principal: el aprendizaje.

C. Promoviendo la salud pública.

Las escuelas en colaboración con la comunidad deben asegurarse que cada uno de los integrantes del grupo social alcance un nivel de vida aceptable para la conservación de la salud con la intención de prolongar la vida, evitar enfermedades, pero sobre todo alcanzar una educación sanitaria que permitirá tomar medidas ante problemas de salud pública.

Reza un refrán: El buen juez por su casa empieza; es menester tomar en cuenta el dicho para realizar a nivel institucional una serie de actividades que permitan fomentar la salud para prevenir enfermedades, ésto se logrará mediante el esfuerzo organizado de los integrantes de la comunidad escolar: directivos, alumnos y padres de familia.

Las siguientes son acciones que se realizan en nuestra institución con el apoyo directo y participación activa de los alumnos, maestros y padres de familia:

1.- Saneamiento de la institución: Salón de clases, jardín, sanitarios.

Los alumnos se organizan para tener limpio el espacio en donde se realizan las actividades diarias con la mentalidad de que no es necesario limpiar más sino ensuciar menos, así que procuran llevar sus propios recipientes (no desechables) con los alimentos que van a consumir, los residuos alimenticios procuran llevarlos al área de jardín para que sirvan de abono.

2.- Organización de los servicios médicos

Desde la administración escolar se realiza el censo de los alumnos que cuentan con servicio médico y aquellos que no lo poseen se les solicita la documentación requerida para darlos de alta al IMSS que es el servicio médico al que tienen derecho por ser alumnos del nivel medio superior.

3.- Primeros auxilios.

Se cuenta con un grupo de alumnos de diferentes niveles de escolaridad que se capacitan en la Cruz Roja con la intención de apoyar a sus compañeros en caso de cualquier percance que requiera la atención inmediata, con eficiencia para trasladar a sus compañeros y colocarlos en una situación de menor riesgo en espera de que llegue la atención especializada.

4.- Acciones de difusión.

Desarrollan actividades para difundir las vías de transmisión de enfermedades y cómo prevenirlas apoyándose con personal capacitado que da conferencias, obras de teatro, aplican vacunas, etc. Para asegurar que la comunidad estudiantil esté enterada, protegida, aprenda a prevenir las enfermedades y conservar la salud.

D. Apoyo a personas en estado de indefensión

Una de las condiciones para que un grupo social pueda tomar acciones en pro de la comunidad es reconocer que existe un problema.

En la ciudad de Tapachula, así como en muchas comunidades del Estado de Chiapas se observa un crecimiento en el número de personas en estado de indefensión extrema: viven en las calles, se alimentan de los restos de comida que encuentran a su paso y no hay de parte de las autoridades ningún apoyo para ellos, dejando que sea la sociedad la que a partir de ese espíritu de solidaridad para con el prójimo tenga que implementar acciones que permitan en la medida de sus posibilidades poner un granito de arena para apoyarlos.

Hace quince años los alumnos de la Escuela Preparatoria Tapachula desarrollan una actividad llamada “Con un pan ganamos una sonrisa” que consiste en darles de desayunar a las personas en estado de calle, se preparan para atenderlos como si estuvieran en una fiesta y ellos fueran los festejados, les proporcionan cuando menos por un día la atención que como ser humanos se merecen y en muchas ocasiones pueden incluso obtener el apoyo de personal médico y medicamentos, odontológico, de peluquería; la difusión que realizan los alumnos es directa, les entregan la invitación en la mano, los buscan, platican con ellos y eso permite que los jóvenes se den cuenta de la situación en la que viven, esta actividad es provocadora de grandes emociones, el sentir que se puede ayudar a un semejante permite un grado de crecimiento personal y espiritual que los acompañará por siempre.

Enseñar y aprender; aprender y enseñar es la razón del ser humano.

Preparando el futuro

Somos como nivel medio superior el vínculo entre nuestros jóvenes estudiantes y ese amplio abanico de posibilidades que encontrarán en las instituciones de educación superior. Sin embargo, no es solamente en un desarrollo profesional en donde estas herramientas de vida que les proporcionamos mediante las acciones de vinculación con la sociedad les serán útiles. Al contrario, reconocemos que un alto porcentaje de nuestros alumnos no cursarán, ya sea por inclinación propia o por falta de recursos, una educación universitaria.

¿Cuál es entonces el punto de realizar estas acciones si no tienen un impacto académico? La respuesta es al mismo tiempo simple y compleja: es la de devolverles la empatía, la de provocar un reconocimiento entre el yo y los demás, la de sensibilizarlos ante las grandes injusticias, en suma, es tiempo de iniciar un movimiento de esperanza que nos permita ser cada día mas humanitarios.