4 de junio de 2020

Mixzaida Yelitza Peña Zerpa
Caracas- Venezuela. Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
El transporte es uno de los sectores que aceleran el cambio climático. Nuestras acciones, prácticas y procesos logísticos pueden contribuir con las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). No solo se propone una revisión de las contribuciones de los países (NDC) sino la eliminación de las causas que originan el problema.

La movilización (personas y bienes) es cada día mayor en nuestra sociedad. Más aún, las actividades logísticas dentro del comercio parecen no tener futuro sin las movilizaciones de bienes y servicios. Nos preguntamos: ¿cómo podemos ser competitivos y eficientes sin la movilización? Es una pregunta difícil de responder. Más en tiempos de Coronavirus.

Las actividades logísticas impactan cada día nuestro ambiente de forma negativa. El sector del transporte es uno de los mayores responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero en la región, como se muestra a continuación:


Figura 1. Causas de Gases de efecto invernadero (GEI).
Tomado de Avina 2019

Se sabe que el transporte puede ser por carretera, mar o aire, entre otros medios. Según el Panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC), el transporte contribuye con aproximadamente con el 35% a las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) donde las principales emisiones provienen de las carreteras.

Los científicos han medido las emisiones de GEI en tiempo de Coronavirus y los números hablan por sí solo. Mientras China estuvo en Estado de Alarma las emisiones de CO2 se redujeron un 25% (Z.E.O, 2020)

Entre los factores que intervienen se pueden mencionar: el tipo de combustible, las largas distancias, el diseño de vehículos usados, el tipo de asfalto (vías), entre otras. No siendo menos importante las malas prácticas en las actividades logísticas por desconocimiento de las personas responsables.

Aunque, es urgente revisar las contribuciones de cada uno de los países (NDC) con la finalidad de diseñar e implementar nuevas políticas públicas, no podemos avanzar sino minimizamos o eliminamos las causas que originan el problema (impacto de los GEI a nivel local, nacional y regional).

La clave: la educación y formación dentro de los centros educativos, centros de trabajos y centros de investigación. No podemos avanzar en la lucha del cambio climático sin ganar la batalla contra el desconocimiento que abarca a todo un sistema y no una de las partes.

¿Cuál sería el papel de los centros educativos?

Sabemos que la movilización de las personas (alumnos, alumnas, maestras, personal…) es principalmente por carretera. Entonces se recomienda:

  1. Identificar y cuantificar las emisiones de GEI. Los actores que intervienen en los centros educativos deben conocer su contribución al ambiente.
  2. Identificar los medios de transporte, rutas y horarios usados por los grupos de interés.
  3. Diseñar e implementar cursos y talleres dirigidos a estudiantes, padres, docentes y trabajadores.
  4. Diseñar un plan de logística verde escolar que contemple:
    1. Reducir el tiempo de trayecto. Escoger horas del día del transporte que no coincida con el mayor flujo de tráfico terrestre.
    2. Escoger la menor distancia posible.
    3. Escoger vías verdes: infraestructuras respetuosas con el entorno.
    4. Escoger vehículos más aerodinámicos y seguros.
    5. Escoger un combustible no fósil.
    6. Usar neumáticos que reducen el rozamiento.
    7. Optimizar y planificar las rutas de transporte escolar.
    8. Proporcionar seguridad y salud ocupacional.

¿Cuál sería el papel de los centros de trabajo?

  1. Identificar y cuantificar las emisiones de GEI. Los actores que intervienen en los centros de trabajo deben conocer sus emisiones hacia el ambiente.
  2. Diseñar e implementar cursos y talleres dirigidos a los trabajadores.
  3. Inventariar los tipos de transportes, combustibles, rutas y horarios usados por los trabajadores.
  4. Crear una coordinación de transporte con funciones de logísticas sustentable.
  5. Informar a la población trabajadora de nuevos proyectos y planes relacionados con el uso del transporte.
  6. Diseñar un plan estratégico sustentable organizacional relacionado con el uso del transporte por parte de los trabajadores. Entonces se recomienda:
    1. Reducir el tiempo de trayecto. Escoger horas del día del transporte que no coincida con el mayor flujo de tráfico terrestre.
    2. Escoger la menor distancia posible.
    3. Escoger vías verdes: infraestructuras respetuosas con el entorno.
    4. Escoger vehículos más aerodinámicos y seguros a la hora de comprar o usar.
    5. Escoger un combustible no fósil (alternativo)
    6. Usar neumáticos que reducen el rozamiento.
    7. Optimizar y planificar las rutas del transporte institucional en función de una logística sustentable.
    8. Ofrecer medios de transporte alternativos sustentables.
    9. Proporcionar seguridad y salud ocupacional a los trabajadores.

¿Cuál sería el papel de los centros de investigación?

  1. Trabajar en cooperación con otros centros de investigación que permita el avance de ciertos proyectos de transporte sustentable.
  2. Identificar los actores que podrían impulsar las investigaciones relacionadas con transporte sustentable.
  3. Trabajar en cooperación con los centros educativos y sus centros de investigación.
  4. Solicitar el apoyo a entes públicos y privados para posibles financiamientos a nivel nacional e internacional.
  5. Informar a la población de sus proyectos y avances.

La información podría ser sistematizada a nivel nacional para el diseño e implementación de políticas públicas adecuadas. Como dicen, el que tiene la información tiene el poder! Por consiguiente, facilitaría nuestro trabajo a nivel nacional e internacional.

Referencia

Z.E.O (2020, Marzo 19). El Coronavirus reduce las emisiones de CO2 a nivel global. Disponible: https://plataformazeo.com/es/coronavirus-reduce-emisiones-cambio-climatico/ [Consulta: 2020, mayo 17]