24 de octubre de 2019

Sandra Carolina Castillo Acosta. Caracas. República Bolivariana de Venezuela.
Las mujeres se han insertado en los procesos productivos, académicos, políticos, culturales, entre otros; de forma incremental en los últimos años en la República Bolivariana de Venezuela, aportando soluciones y desempeñando roles protagónicos que conllevan a una transformación social y cultural.

La necesidad imperante de la mujer a incorporarse a los procesos productivos, académicos, culturales, sociales, políticos y otros; es cada vez mayor, más aún cuando existen programas, planes y proyectos que buscan y propician esa inserción, aunado a que las mujeres y las niñas tal como lo señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres “…suelen ser las personas más afectadas, en comparación con los hombres y los niños, por la pobreza, el cambio climático, la inseguridad alimentaria, la falta de atención sanitaria, y las crisis económicas mundiales. Sus aportaciones y su liderazgo son fundamentales para encontrar una solución…”

Esta realidad no pasa por alto en la República Bolivariana de Venezuela, de allí que se creó un Ministerio para la Mujer y la Equidad del Género en el año 2009, el cual tiene como misión ser el encargado de transversalizar el enfoque de género en las políticas públicas, planes, programas y proyectos del Estado Venezolano, para garantizar el empoderamiento y participación de las mujeres, en la construcción de una sociedad igualitaria y justa, tal como está establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el resto del ordenamiento jurídico vigente.

Dentro de este orden de ideas, se ha realizado un seguimiento a la inserción de las mujeres y niñas que viven en zonas afectadas por el cambio climático, en sectores de pobreza extrema y donde existe inseguridad alimentaria; en las cuales se desarrollan actividades productivas, sociales, culturales, organizacionales; lo que conllevó a que se definieran y operacionalizarán un grupo de variables necesarias para formular indicadores y su respectiva medición, destacando entre ellas:

  1. Participación de las mujeres y niñas capacitadas en técnicas y prácticas para producción pecuaria.
  2. Participación de las mujeres y niñas capacitadas en técnicas y prácticas de conservación de alimentos.
  3. Participación de las mujeres y niñas capacitadas en servicios turísticos.
  4. Participación de las mujeres y niñas capacitadas en actividades generadoras de ingresos.
  5. Participación de las mujeres y niñas capacitadas en técnicas y prácticas para la producción agrícola.
  6. Participación de las mujeres en cargos de representación y/o toma de decisiones en diferentes instancias.
  7. Participación de las mujeres en cargos directivos en grupos de comercialización.
  8. Jefaturas femeninas de hogares, que cuentan con competencias y habilidades en gestión, administración, negociación defensa de derechos, tecnológicas, contables, organizativas y productivas.
  9. Jefaturas femeninas de hogares, que son voceras de organizaciones socio-productivas.
  10. Jefaturas femeninas de hogares, que han logrado el acceso al agua.

Por tanto en esta búsqueda de conocer la inserción femenina, con base a los indicadores anteriormente presentados, se ha obtenido que en promedio desde el 2014 al 2017, un 60 % de las mujeres, se han insertado de forma protagónica en planes, proyectos y programas, que se están desarrollando en la República Bolivariana de Venezuela y que a su vez se entrelazan con el logro de los compromisos adquiridos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) planteados en la Agenda 2030, logrando percibir en ellas competencias: genéricas, laborales y básicas; asociadas a la vez con: “el saber”, “con el saber hacer” y con “el ser”. Todas presentes, algunas en mayor o menor magnitud, pero con un peso relevante en la transformación social y cultural que se está llevando a cabo en el país; relacionándose a su vez con los comportamientos de estas mujeres en sus actitudes laborales propias; vistas desde diferentes ámbitos de producción y desde la capacidad para el trabajo en equipo, en las habilidades para la planificación, en la organización para trabajar productivamente, en la astucia para lograr entendimientos claros, en la orientación para alcanzar objetivos a largo plazo, entre otros.

Sin menoscabo de la incorporación de las niñas, lo cual se ha logrado a partir de los 10 años, siendo un factor importante que considerar cuando se trata de poblaciones con poco acceso a recursos y en pobreza extrema.

Así que, tenemos ahí a los que están Transformando al Mundo… ¿Quiénes? Mujeres y niñas, dando un paso al frente.

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