16 de octubre de 2022

Descubro un interesante ensayo construido a partir de un diario de viajes de un joven burgués en el siglo XIX (La ciudad futura. Viajes por la Europa burguesa. Barlin Libros, Valencia) Mientras las clases populares hacinaban a sus pequeños en escuelas -una forma generosa de nombrar el panorama desolador de la escolarización de la época- José Inocencio del Llano y White, nuestro personaje en el citado libro, un joven adolescente burgués de orígenes valencianos, vascos e irlandeses, se educa según los valores, estilo de vida, e intereses de su acomodada clase social. Aquellos niños pobres, cuando tenían la suerte de entrar en el aula, se sumergían en una oferta curricular tan emancipadora como esto: Doctrina cristiana, Historia sagrada, Lectura y Escritura, Principios de gramática castellana, Principios de aritmética y nociones de agricultura, industria y comercio, según las localidades (Ley Moyano, 1857)

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