19 de febrero de 2020

Julio César Páez García.
Montería –Córdoba-Colombia
Docente Escuela Normal Superior de Montería y Universidad de Córdoba.
Con el título de este escrito quiero expresar que estamos en mora para hacer una “siembra educativa sostenible”, a nivel internacional, y que en aproximadamente 15 años, a partir de hoy, se estén graduando los primeros profesionales con visión y actuación positiva del entorno en el cual nos encontramos inmersos, pues el ambiente visto desde la concepción sistémica lo necesita, lo aclama, lo implora.

Por ello, es urgente que se den cambios drásticos en las políticas educativas al interior de instituciones educativas y universidades. Entre otras, es importante que se pase de los proyectos educativos institucionales (PEI), que se desarrollan en colegios y universidades de Colombia y quizás a nivel internacional, a proyectos educativos institucionales ambientales (PEIA), pues es aquí donde el ambiente, visto como las interacciones que se establecen entre el sistema natural y el sistema social mediado por lo cultural, tiene un fundamento de peso interesante. Así, los proyectos ambientales escolares y universitarios no harían parte del PEI, sino que estarían inmersos en ellos a través del PEIA.

Así las cosas y pensando con poco de utopía ¿sería posible transformar el PEI en PEIA? ¿Será posible que desde las instituciones educativas y Universidades de Iberoamérica se empiecen a tomar los 17 objetivos de desarrollo sostenibles para que hagan parte del PEIA como una necesidad de formación? ¿Será posible empezar a realizar acciones contundentes para alcanzar esa educación deseada?

Así, cabe soñar un poco con que se inicien esos procesos de transformación donde la misión, visión y todo el horizonte institucional de las escuelas y universidades estén plasmados siguiendo su PEIA. Soñar un poco donde los 17 objetivos de desarrollo sostenible (sintetizados como: fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria innovación e infraestructura, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, paz justicia e instituciones sólidas, y las alianzas para lograr los objetivos) estén enmarcados desde la visión sistémica de ambiente convirtiéndolos en necesidades de formación de las escuelas y universidades. Soñar un poco con que los recursos económicos que llegan a las escuelas y universidades, y porque no de otras instituciones, dependería en cierta forma del ahorro sostenible que tengan estas instituciones, el cual sea demostrado con acciones positivas frente al uso inadecuado o el derroche de la energía, el agua y especies (acuáticas, terrestre, aéreas) existentes en su entorno. Soñar que los recursos económicos que lleguen a las instituciones y universidades dependerán de la realización de proyectos sostenibles demostrados por la disminución de problemas de contaminación atmosférica, deterioro de la capa de ozono, la hambruna presentada en comunidades, el consumismo excesivo de productos y materiales contaminantes del ambiente y la obsolescencia programada de muchos equipos tecnológicos, entre otros.

Comunidad de Educadores: Un espacio para visibilizar el pensamiento de los docentes

La Red Iberoamericana de Docentes (42.000 miembros) quiere aprovechar la gran visibilidad que tiene sus blogs, tanto en la Red como en abierto, y va a iniciar una etapa en la que se van proponiendo temas de interés para la profesión docente que se actualizarán cada dos meses y que serán revisados por nuestro Comité Académico con el compromiso de hacer un retorno de todo lo recibido. Los docentes que a lo largo de 2020 publiquen un mínimo de 5 artículos recibirán un certificado acreditativo. El registro en esta acción es libre y gratuito y las entregas se harán a través de una plataforma Moodle para tener un control y las herramientas de evaluación adecuadas. Los datos que se solicitan son los necesarios para emitir, en caso de haberlo logrado, los certificados. Registro en: https://forms.gle/ssatywJomDsff2T27

Y en 2020 estamos haciendo entre todos el Año Iberoamericano de la Cultura Científica

De seguro si empezamos a pensar en políticas internas y externas, así como en acciones concretas que desde el momento actual podamos realizar, tendremos cambios de actitudes en los educandos y educadores, para pensar en industrias con sostenibilidad ambiental, disminuir la pobreza, mejorar la calidad de vida y, así, corroborar lo que sostenía Alberto Alzate Patiño con un grupo de docentes del departamento de Córdoba-Colombia con la frase: “La educación o es ambiental o no es educación”

En fin, tener presente estos objetivos de desarrollo sostenible, unas políticas claras, unas acciones concretas y otros aspectos de interés ambiental, que desde el contexto mundial se estén priorizando se contribuiría a una educación deseada en el 2030.