15 de diciembre de 2019

Azucena Hernández Sánchez. Universidad de Valladolid. España.
24 Feminicidios en España de lo que llevamos de año 2016, las turistas argentinas Marina Menegazzo y María José Coni, asesinadas en Montañita (Ecuador), Bertha Cáceres asesinada en Honduras, los cientos de mujeres muertas o desaparecidas en Ciudad Juárez, más los innumerables micromachismos, silenciosos y sutiles que no permite avanzar a la sociedad, son razones más que suficientes para que el enfoque de género en la Escuela sea abordado de forma sistemática e interdisciplinar.

“Señora maestra, ¿cómo se forma el femenino?
- Partiendo del masculino, la "o" final se sustituye por una "a".
- Señora maestra, ¿y el masculino cómo se forma?
- El masculino no se forma, existe.”

La escritora Victoria Sau, ilustra bien con este diálogo, el importante papel que tiene la maestra para perpetuar o para transformar. Sin darnos cuenta los docentes, hombres y mujeres, apoyamos micromachismos. Un machismo diario aceptado que perpetúa otros de mayor calado. Estas actitudes, palabras, procedimientos, que por su menor intensidad no matan, pasan desapercibidos por cotidianos, pero sin embargo aumentan y fomentan lo que hace diferentes a unas de otros.

La relación género y enseñanza es el ecosistema natural para la interdisciplinariedad. Sin olvidar las polémicas que el concepto de género ha despertado, hoy no se cuestiona que como categoría analítica enriquece la mirada de la Ciencia, amplia los sujetos y objetos de estudio y sus relaciones, potencia planeamientos de interpretación más complejos que revisan, cuestionan, invalidan o resignifican conceptos, interpretaciones, métodos y objetivos de una Escuela androcéntrica, abriendo caminos para enriquecer el conocimiento y la propia mirada de cada alumno y alumna.

La construcción de la historia de las mujeres, explicar sus ausencias y silencios, es una de las estrategias más eficaces para hacerlas presentes. Rescatar su posición en el sistema tanto educativo, como social, cultural o económico, puede ser una metodología de trabajo que alerte en la escuela sobre el significado e intencionalidad de los lenguajes tanto visuales, escritos o ecoicos y sus posibles efectos en el imaginario social y en las acciones de la vida cotidiana, pasada y sobretodo presente, de nuestras escuelas.

Diversos colectivos e instituciones, nacionales e internacionales, potencian una enseñanza coeducativa, pero aún se encuentran con reticencias y resistencias por parte de algunos miembros de sus diversas comunidades. La incorporación de metodologías didácticas renovadoras, que rompan con modelos de pensamiento de enseñanza monolíticos a través de discursos cerrados, logrará aumentar la motivación y la capacidad de compresión del alumnado, aspectos extremadamente difíciles de lograr.

Los retos y dificultades de una sociedad más global y compleja son, en esencia, interdisciplinarios. Todo el que quiera enseñar de verdad, necesita conexionar Vida con Ciencia. Una formación relacional interdisciplinaria con perspectiva de género como plan metodológico, comienza con tener en mente, a la hora de realizar un diseño curricular, un objetivo último: buscar el éxito en la Vida de cada persona. No sólo el éxito académico, si no el éxito en su vida y para ello nos tendremos que preguntar ante cualquier variable educativa, por la presencia o ausencia de la actividad del papel masculino y de las mujeres e intentar explicar el porqué de mantener esa diferencia.

La educación mixta ha generado una incorporación masiva de la mujer a la educción, tanto como alumnas como docentes, pero también se ha vivido un importante proceso de aculturación en una dirección dominante masculina. Las niñas asumen los valores tradicionalmente masculinos como instrumento de interacción e igualdad pero no ha habido un proceso de paralelo de revalorización de los trabajos y funciones tradicionales de las mujeres por parte de los varones.

Basta con una mirada evaluadora rápida a muchos materiales docentes de educación primaria y secundaria, donde se evidencia y muchas investigaciones denuncian, una escasa presencia y consideración del protagonismo histórico de las mujeres en la Matemática, la Filosofía, la Lingüística, la Historia, la Geografía, en definitiva la Ciencia. Esto supone dejar a la mujer fuera de la memoria social olvidando sus aportaciones significativas tanto en el plano individual como comunitario. Por tanto desvalorizamos la contribución y evolución de la mujer en las diversas sociedades, investigaciones, logros y avances científicos, culturales y tecnológicos.

También desde la Universidad hay que apostar. Son necesarios programas universitarios, especialmente los correspondientes con la formación del profesorado de primaria y secundaria, para que nos hagamos co-responsables de la docencia, la investigación o sencillamente de la educación de personas para que miren y vivan en perspectiva de igualdad en su entorno y tomen decisiones en función más allá de lo que consiguen ver a corto plazo.

En síntesis, algunos aspectos para tener en cuenta al inicio de un diseño curricular de género de forma interdisciplinaria:

  1. Consideración de las mujeres como sujetos históricos, sus pensamientos, conductas, acciones y omisiones son significativas para el sistema escolar y por ende para la sociedad.
  2. La mujer no es un colectivo único. La diversidad está presente en el género, tanto en el pasado como en el presente, de clase, religión, referencia étnica-cultura, sexualidad, diferenciación jurídica o discriminación legal.
  3. Conocer, analizar e interpretar la posición social tanto de mujeres como de varones dentro de un mismo grupo, en contextos interpersonales, domésticos y públicos como también intrapersonales, para categorizar dichas posiciones en el terreno de relaciones de poder, mostrando igualdad, jerarquía, dominación, discriminación o violencia, en cada caso.
  4. Comenzado por los enunciados con perspectiva de género, hay que avanzar para que los objetivos y la bibliografía también reflejen el protagonismo y posición social de las mujeres.
  5. Hay que evaluar: Lo que no se evalúa y califica no existe. Los temas de género suelen ser una alternativa para opcionalidad, siendo tratada de forma más ligera en el cuerpo fundamental de la unidad didáctica. Lo que no se evalúa no se significa nada y queda categorizado por la mente del alumnado como prescindible.

Asumir que el género es un articulador social que explica la realidad, consiguientemente exige que sea tendido en cuenta en la configuración de proyectos de investigación o de docencia para que noticias tan luctuosas como las muertes de cientos de mujeres en el mundo, sólo por ser mujeres, cesen. Los lenguajes, tanto verbales como icónicos, siguen ocultando las diferencias de opciones que los sistemas ofrecen o permiten a hombres y mujeres, opacando la discriminación y sus efectos.

Los proyectos de currículos necesitan ir más allá, deben de dejar de tener como eje referencial el mundo masculino e incorporar como centros interés los mundos que han sido históricamente propios de las mujeres poniendo en valor para toda la comunidad educativa, no solo las actividades que los caracterizaron sino los valores que llevaron asociados, de forma que hagamos este mundo mejor, que no ni masculino ni femenino, si no mejor y de ambos.

Como docente la mejor herramienta que tengo entre mis manos es visibilizar en los diferentes elementos curriculares, el papel de las mujeres en los campos de actividad y las condiciones en que lo hicieron respecto a las que tuvieron los hombres desde una pista de abordaje interdisciplinario, por eso te invito a pensar a ti: ¿Qué hacer una persona como tú en una Escuela como esta?