27 de noviembre de 2020

La educación en tiempos de pandemia
Mg. Adriana Larramendi. Gral. Villegas – Pcia. Buenos Aires – Argentina
Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
Esta pandemia nos confinó a vivir adentro por un tiempo muy largo. Al principio el confinamiento fue general y más tarde se fueron superando fases, abriendo por provincias y ciudades, retrocediendo y vueltos a guardar. Los caminos fueron distintos en diferentes lugares.

Las historias de abuso de autoridad para ingreso o traslados fueron revelándose. Pero aún en aquellos lugares en que existen algunos permisos para circular y reunirse, es común en todos el sentimiento de pérdida de libertad, minado por estas trabas y la incertidumbre. El inicio de la pandemia actualizó en mi memoria la película Parasite (2019), del director Bong Joon-ho, que muestra la dura realidad de lxs surcoreanxs que viven en semisótanos o banjihas por la escasez de viviendas y los alquileres altos en Seúl. Al inicio de la pandemia y con el paso de los días y meses, el hogar se transformó en un semisótano para la mayoría.

Esta película grafica también nuestra situación, en las diferencias de percepciones, recursos que contamos unxs y otrxs frente a una situación adversa, incierta, de catástrofe. A unxs y otrxs les llega el agua, algunxs como lluvia, a otrxs como inundación. En la película son los monzones, en la realidad la pandemia. Y en una u otra situación, la catástrofe pegó diferente. Pero en ambos casos la gente debió asumir el presente, enfrentarse a la realidad “peleando” con estrategias para reconvertirse. Algunxs pudieron, otrxs aún no. En este contexto, la escuela (inicial, primaria, secundaria) y sus chicxs (niñxs y adolescentes) quedaron más afectados que otros sistemas y su gente, como el laboral y el universitario. Y creo que la explicación es la vulnerabilidad de todxs ellxs, por su edad, que afecta a sus recursos (cognitivos , materiales, emocionales).

Como en Parasite, ante la inundación, los más indefensos para escapar son los niñxs. Alguien debe contenerlos, secarlos, y ayudarlos a expresar sus miedos, sus emociones frente a lo que viven y lo incierto. La política educativa argentina priorizó el confinamiento como medida de prevención de contagio y la transmisión de contenido (con escasos recursos y falta de capacitación docente), ignorando otros aspectos importantes en la formación y educación de lxs chicxs. Los resultados son pobres porque los protocolos deberían haberse pensado muchos meses antes y avanzar en las estrategias. Y lxs chicxos permanecieron en sus banjihas. Se reconvirtieron los trabajos, se abrieron restaurantes y zonas de encuentros sociales, pero la mayoría de las escuelas permanecen cerradas. Esperaba que a lo largo de estos meses esos semisótanos se convirtieran en las cuevas Glowworm de Waitomo1 , pero los planes corrieron la escuela del eje de lo prioritario y se desató una disputa ideológica, mostrando posturas egoístamente confrontadas.
Y lxs niñxs y adolescentes siguen en sus semisótanos, más tristes y desconcertados que al inicio y en plena vigencia de la Declaración de los Derechos del Niño y adolescente. ¿Podremos aprender algo de todo esto?


1 Las Glowworm Waitomo Caves(situadas en la Isla Norte de Nueva Zelanda) son conocidas por sus gusanos de luz, que cuelgan del techo y emiten luz incandescentes como lamparitas