9 de diciembre de 2022

Mg. Marcela Alejandra Quinteros-Carabajal
https://orcid.org/0000-0002-0139-7455
Deán Funes. Córdoba. Argentina
Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.

Hay quienes afirman que es necesario conocer respecto de los avances científicos para poder tomar decisiones informadas. Por lo tanto,… ¿cómo hacer asequible el conocimiento para los diferentes públicos?

Se considera a Galileo (S. XVI) como uno de los primeros divulgadores científicos de la historia. Él deseaba acercar la ciencia a la sociedad. Desde entonces, son numerosos los científicos que se han dedicado también a la divulgación. Durante el siglo XIX surge un género literario en el que se combinan la narrativa clásica con la narrativa de ficción, la llamada “ciencia ficción”, con relatos imaginados de la ciencia del futuro. De esta manera llega al cine y a la televisión. En la mitad del siglo XX destacan dos figuras por su calidad literaria y científica: Carl Sagan (1934-1997) y Stephen Jay Gould (1942–2002), que tuvieron un gran impacto social al plantear aspectos que siempre han inquietado a la humanidad, y hacerlo de un modo tan carismático que cautivó a las audiencias.

Es importante que la sociedad posea cultura científica, y hay acuerdos en que ésta se asocia a la posesión de contenidos específicos; pero, escasamente se mencionan o difunden las estrategias para su construcción; o quién debe comunicar la ciencia para lograr alcanzar la democratización de esa cultura científica.

Sánchez Mora (2010) define a la comunicación pública de la ciencia como “un campo de conocimiento multidisciplinario en el cual se fusionan distintos saberes y medios para la comunicación a distintos públicos”. Su postura abre la invitación a mayor cantidad de componentes sociales. Moledo (2014), por su parte, considera que la divulgación científica es la continuación de la ciencia por otros medios. Ambas miradas se conjugan en que habría otros actores que podrían comunicar la ciencia, más allá de quienes generan el conocimiento.

Todos tenemos derecho a conocer, por lo tanto, tenemos derecho a la ciencia. Para conocer que gozamos de este derecho, hay que conocer previamente qué es la ciencia como actividad y sus productos. Se ha avanzado en consensos en este sentido, pero aún hay cuestionamientos sobre quién debe contar la ciencia, algo que parece estar vinculado a los objetivos, y es en este sentido que ya se observa cierta categorización. Si sólo se pretende contar sobre la ciencia, las noticias; es contado por los periodistas. Si se trata de ciencia profesional, es contada por los científicos. Al querer comunicar las historias de la ciencia aparecen en escena los divulgadores, comunicadores, que tienen (o deben tener) la capacidad de acercar las dos culturas.

Se pueden distinguir tres modelos o maneras de focalizar esta tarea de comunicar la ciencia. El modelo anglosajón, el francés, y el latinoamericano. No sólo se busca transmitir para el público, sino con el público, para alcanzar la tan mentada alfabetización científica.

Las propuestas de los anglosajones PAS (Public awareness of science) se orientan hacia un conjunto de actividades positivas, hacia la ciencia y la tecnología, que se ponen en evidencia a través de destrezas y conductas. Su preocupación fundamental es fomentar una actitud positiva hacia la ciencia - Public Understanding of Science -.

Los países latinoamericanos proponen una cultura científica que promueva la equidad. Que haya intercambio de saberes, incorporando expresiones de arte popular, literatura, mitos, tradiciones, artesanías como puentes creativos entre la ciencia y la vida cotidiana. Se debe buscar la producción del conocimiento con la intención ética de justicia social. (Ribamar, 2002). También se ha planteado utilizar el arte para divulgar la ciencia, en un proceso creativo. Buscar otras formas de abordar la realidad, como el teatro científico.

A nivel de Latinoamérica se habla de popularización de la ciencia. Es el acceso al conocimiento científico con un enfoque de inclusión social. Es conocer, comprender y aprehender información con el propósito de desarrollar habilidades y competencias, herramientas (recursos) esenciales para interferir y actuar en la sociedad de manera crítica y consciente. (Caue Matos, 2002). Plantea la necesidad de cambio. Promover el intercambio de saberes en una evidente evolución del campo de la comunicación pública de la ciencia para alcanzar la alfabetización en ciencia y la apropiación social del conocimiento. Con la popularización de la ciencia se busca generar las destrezas y la lectura que la gente necesita para poder hacerle frente de manera efectiva a las exigencias de la vida diaria (Durant, 1995).

La alfabetización científica es el nivel básico de comprensión de la ciencia y la tecnología que los ciudadanos necesitan para sobrevivir y beneficiarse de su entorno social, cultural y físico (Gregory y Miller, 1998).

La apropiación social de la ciencia y la tecnología es una estrategia de cambio social y cultural dirigida a lograr en el ámbito social una reflexión sobre la ciencias y la tecnología; una relación crítica con el conocimiento; y una promoción de la cultura científica. Surge de la necesidad de “empoderar” al ciudadano.

Algunas concepciones definen a la alfabetización científica como el nivel mínimo; y, a la popularización de la ciencia, como la estrategia democratizadora en la construcción social del conocimiento, para la movilización colectiva y el acceso al conocimiento de grupos poblacionales marginados de los espacios de aprendizaje y conocimiento. Surge de la mencionada necesidad de cambio. 

Burns (2003) propone orientar las acciones hacia: a) La comprensión del contenido de la ciencia; b) la comprensión de los métodos y procesos de la ciencia; c) La comprensión de la ciencia como actividad social. Junto a O’ Connor y Stocklmayer, sostienen que a través de la comunicación pública de la ciencia buscan obtener una o más de estas cinco respuestas personales:

Awareness - Sensibilizar (Conocer)

Enjoyment - Disfrutar (placer por conocer)

Interest - Interesar (enganchar)

Opinions - Opinar (elementos para opinar)

Undertanding - Comprender (apropiar)

Delimitar el campo de conocimiento a transmitir, cómo hacerlo, con qué lenguaje, de modo uniforme o según los públicos. En qué medios publicar, con qué lenguaje. Son muchos cuestionamientos entre los cuales la comunicación científica se va abriendo paso. Todo cambio efectista responde a demandas sociales. En busca de un camino posible, Bruce Lewenstein (2003), propuso en su modelo, un marco teórico para el análisis de la comunicación pública de la ciencia y la tecnología, con el fin de comprender las motivaciones, fortalezas, debilidades y retos asociados a los diferentes enfoques. Los modelos por él propuestos son: Modelo de déficit - Modelo contextual - Modelo del público lego - Modelo de participación pública.

De los modelos citados, el que más se ha difundido es el modelo de déficit, porque prevalece el planteo de que los especialistas comunican – o deben comunicar - a los que menos saben. Se toma al conocimiento para construir nuevos conocimientos.

Los modelos para realizar la comunicación pública de la ciencia han ido cambiando, pues numerosas investigaciones dan cuenta de cómo piensa la sociedad, y se concluye que se responde lo mismo sobre ciertos temas . Hay patrones de respuestas que han sido denominados de diferentes maneras, como ideas previas, preconcepciones, conocimientos de sentido común, entre otros. Lo cierto es que si no se considera a esos conocimientos como punto de partida, es muy difícil que otro conocimiento pueda hacer que cambien o evolucionen. La mayoría de las veces, coexisten. Por ejemplo, hagan la prueba de consultarle a alguien ¿qué pasa cuando cae un objeto en la Tierra, y qué pasaría si ese mismo objeto cae en la Luna?

A quién comunicar la ciencia y cómo hacerlo sigue siendo un tema de debate, pero lo cierto es que los medios para llegar a distintos sectores sociales se han diversificado y ampliado, otorgando grandes ventajas.

 

Bibliografía

  • Burns T. W., O’Connor D. J., Stocklmayer S. M. (2003) Science communication: a contemporary definition. Public Understanding of Science 12, 183-202.
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  • Durant J., Evans G.,Thomas G. (1995) The relationship between knowledge and attitudes in the public understanding of science in Britain. Public Understanding of Science 9 (4), 57-74.
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  • Gregory J., Miller S. (1998) Science in Museums. Science in Public: Communication, culture and credibility. New York, Plenum Press.
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  • Lewenstein B. V. (2003) Models of public communication of science and technology. Public Understanding of Science. Cornell University.
    Matos, Caue. (2002) “Apresentação”, Ciência e Inclusão Social, Estação da Ciência, Universidade de São Paulo, Brasil.
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  • Miller J. D. (2001) The acquisition and retention of scientific information by American adults. pp. 93-114 en Free Choice Science Education: how we learn science outside school, J. H. Falk (ed.). New York, Teachers College Press.
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  • Moledo, L., Olszevicki, N. (2014) Historia de las Ideas Científicas. Argentina. Ed. Planeta.
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  • Sánchez A. (2010) La divulgación de la ciencia como literatura. Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC). México, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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  • Sánchez-Mora C., Macías-Nestor A. (2019) El papel de la comunicación pública de la ciencia en la cultura científica: acercamientos a su evaluación. Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias 16 (1), 1103. doi: 10.25267/Rev_Eureka_ensen_divulg_cienc.2019.v16.i1.1103