7 de octubre de 2020

Dra. María Carmen Buelga Otero. Buenos Aires. Argentina. Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
Ante un COVID 19 a nivel internacional y nacional afectando a las sociedades con un aislamiento nunca pensado, surgen nuevas formas de vincularse las personas y es en la educación donde los cambios son regidos por la tecnología construyendo la educación a distancia con aulas virtuales.

El ser humano es un ser que tiene su propia morada. En esta, es donde anida y de la que sale en busca de los otros y con ellos se educa, se forma y convive. Esa convivencia de estar juntos le permite pensar y realizar tareas en conjunto, una de estas es acercar y lograr la educación a la que cada persona debe acceder, dado que es un derecho natural y humano.

Hoy el mundo y en nuestro país Argentina enfrentamos una pandemia, que es el COVID 19 que nos lleva al aislamiento personal, familiar y social, lo que nos desafía a nuevas realidades que debemos incorporar y aceptar, son cambios muy importantes que vienen de la mano de la tecnología. Es la educación a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes que transitan los distintos niveles de formación a los que se les cambia la forma de educarse. De la concurrencia a la escuela, con clases y docentes presentes, a la educación a distancia. Esta nueva realidad exige un encuadre pedagógico que garantice la formación integral, con la trasmisión de contenidos y asegurando los principios de equidad e igualdad con espíritu democrático, dado que el fin de la educación es el desarrollo armónico e integral de las personas.

Hoy el COVID 19 nos impone cambios en los tradicionales métodos presenciales de enseñanza-aprendizaje, por eso se requiere a los docentes innovar la metodología para favorecer el aprendizaje de los alumnos, afianzándose en la tecnología y así implementar la educación a distancia que la pandemia pone en marcha. Esta forma genera un nuevo escenario físico de aprendizaje y es el hogar, lo que cambia los vínculos entre docentes y alumnos, esto trae una nueva perspectiva en su interacción.

Hay que destacar desde la mirada educativa, al incluir la tecnología es imprescindible la formación continua y así poder tener un eficiente manejo de las mismas por parte de los que participan.

Se debe saber que las técnicas de enseñanza a distancia en general buscan reproducir las presenciales, lo que no resulta con la eficiencia esperada e implica que se deben cambiar las mismas, para captar el interés de los alumnos en las temáticas impartidas por el docente. Hay que considerar que estas aulas virtuales, las están compartiendo los estudiantes de un mismo curso y con el mismo docente, pero estos están en sus hogares y en distintos barrios de la ciudad donde viven, lo que implica cambios en los vínculos que establecen los cursantes entre sí y con los docentes.

Por lo expuesto hay que considerar que el aprendizaje no es sólo un fenómeno individual, sino también social y se aprende con mayor eficiencia cuando se comparte y se observa el modo en que los que participan del espacio, formulan preguntas y hacen aportes a la temática que están tratando. Esto evita el aislamiento del alumno y favorece la interacción de grupos de aprendizaje, tan importante en la formación de cada uno de los escolares. Hay un nuevo contexto, donde los docentes tienen un rol fundamental, mucho más complejo que el que ejercían antes de la pandemia. En el presente y en el futuro necesitarán convertirse en un coadyuvador que contribuya a las nuevas instancias de enseñanza y aprendizaje. Para ello, se van a tener que desarrollar metodologías y estrategias didácticas que se apliquen al entorno tecnológico a distancia, como identificar, describir las habilidades y capacidades de los alumnos participantes, para optimizar la educación. Acá también se impone la participación de expertos y administradores de los sistemas tecnológicos que se usen, junto a protocolos para la proyección de gráficos, videos, bibliotecas virtuales, aplicaciones de internet y herramientas para la presentación de las tareas encomendadas.

Conviene destacar, desde la óptica educativa que estamos transitando una nueva época que es atravesada por la tecnología de la información y la comunicación, la que hace su intromisión en los sistemas de enseñanza y aprendizaje obligando a una formación continua de los educadores en las nuevas tecnologías que habilitan a realizar una enseñanza a distancia. Estos cambios requieren plantear nuevos objetivos y entender las nuevas necesidades educativas en una sociedad atravesada por una pandemia a nivel mundial, que tuvo fecha de inicio, pero no de finalización, lo que exige un gran compromiso de todos los integrantes de la comunidad educativa, las familias y la sociedad en su conjunto.

Precisamos que el fin de la educación es el desarrollo armónico e integral de los seres humanos en lo que tienen en común, lo hace aportando formación y capacitación a cada uno en su proyecto de vida. Ante los acontecimientos que trajo el COVID 19 y debido al hecho histórico de que docentes y alumnos están a la distancia generando un nuevo desafío a los sistemas educativos y el principal es asegurar una excelente enseñanza que permita el desarrollo integral y efectivo de los alumnos con el imprescindible acompañamiento de los docentes.