28 de abril de 2020

Patricia Guijarrubia, Buenos Aires , Argentina.
Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
Postales educativas visibles e invisibles, de tiempos presentes y ayeres.
Una invitación a conocer y poner en valor experiencias de pedagogías andantes, donde se atraviesan muros y se construyen puentes tangible e intangibles.

“El libro de las maravillas” es un libro de viajes, atribuido a Marco Polo fue publicado hacia fines del siglo XV. Cinco siglos más tarde Italo Calvino publicó “Las ciudades invisibles” 1. Prosa y poesía, series matemáticas y figuras geométricas, aristas y filigramas se conjugan a la hora de describir las ciudades, retomando los diálogos entre Marco Polo y su interlocutor, Kublai. En el bello libro habitan ciudades con nombre de mujeres. Una de ellas es Maurilia, ciudad recordada. A través de tarjetas postales los visitantes pueden comparar la ciudad pretérita y la ciudad actual, encontrar avances y retrocesos que no siempre compensan las pérdidas. Además, evocar otras ciudades que se fueron sucediendo en el mismo suelo.

Nos preguntamos: ¿Las postales serán palimpsestos2 ? ¿Incluirán en algún lugar huellas del porvenir?

Mientras las respuestas acuden a nuestra memoria , las/los invitamos a leer estas cuatro “postales”  que describen experiencias de “pedagógicas andantes”. Comparten desplazamientos en un tiempo y espacios determinados, pero fundamentalmente instancias de búsquedas para resolver injusticias.
En estos tiempos de pandemia, indagar estas experiencias pueden contribuir a inspirar acciones y proyectos de democratización de saberes. Las cinco postales presentadas en dos oportunidades no son fichas de un rompecabezas, son, simple y complejamente, huellas de cinceles que dejaron marcas en la historia de la educación. Muestran experiencias educativas potentes y transformadoras que vivificaban los lazos entre la escuela y la comunidad.

Compartiremos las postales en dos envíos. La primera parte incluirá: Las misiones pedagógicas españolas y la experiencia de la bibliolancha en los mares de Chile La segunda parte: Las misiones infantiles de divulgación cultural, Escuela Cossettini, (Argentina) y “Pedagogías rodantes”, dos producciones cinematográficas sobre experiencias educativas diferentes.

 

Primera postal : Las misiones pedagógicas.(España 1931-1936).
( Imagen de postal de las misiones pedagógicas).

En el año 1917 el entrañable Antonio Machado (1875-1939) escribió un poema a su maestro Francisco Giner de los Ríos (1839-1915)3 quien había dejado huellas imborrables en él. En los versos anunciaba que extrañaría al maestro que había partido pero continuaría su ruta entre pinos verdes, encimas, tomillos y mariposas doradas. Seguiría su ejemplo de vivir. 

Luego de dos décadas, mientras discurrían los días la Segunda República Española, se crearía el “Patronato de las Misiones pedagógicas” impulsado por Manuel Bartolomé Cossió, alumno, también de Francisco Giner de los Ríos. Consideramos la importancia de subrayar que estas relaciones entre profesores y estudiantes, si bien se ha modificado a lo largo de los años, en muchos casos dejan huellas imborrables que impulsan y abren horizontes, o concretizan proyectos.
De las ciudades a los pueblos rurales, llegaban escritores, maestros, profesores/as, artistas en a pie, en burro, o en camioneta. No había lluvias ni vientos que interrumpieran el camino, que en muchos casos se hacia al andar...

Las misiones pedagógicas constituyeron un proyecto solidario. El objetivo principal era animar la vida de los aldeanos, fomentar la cultura general y especialmente hacer justicia para los campesinos inmersos en el analfabetismo y la explotación. Ante esa realidad llevar con respetuosa humildad la cultura ocultada, era un acto de justicia.

"Somos una escuela ambulante que quiere ir de pueblo en pueblo. Pero una escuela donde no hay libros de matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas, donde no se pondrá a nadie de rodillas como en otro tiempo. Porque el gobierno de la República que nos envía, nos ha dicho que vengamos, ante todo, a las aldeas, a las más pobres, a las más escondidas y abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo, algo que no sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden, y porque nadie hasta ahora ha venido a enseñároslo; pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros". (Manuel Bartolomé Cossio, diciembre de 1931).
Al mismo tiempo la puesta en valor de la cultura de cada pueblo: sus cantos, sus romances, sus historias, que expresaban sus preocupaciones y a la vez sus sueños eran valoradas y registradas. “Vayan a escuchar” eran las palabras con las que Cossio alentaba a los misioneros.

En palabras de Larrosa, J “ las misiones pedagógicas no fueron concebidas como un proyecto sino como una pro-puesta, es decir como algo que se ponía en el mundo, pero cuyos efectos no se pensaban en términos de resultados sino de res-puestas”.Es interesante como el autor catalán califica esta misiones como si fueran “unas cartas de amor que esperaban respuesta”, de hecho indica en el libro “Elogio de la escuela” ( capítulo 5) que la incorporación de esta tema en dicha publicación se debe a que les solicitó a sus estudiantes en un curso de maestría un ejercicio. El mismo consistía en mostrar alguna experiencia que los inspirara, llevaran a la próxima clase “una declaración de amor”. Marta Venceslao “convidó” : las misiones pedagógicas. Llevó a un aula del siglo XXI una experiencia de la tercera década del siglo XX. Subrayamos aquí que muchas “experiencias de pedagogías andantes”, fueron soñadas y concretadas en diferentes tiempos y espacios y que hoy continúan vigentes como propiciadoras de innovadores proyectos. De la historia de la educación es necesario rescatar del olvido aquellas experiencias que en este sentido pueden ser nutricias.

Las misiones pedagógicas, llegaron a unas 6000 localidades españolas. Implicaban un viaje, un recorrido, un movimiento inverso a los paseos pedagógicos que hoy conocemos, no consistía en salir de la escuela para conocer y/o apreciar, sino que a cada pueblo o localidad llegaban propuestas para ser convidadas. Esto se producía a partir de cinco dispositivos: Biblioteca, retablo con fantoches (teatrillo guiñol), cine, teatro, coro y un Museo del Pueblo. Además, una grabadora -reproductora se instalaba también en cada misión. Esta no era utilizada sólo para reproducir música, sino para grabar y recopilar canciones y romances de los pueblerinos/as. Valorar culturas propias conocidas, contribuyendo a que no caigan en el olvido y aportando otras producciones desconocidas.

Las obras del Museo ambulante eran reproducciones de pinturas exhibidas en el Museo del Prado. Jóvenes pintores las realizaban. Las obras estaban agrupadas en dos colecciones de 14 copias cada una. La premisa general era que ese patrimonio también pertenecía de los aldeanos. Justicia y derechos se fundían en las Misiones pedagógicas.

 Cuentan los participantes que desde temprano se instalaba el Museo del Pueblo en el aula de alguna escuela o en el ayuntamiento, se anunciaba la exposición repartiendo postales con imágenes de las obras o con pregones de manera de llegar a todos los pobladores de la región aledaña.
 
“El museo se montaba con el máximo decoro y buen gusto, ante todo para crear un ambiente agradable y acogedor, algunas veces se cubrían las paredes del local con sábanas blancas para que los cuadros se vieran mejor; se ponía música clásica de fondo; se colocaban macetas con plantas y flores en varias partes de la sala; al lado o debajo de los cuadros grandes se pegaban reproducciones más pequeñas de otras obras del mismo pintor para que el público se fijara en semejanzas y diferencias. Todo iba encaminado hacia el estímulo de la experiencia estética”. 4

El museo solía abrirse por la mañana, entre las once y la una, para poder ser recorrido tranquilamente.

Entrada la tarde, a partir de las cuatro, se ofrecían charlas sobre los mundos de la historia y del arte.
Espacios dignos y dignificantes. 

A veces se organizaba una sesión especial para los niños del lugar, facilitándoles, además, materiales para que hicieran sus propias copias de un cuadro. Al finalizar las visitas se regalaban fotografías de algunos de los cuadros expuestos, especialmente de los grabados de Goya.

Cerca del atardecer se realizaban proyecciones de películas, especialmente de Charles Chaplin. En muchas oportunidades las misiones coincidían con las fiestas o celebraciones de la comunidad.
Las misiones pedagógicas se vieron truncadas por la guerra civil española y la posterior dictadura franquista. Muchos misioneros sufrieron el abandono del exilio.

Con motivo de del 75° aniversario de la creación del “Patronato de las Misiones Pedagógicas” se realizó una muestra itinerante auspiciada por el ministerio de Cultura del Ayuntamiento de Madrid. 5 .Es interesante destacar que los curadores (comisarios de esa muestra) proyectaron un archivo interactivo para que los visitantes que pudieran aportar datos completaran in situ, cumpliendo así, al recabar información de primera mano, cumpliendo así algunas funciones de los museos: la investigación, recolección de testimonios y construcción de variados archivos.

Macías, Oscar en un reciente artículo titulado “ Las Misiones Pedagógicas: la Segunda República vista desde la lengua de una mariposa” indaga sobre el contexto sociopolítico en el cual se desarrollaron las misiones, insertas en el plan de gobierno republicano, mientras interpela estos tiempos de pandemia, comparte un testimonio:

“ Contaba un octogenario Agustín Aragón, en el año 2002, al pie de una fosa común en la localidad burgalesa de Caleruega que en los años de la república él era pastor y había sido alcalde de su pueblo, Espinosa de Cervera. Lo explicaba entre bocanada y bocanada del oxígeno de la bombona. “Eso fue la República, que un pastor como yo podía ser alcalde”.

 

Segunda postal : ¿Qué hay más allá del mar? ( Isla de Chiloé , desde 1995)
(Postal de niños y niñas navegando)

Hace más de dos décadas, gracias al compromiso y al esfuerzo de una mujer bibliotecaria,
Teolinda Higueras, la Bibliolancha recorre mares, islas, soles y cielos convidando libros.
Un bello ejemplo de pedagogía andante que se sumerge en los mares chilotes.6

Durante el otoño de 1995, precisamente en el mes de mayo, Teolinda convidaba lecturas. Ante el desafío propuesto por la Dirección Nacional de Bibliotecas públicas del estado de Chile: “fomentar la lectura y llegar a todos”, viajó por tierra y mar para conocer en profundidad la comuna de Quemchi, en la sureña Región de los Lagos. Soñó y concretó en comunidad, porque “fomentar la lectura” es una obra conjunta, el proyecto Bibliolancha. En los primeros tiempos a bordo de diferentes embarcaciones de dependencias gubernamentales y desde hace unos de años, en una lancha propia de la agrupación social, cultural y comunitaria “Otilia Yañez”. Con estas palabras Teolinda decribe a Otilia en quien se inspiró para “hacer andar” los proyectos: “Mujer de mar y de tierra , humilde recolectora a orilla ( marisquera) , aprovechaba las mareas, ahumaba los mariscos, confeccionaba ponchos y choapinos7 ” Mujer chilota precursora, que se atrevió a viajar contra vientos, mareas y mandatos, en una lancha velera ( destino siempre atribuido a los hombres) para ofrecer a los turistas del continente las obras de sus manos y de sus compañeras artesanas.
Con esta inmensa sumatoria de fuerzas, la Biblolancha ha recorrido las costas de la isla grande, pero también han dado más vida a las islas Chauques 8 (Mechuque, Añihué, Voigue, Cheñiao, Butachauques, Tac y Aulín). Incluir en las hojas de ruta estas comarcas es ampliar los horizontes de una Biblioteca andante que no amura pero sí zarpa, ancla, fondea y vuelve a zarpar entre potentes mareas de claridadades y opacidades.

“Dar de leer y llegar a todos a los pobladores” constituyó el primer objetivo, que con los años y las difíciles situaciones de la ruralidad, el aislamiento y las injusticias, pasó a ser un verdadero proyecto social y cultural, un refugio ante la inmensidad, una compañía ante la soledad y un verdadero acto de justicia ante la inequidad.

Con diferentes propuestas la “Bibliolancha Felipe navegante” recorre y recorrió las aguas a través de Giras culturales, Encuentros de Circo -teatro, Club de lectores, Cuentacuentos, Letras en movimiento, entre otras variadísimas actividades. Desde leer obras de un determinado escritor y luego recibirlo en terreno y dialogar sobre su vida y sus textos ( más allá de las biografías que se puede encontrar en Internet), hasta promover la escritura (microrrelatos) de las “conversas” entre niños y abuelos, que pasan de familia en familia alrededor de los fogones campesinos y que muchas veces necesitan despojarse las cenizas de la desmemoria. Todas acciones que desarrolla la Bibliolancha mientras navega en las aguas del asombro y la bienvenida pero también de las trabas burocráticas o la desidia gubernamental.
 
“Buscamos cambiar la rutina, buscamos romper el año redondo”, (pronuncia Teolinda emocionada) Muchas veces el único contacto con el afuera es nulo, los niños ven a su familia y al maestro, pero... ¿ que hay más allá del mar?!

Y llega la Bibliolancha. Muchas veces, al recalar en la costa, el bibliotecario carga libros sobre su espalda, en una mochila y comienza a caminar. Recorre durante varias horas el islote para ir al encuentro de los pobladores y la escuela. Libros de historia, de huerta, y de leyendas chilotas parecieran olear las preferencias. “Es lo que más les gusta conectarse con lo propio”, esgrime Teolinda muy emocionada. También comics y publicaciones narradas entre textos y trazos dibujados. Los libros quedan en los hogares hasta el próximo viaje-encuentro.

Además, con las escuelas también se realizan paseos. Entre el entusiasmo por la navegación y los cielos despejados se aborda la historia de la comuna, se destacan las iglesias patrimoniales, los palafitos, la aventura de la navegación chilota, “todos temas que los niños casi que ya no tienen la posibilidad de experimentar”. Y .. en algún lugar de la lancha se produce la mágica escena de lectura personal y comunitaria, en el vaivén del oleaje que acuna tiempos imaginables, mundos imposibles, personajes míticos y especialmente disfrute. Viajar leyendo o leer viajando.

El escritor Francisco Coloane9 (1910 Quemchi, 2002 Santiago de Chile), describió a Quemchi como la comuna de los mil paisajes! En una de las “Giras culturales” Teolinda y su equipo de la Bibliolancha trabajaron, con los profesores y los niños, diversas obras del escritor, mientras se preparaban para una gran travesía: llegar a Santiago de Chile, a la casa del escritor en el continente y recorrer el camino de los poetas: Valparaíso, Isla Negra, también los museos y las bibliotecas.

En la “Escuela de artes y oficios de Quemchi” fundada por la agrupación Otilia, se guardan libros escritos, que constituyen el patrimonio de la Bibliolancha (a fin de cuidarlos de la salinidad y la humedad) y otros libros , aún no escritos, intangibles, aquellos que rescatan el “saber hacer”, como otra forma de “leer” la cultura ancestral del archipiélago: hilar vellones y leer, madejar y leer, mariscar y leer, cosechar papas y leer, cocinar curanto y leer, tejer cestos de junquillos y leer, construir almudes10 y leer.

 Pasear y leer en la Bibliolancha, anunciar que frente al aislamiento, es necesario soñar y concretar viajes que unen que humanizan y democratizan, valoran y unen culturas, tejen comunidad entre soles y leyendas, vientos y susurros, mareas y lecturas, para llegar a cada una de la inconmensurables islas de Chiloé y más, buscando respuestas colectivas a la pregunta: ¿Qué hay más allá del mar?

Rescatar estas propuestas para construir andares, antares y hangares. Andares: poemas-caminos. Antares: estrellas rojizas que conforman constelaciones humanizantes. Hangares: espacios para cuidar y resguardar .

Bibliografía:

* Calvino, I.“Las ciudades invisibles”. Crisálida, 2° edición Bs As: Crisálida (2008)
* Cossío y las Misiones Pedagógicas”, Revista de Pedagogía N° 165 (1935) Citado por Dennis Nigel, en Ramón Gaya y el Museo del Pueblo. (Noviembre 2010)
*Fernandez, M, Guida ME, y Welti, M (2011) Educación , lenguaje y sociedad. “Una singular articulación entre comunidad y saberes: las misiones de divulgación cultural en la Escuela Serena (Rosario, 1935-1950).” Vol 8.
*Larrosa Jorge, (2018) Elogio de la escuela, capítulo 5 Un pueblo capaz de scholé, Elogio de las misiones pedagógicas de la II República Española, Miño y Dávila , Buenos Aires
*Ministerio de Educación de la Nación. Archivo Fílmico pedagógico para profesorados. (2015) CABA
*El maestro ambulante. Jose´Martí . La América, Nueva York, mayo de 1884. Reproducido en Obras completas. Volumen VIII. La Habana: Editorial Nacional de Cuba, 1963. 288-92.

pguijarrubia@gmail.com

1  Diálogos entre Kublai y Marco Polo, donde éste describe las ciudades que ha visitado.

2  El significado de la palabra palimpsesto está referido a un manuscrito en el que ha sido barrado su texto primitivo para volver a escribir otro. Una postal podría albergar varias capas de escrituras de diferentes tiempos....

3  Francisco Giner de los Ríos fundó en 1876 la Institución de libre Enseñanza que revolucionó la pedagogía española hacia finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

4   Ibidem

5   Un breve recorrido virtual puede encontrarse en http://www.residencia.csic.es/misiones/presentacion/inicio.htm

6  Chiloé es el principal archipiélago ubicado al sur de Chile, bañado por el océano Pacífico, cuenta con una superficie de 9181 KM 2 y una longitud de sur a norte de 130km . Su población es aproximadamente de 168.185 habitantes. comprende una isla principal y un gran número de islas e islotes.

7  Manta rústica, alfombrilla.

8  Las seis islas Chauques ubicadas al noreste de la isla grande se encuentran al sur del golfo de Ancud.

9  Sólo por mencionar algunas de sus obras: El camino de las ballenas (1962), Tierra del Fuego ( 1963), Velero anclado (1995), Naufragios y rescates (2002).

10  Almud Antigua medida de capacidad para áridos cuyo valor oscilaba entre 4,5 y 11 litros según el lugar y la época utilizado por las mujeres chilotas para guardar papas.