14 de agosto de 2019

Fernando Paredes García. Huaral, Perú.
La “tasa grasa” es por su bien, es un artículo de divulgación científica que forma parte del contenedor: Los retos de la salud y la alimentación de la CECC. Actividades didácticas realizadas con estudiantes cuyas edades fluctúan entre 13 y 15 años, hicieron reflexionar acerca de la obesidad como un problema de salud pública, y a la vez, difundir el consumo de alimentos saludables.

En opinión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Puntualizan que el problema es mundial, y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano.

Asimismo, sugieren que si los gobiernos toman las medidas, pueden prevenir el sobrepeso y la obesidad, los cuales pueden tener consecuencias graves para la salud a largo plazo, como diabetes, enfermedades cardiacas, derrame cerebral y cáncer.

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En tal sentido, 194 Estados miembros de la OMS acordaron el Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles en la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2013. Uno de los nueve objetivos voluntarios del plan es “frenar el aumento de la diabetes y la obesidad”. Además, propone medidas que los países puedan adoptar para combatir la obesidad, como aumentar el consumo de frutas y verduras, o gestionar subsidios e impuestos alimenticios para promover una dieta saludable. 

El actual gobierno del Perú, asumiendo responsabilidad de Estado en materia de salud pública, ha promulgado la Ley de promoción de alimentación saludable para niños, niñas y adolescentes. Esta tiene por objeto la promoción y protección efectiva del derecho a la salud pública, al crecimiento y desarrollo adecuado de las personas, a través de las acciones de educación, el fortalecimiento y fomento de la actividad física, la implementación de kioscos y comedores saludables en las instituciones de educación básica regular y la supervisión de la publicidad, la información y otras prácticas relacionada con los alimentos y bebidas no alcohólicas dirigidas a los niños, niñas y adolescentes para reducir y eliminar las enfermedades vinculadas con el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas conocidas como no transmisibles.

Entonces emerge la pregunta: ¿Cómo pueden aportar las diferentes áreas curriculares de educación básica regular en el Perú para que los niños, niñas y adolescentes adquieran hábitos de alimentación saludable? Desde el área de Ciencia, Tecnología y Ambiente (CTA) para el segundo grado de nivel secundaria en la institución educativa N° 100 de Huaral, Perú; se apertura un espacio pedagógico para enriquecer el tema: La nutrición en el ser humano, teniendo como recurso motivador el reportaje: La “tasa grasa” es por su bien. Para gestionar el nivel crítico de los/as estudiantes y evidenciar la transferencia de conocimientos se elaboró una ficha de respuestas libres, con preguntas: ¿Qué tipo de alimentos encuentras en el kiosco de tu institución educativa? ¿Qué recomendación harías a las personas que venden alimentos en el kiosco con aquellos que tienen alto contenido de azúcares y grasas? ¿Plantea un mensaje para evitar el excesivo consumo de azúcares y grasas en la población escolar?

Con respecto a esta última interrogante se visualizan interesantes propuestas: ”El que cuida su alimentación desde pequeño será feliz porque cuando sea grande le será fácil rechazar los productos que causan daño y tendrá más tempo para disfrutar de la vida sana y saludable, ¡no a la comida chatarra!”, “depende de cada estudiante saber alimentarse bien y cuidar su alimentación para que no sufra ninguna enfermedad en el futuro”, y, “estudiante consume frutas y alimentos saludables que te alimentan, no consumas golosinas porque dañan tu cuerpo”.

El docente responsable señala: “Fueron dos sesiones de clases con aprendizajes significativos, la primera con información relevante del problema de obesidad a través de la lectura: La “tasa grasa” es por su bien, y la segunda, estuvo centrada en la elaboración de una ensalada de frutas” (2014). Continúa: “Que mejor satisfacción para un docente el de compartir con sus estudiantes un alimento saludable elaborado por ellos y ellas, y poder comprobar que estas estrategias metodológicas aseguran una formación integral, tanto en conocimientos, actitudes, valores y sobre todo con un plus de productividad, para que el futuro ciudadano contribuya proactivamente en su sociedad”.

Resalta el mensaje principal del reportaje de María R. Sahuquillo “Más presión contra la comida basura”, y con ayuda de varias fotografías que dan muestra de su trabajo curricular en el aula, dice Paredes. Este mensaje me hizo reflexionar en cuanto a la venta de alimentos envasados, gaseosas y gran variedad de dulces que se ofertan día a día en el kiosco de la institución educativa donde laboró, y al relacionarlas con probables riesgo de salud del estudiante, pensé que era propicio generar una actitud crítica y reflexiva en mis educandos, en tal sentido decidí realizar una actividad gastronómica como cierre del tema abordado, la que consistió en preparar una ensalada de frutas, este trabajo colaborativo estuvo conformado por cuatro grupos de seis estudiantes. Como resultado, los/as estudiantes comenzaron a exigir a los concesionarios del kiosco que prepararan refrescos de frutas para sustituir las gaseosas.

Cuando Fernando Paredes decidió incluir la preparación de la ensalada de frutas como cierre del tema: La nutrición del ser humano, desconocía la existencia de la Ley de promoción de alimentación saludable para niños, niñas y adolescentes que se había promulgado recientemente en su país, este caso, hace suponer falta de difusión y puesta en práctica de una herramienta legal que salvaguarda la salud pública de la población estudiantil en algunas instituciones educativas, de igual forma, se advierte ausencia en el monitoreo de la instancia inmediata superior para el cumplimento del marco normativo. Deficiencia administrativa que en nuestra percepción fue superada por el dinamismo, creatividad y ponderado criterio de un miembro activo de la comunidad de educadores para la Cultura Científica al momento de programar y aplicar la sesión de aprendizaje.