8 de diciembre de 2019

Alida R. Labarca. Profesora titular adscrita al Departamento de Investigación Producción y Posgrado del Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño. Maracaibo, estado Zulia, Venezuela
La participación entendida como un proceso, no como postura ideológica, implica una labor de descubrimiento de la realidad que conlleva a la toma de conciencia y decisiones conjuntas para el logro de objetivos comunes.

La participación va más allá de un enfoque puramente instrumental que la identifica con un medio para alcanzar objetivos limitados de donde se desprende proponiendo el desarrollo de la capacidad del pueblo a autogobernarse. Así pues, la participación ciudadana ha de expresarse como una acción capaz de crear conciencia y socializar a quienes forman parte de ella, mediante la identificación del sujeto como actor importante para la satisfacción de las necesidades colectivas, tanto de las regiones, municipios o comunidades, auspiciando interrelación directa de la población en los procesos decisorios de las organizaciones que afectan sus vidas, de manera que no se confía lo político únicamente al estado, sino que se extiende a otros sectores.

Comunidad de Educadores: Un espacio para visibilizar el pensamiento de los docentes

La Red Iberoamericana de Docentes (41.400 miembros) quiere aprovechar la gran visibilidad que tiene sus blogs, tanto en la Red como en abierto, y va a iniciar una etapa en la que se van proponiendo temas de interés para la profesión docente que se actualizarán cada dos meses y que serán revisados por nuestro Comité Académico con el compromiso de hacer un retorno de todo lo recibido. Los docentes que a lo largo de 2020 publiquen un mínimo de 5 artículos recibirán un certificado acreditativo. El registro en esta acción es libre y gratuito y las entregas se harán a través de una plataforma Moodle para tener un control y las herramientas de evaluación adecuadas. Todos lo interesados puede registrarse desde hoy hasta el 31 de diciembre de 2019. Los datos que se solicitan son los necesarios para emitir, en caso de haberlo logrado, los certificados. Registro en: https://forms.gle/ssatywJomDsff2T27

Y en 2020 haremos entre todos el Año Iberoamericano de la Cultura Científica

 Igualmente, a juicio de Ceballos (2009), la participación sirve como un mecanismo para expresar por medio de actuaciones que se dediquen y se llevan a cabo socialmente, cuyo fin es hacer uso de manera eficiente y eficaz de los recursos, incluyendo la potencialidad que tiene cada individuo, grupo o comunidad para resolver sus problemas.

 Hay diferentes concepciones de lo que es la participación ciudadana, pero ¿cómo llevarla a la práctica? Son muchas las herramientas o mecanismos mediante los cuales un individuo o grupo de ellos pueden participar como ciudadanos para potenciar las capacidades de una comunidad o resolver una situación que la esté afectando negativamente. Una de ellas es el diagnóstico participativo (DP).

 El DP, es un proceso que permite identificar los problemas que afectan a la población de una realidad social que se quiere intervenir en un momento determinado, con la participación de los ciudadanos y las comunidades organizadas. Es, además, un proceso de reflexión sobre nuestro entorno que intenta aproximarnos a una situación específica para que comprendamos las dinámicas que en ella se desarrollan y las personas involucradas en las mismas; sin embargo, nos propone ir más allá de la recolección de información para pasar al cuestionamiento de nuestro contexto de manera colectiva, para comprender los problemas que se presentan en nuestra realidad, pero sobre todo, para transformarla, esto es, asumir su sentido político.

 Pero, ¿Por qué y para qué realizar un diagnóstico participativo? A continuación, algunas de las respuestas:

 1. Porque los planes de acción y las soluciones suelen ser más apropiados y eficaces cuando se basan en un análisis de los problemas hecho por las personas afectadas.
 2. Para elaborar un plan único de trabajo dirigido a la solución de los problemas comunitarios.
 3. Para destinar el uso de los recursos propios de las comunidades en la solución de los problemas sociales prioritarios que las afecten.
 4. Para facilitar espacios concretos de organización y participación de diferentes grupos comunitarios.
 5. Para promover la participación ciudadana y contribuir con el desarrollo de las comunidades.

 El DP, permite apropiarnos de experiencias de aprendizaje y fortalecer la formación ética y ciudadana a través de:

 1. La adquisición de metodologías para la investigación social y el análisis de la realidad.
 2. La construcción colectiva de la realidad, orientada con objetivos comunes, esfuerzos y responsabilidades compartidas.
 3. El contacto directo con las necesidades y problemas que inciden en el desarrollo de las comunidades.
 4. La integración y aplicación del conocimiento en la praxis cotidiana y en la comunidad.

 Ahora bien, teniendo toda esa información, interesa saber cómo se realiza un diagnóstico participativo. Según Geilfus (2009), cualquier ejercicio participativo requiere seguir unos pasos metodológicos básicos para ser diseñado correctamente. Éste debe comenzar con el diagnóstico, la planificación, terminando con el monitoreo o la evaluación. Pero, para que el diagnóstico sea participativo, la comunidad y todas las instituciones involucradas deben ser parte del proceso; el cual no se termina con el inicio de la implementación, sino que requiere ser completado y ajustado durante todo el proceso, según las necesidades de la gente y del proyecto.

 Existen muchas herramientas para realizar Diagnósticos Participativos, todo va a depender del contexto o de las personas o instituciones donde se realicen y los objetivos que se quieran alcanzar. Un DP puede empezar con una reunión con los miembros de la comunidad o institución que estén interesados en el relevamiento de un problema local, quienes además de ser los afectados por el problema serán los beneficiarios del proyecto. El tiempo necesario para hacer un DP variará, según la comunidad o institución de la cual se trate.

 Entre las herramientas participativas más comunes se tienen las siguientes:

 1. Técnicas de Observación, Diálogo y Dinámicas de Grupo: entre las que se encuentran: la Observación Directa, Entrevistas y Encuestas Comunitarias, Grupos de Trabajo, Lluvia de ideas , reuniones con la comunidad, Matriz FODA, Árbol de Problemas y las Visualizaciones. Como instrumentos pueden utilizarse: guías de observación, diarios de campo, registros descriptivos, listas de cotejos, cámaras fotográficas y de video.

 2. La Técnica de Grupo Nominal (TGN), en esta técnica, los miembros del grupo interactúan muy poco y aportan sus decisiones de manera individual sumando después sus resultados y utilizando la votación como medio de conseguir una valoración grupal. Con más de doce integrantes se trabajará en subgrupos para seleccionar unas ideas antes de continuar con el grupo completo. El objetivo fundamental es intercambiar información, tomar decisiones en común, lograr un alto grado de consenso, equilibrar el grado de participación entre los miembros del grupo y obtener una idea clara de las opiniones del grupo.

 Para desarrollar la técnica, primeramente, se nombra un moderador quien expone las reglas; entre las que están: respetar el silencio durante el tiempo establecido y no interrumpir ni expresar nuestras ideas a otro participante hasta que el moderador no lo indique. Durante unos minutos (entre cuatro y ocho), los participantes anotan en silencio todas sus ideas; pasado ese tiempo se hace una ronda en la que cada participante expone una sola idea cada vez, si bien la única interacción posible es entre moderador y participante, y para aclarar la idea que el primero escribirá en la pizarra.

 Cuando todas las ideas estén escritas, se inicia ya una discusión entre los participantes para aclarar las dudas que puedan existir sobre lo que ha quedado escrito, pudiéndose modificar ahora alguna aportación. De nuevo en silencio, cada asistente, utilizando unas fichas, ordena jerárquicamente las ideas o propuestas más importantes y se someten a votación. Se suman todas las votaciones individuales y se obtiene una jerarquía de ideas con las que se repite de nuevo el proceso hasta que se llega a la votación final.

  Cualquiera que sea la estrategia utilizada, una vez recolectada toda la información se procede a sistematizarla (organizarla para su análisis e interpretación) atendiendo a los distintos aspectos relevados en el DP. Cuando se utilizan técnicas de Observación, Diálogos y Dinámicas de Grupo, se procede a categorizar la realidad, que no es más que clasificar la información obtenida en función de los temas, aspectos o casos abordados. Este procedimiento puede realizarse a través de matrices de doble entrada, donde se especifique, por un lado, el aspecto abordado y, por otro lado, la descripción del aspecto ya sea que se trate de un hecho observado, el contenido de grabaciones, entrevistas, ideas, historias orales, narraciones, diálogos grupales, entre otros.

 Finalmente, se procede al procesamiento de la información, para ello se hace necesario: clasificar la información, redactar la visión de la comunidad, priorizar los problemas identificados y elaborar la presentación de los resultados obtenidos para que la comunidad conozca el trabajo realizado. Todo este proceso es registrado en un informe, donde se especifica e interpreta los datos, la situación actual de la comunidad y de sus opciones a futuro.

 Como señala Schulgurensky (2004), “los presupuestos participativos son una escuela de ciudadanía, un lugar donde los ciudadanos aprenden haciendo, donde adquieren una gran variedad de habilidades políticas, conocimiento, actitudes y valores, y donde llegan a ser más democráticas, tolerantes y preocupadas por los otros”. Estos procesos de participación ciudadana, actualmente presentes en varias ciudades del mundo, pueden tal vez ser una pista para replantear y reformular nuestras ideas entorno a lo que el “desarrollo humano” significa.