22 de enero de 2022

Mg. Adriana Larramendi - Gral. Villegas – Pcia. Buenos Aires – Argentina. Proyecto Iberoamericano de Divulgación Científica
Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
El Artículo reflexiona sobre la necesidad de ser crítico frente a la compleja realidad, partiendo del entrecruzamiento de la República de Platón, la película No mires arriba de McKay y Sirota y la educación. Para seguir pensando….

  • No mires arriba solamente –dice el prisionero liberado a espaldas de su amigo, en el fondo de la caverna
  • No puedo mirar a otro lado, sólo arriba y delante de esta pared – responde el prisionero encadenado- Acaso no me ves encadenado, con la cabeza fija a la pared, sin poder dar vuelta? Pero esto me alcanza…
  • Yo te libero. Verás que al mirar a otros lados tendrás otras imágenes. Verás que la realidad puede mirarse de distintos ángulos.  
  • No necesito verlo desde otra perspectiva! Ya lo veo! Y mis compañeros ven lo mismo que yo! Qué dudas puede haber?
  • No sabes que lo que miras son sólo sombras, proyecciones en la pared de lo que verdaderamente es. Y crees que ves la realidad. Y no la cuestionas. No mires arriba solamente! Da vuelta tu cabeza! Sal de este lugar!
  • Me duele cuando giro…. Estoy más cómodo como estoy, así…
  • Yo te acompaño, yo te guiaré. Subiremos esa cuesta escarpada. El Sol nos iluminará, y aunque estemos enceguecidos al principio, después veremos las verdadera realidad, podremos recorrerla, explorarla, cambiarlas.
  •  Me cansas sin iniciar la subida… déjame acá.
  •  Vamos… podrás tener una visión más amplia de las cosas, comprender diferentes perspectivas de un mismo fenómeno
  • Déjame tranquilo o te golpearé!

El diálogo puede ser una conversación imaginaria de los protagonistas del mito de la caverna de Platón, que se encuentra en el libro VII de la obra República de Platón, escrita hacia el año 380 a. de C.

Esta alegoría puede ser usada para interpretar muchos comportamientos que tenemos ante situaciones de la vida cotidiana, en la que nos cerramos a una forma de pensar, y nos dejamos influenciar por una sola línea de pensamiento sin cuestionar. En tiempos de infodemia en las redes sociales y los medios, de infoxicación en pandemia, de desinformación y noticias falsas, de intolerancia generalizada y de desánimo y desesperanza, para muchos la salida es aferrarse a ideas en las que se pueda proyectar el miedo y la tensión. La actitud es la de un comportamiento sumiso frente a lo que se presenta para repetir y batallar contra otros que no piensan como uno. Es la actitud del miedo, la del prisionero que prefiere quedarse atado a las sombras monstruosas del fondo de la caverna, sin saber qué son ni qué pueden hacer.

Como sociedad, como humanidad hemos perdido la capacidad de asombro frente a lo nuevo. Todo viene dado, bombardeado por imágenes, sin capacidad de análisis en el asombro. Ni hablar del disfrute del asombro y del asumir el riesgo de conocer aquello que me asombra.

  • ¿Para qué cuestionar aquello que acontece? - preguntaría el prisionero.
  • Para estar más cerca de la verdad, para prevenir, para actuar, para cambiar el rumbo, corregir…- respondería el liberado

El título de este artículo hace referencia a una película recientemente estrenada “No mires/n arriba”, con excelentes actores y que muestra la actitud de políticos y de sus seguidores así como de excéntricos gurúes de la tecnología y de los medios que forman posturas frente a una sociedad dogmática y acrítica. Se observa el poder y el manejo de la información, los intereses políticos y económicos, el sentido de la imagen y la ausencia de sentido de la realidad frente a un hecho científico inexorable. Y qué hay de nosotros cuando vemos una noticia, tendencia o “top trending topics”.

Frente a esta realidad incierta y cambiante, no mires para arriba solamente, no creas sólo lo que dicen, mira todas las perspectivas, explora, lee, estudia, comparte y actúa con este fundamento, con un criterio científico, lógico, solidario y también creativo, para dar nuevas respuestas a nuevos problemas. La educación en todos sus formatos y metodologías, en la escuela, en la universidad, en la capacitación laboral, en el hogar, en los medios de comunicación, en las redes, es la herramienta indispensable para formarnos como ciudadanos críticos y activos. De lo único que no hay duda.