1ro de mayo de 2020

José Lorenzo Martínez Torres,
La Tecnología es una actividad productiva cuyo objetivo es la transformación de la naturaleza y cuyos resultados son bienes de consumo o de servicio; lo que hay que saber para hacer. Así partiendo de esta concepción, las tecnologías de la información y la comunicación son parte indisoluble de la educación a través de su historia, ligadas según su evolución y desarrollo propio en su contexto, favoreciendo la educación de la sociedad en su momento y a través del tiempo para afrontar con mejores herramientas los retos que plantea el medio.

Haciendo una mirada a la incorporación de las TIC en la educación, merece un momento de reflexión y decisión. En nuestro centro educativo atendemos jóvenes entre 15-18 años de edad, que cursan el bachillerato en áreas agropecuaria e informática y una formación en asignaturas básicas y propedéuticas mediante un marco curricular común basado en competencias. Las TIC se atienden mediante una infraestructura de un laboratorio de cómputo con 16 PC con servicio de internet mediante una conexión a una línea telefónica para una matrícula escolar de 305 alumnos y que más de la mitad son de otras comunidades en las que el servicio de internet es insuficiente o no tienen acceso, más sin embargo tiene un móvil la gran mayoría de ellos. Una planta de profesores capacitados y dispuestos a la incorporación de las TIC en su proceso de enseñanza aprendizaje, formales e informales.

La educación en su avance histórico incorpora los avances tecnológicos que se van dando y en estos tiempos, la sociedad que nos toca vivir es tan dinámica que nos rebasa a cada instante, grandes retos tenemos que afrontar en la escuela actual para atender las demandas de los alumnos que nos toca atender. Nuestros educandos en su mayoría tienen acceso a la tecnología en diversos niveles y casi la totalidad maneja un móvil y es miembro activo de una red, es navegador nato y quiere que lo que se enseña en la escuela tenga que integrar esos medios. Cómo profesores tenemos la obligación de incluir esos medios y recursos para que las situaciones de aprendizaje planteadas favorezcan en mayor medida el desarrollo del pensamiento y surge una necesidad de uno como profesor de formarse e informarse en el uso, incorporación y promoción del su buen uso en la educación. La tecnología con sus características de sorprendente y cautivadora de las mentes jóvenes, ha hecho que sus usuarios promuevan en ella un dinamismo sin fronteras, aplicaciones van y vienen en muy diversos campos, desde algo sencillo hasta lo sofisticado, para todos los gustos.

Interesante el papel que juegan las TIC en la educación, pero observemos un caso en el aula, en el área de matemáticas, una situación de aprendizaje de análisis de funciones, su visualización mediante el software Geogebra. Sí sólo el profesor acude a su salón con proyector y pc para mostrar la operación de geogebra y sus aplicaciones para la visualización de las graficas y el análisis propio de la función, o se les pide a los alumnos que acudan al laboratorio de cómputo para que operen el software y analicen una función, qué sucede? No existe una incorporación efectiva de las TIC al proceso, pues los alumnos no manipulan, no operan el software; si van al laboratorio las computadoras son insuficientes, 20 alumnos por computadora, además que hay otra limitante, el tiempo y el acceso al laboratorio, pues atiende preferentemente los módulos de informática y está saturado y pocos son los jóvenes que tiene una computadora personal. Si se quiere hacer una búsqueda de información en la red, el acceso es limitado y demasiado lento, la conectividad presente en la escuela es insuficiente, imposible que el profesor pueda desarrollar una sesión en el aula haciendo uso de la red.

Notables son los beneficios que produce la visualización de graficas y su manipulación para el desarrollo el pensamiento matemático, es algo perceptible que nos da la tecnología en este campo del saber, es necesario por consiguiente la incorporación de las TIC en el proceso de enseñanza de las matemáticas, pero con mayor cobertura y equidad, y para eso lo que nos corresponde como facilitadores de este proceso, es la profesionalización.

Recientemente hemos sido evaluados y los resultados arrojan un modelo de educación tradicionalista, falta de dominio del campo disciplinar que se imparte y además de otras acotaciones, poco uso de las TIC en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Gratificante la labor del profesor y en este escenario cotidiano frente a un avance tecnológico muy dinámico, mayor es el compromiso para la educación que imparte y la necesidad de la profesionalización como factor que le corresponde y está en sus manos gestionarla para mejorar su labor; la dotación de equipo e infraestructura es de otra ventanilla y la dirección del plantel y las instituciones superiores y federales tienen la obligación de atenderlas de la mejor manera.

No podemos dejar de un lado las TIC, por lo que debemos establecer un programa de formación y actualización en el capo disciplinar y en la incorporación de la tecnología a la educación, opciones y oportunidades son muy amplias y diversas con verdaderos especialistas y aprender de los casos exitosos adecuándolos a nuestro entorno, una opción son los MOOCs.

Planteada la situación y a manera de autocrítica, como institución tenemos una visión y misión que cumplir con la sociedad, con los jóvenes que nos toca atender, los resultados muestran los efectos de su interacción y se presentan en una comunidad dividida y en logros académicos no satisfactorios. Replantear estas acciones y retomar una efectiva y afectiva labor educativa en toda la extensión de la palabra debe ser prioridad para mejorar la educación de nuestros jóvenes y contribuir así a construir una mejor sociedad.