29 de agosto de 2021

Daniel Flores-Gutierrez & Alfredo Díaz-Azuara.
Nuestro sistema solar se formó en una región extremadamente pequeña de una gran nube molecular, sin embargo ahora es factible comparar ciertos componentes carbonosos, como diamante y grafito, con los observados en otros objetos astronómicos como en Quásares, galaxias activas, etcetera, los cuales se encuentran contenidos principalmente en los meteoritos primitivos como las condritas.

Todo inicia hace algunos años cuando los japoneses desienden una una nave sobre un asteoride, tiempo después, los norteamericanos a través uno de los programas de investigación de la NASA logran capturar y traer a la Tierra pequeños granos de materia presolar en el medio interplanetario.

 ¿Cuáles fueron las condiciones físicas que existieron en la nube presolar?, ¿Qué componentes minerales la constituían?

Actualmente estas preguntas comienzan a responderse, ya que las técnicas de observación astronómica han mejorado, debido a que se ha incrermntado la sensibilidad de los instrumentos y detectores astronómicos. Ejemplo de ello son los espectrógrafos de muy alta resolución y arreglos de telescopios como el Very Large Array Interferometer (VLA).

¿Qué información se puede obtener de los meteoritos en general, o bien de las condritas, o aún más específicamente de las condritas carbonosas?

Las respuestas se deduce de los componentes de estos meteoritos, las inclusiones y la matriz. En este articulo se decidio evitar el estudio del metrito Allende, con la finalidad de obtener información fundamental de la nube protoplanetaria, ya que este, o sus componentes se han fechado hacia los 4550 millones de años.

Bien es tiempo de ver cómo se caracterizan a las condritas carbonosas, las inclusiones pueden verse como aglomerados de partículas, de diversas dimensiones, mediante una matriz constituida de polvos nanométricos (muy muy pequeños).

De la geometría de las inclusiones se puede observar que las hay de forma irregular y coloración tendiendo al blanco que se reconocen como inclusiones de calcio y aluminio (ICA’s y CAI’s, en idioma español e ingles respectivamente).

Otras inclusiones muestran geometrías esféricas llamadas condros (chondrules en inglés), cuyas composiciones química y mineral dan origen a ciertas clasificaciones que contemplan sus contenidos, regolitos y elementos fundidos, o bien combinaciones de ellos. Otras inclusiones más se observan como fragmentos de otros tipos de componentes incluyendo residuos de otros condros.

El interior de los condros también se muestran en una gran variedad, desde aquellos que son producto de fusión, hasta los que se muestran formados de fragmentos de otros pequeñísimos elementos pétreos (rocosos).

Dada esta diversidad de configuraciones micro pétreas consideramos importante conocer cómo se distribuye la composición química y mineral en el interior de los condros con el objetivo de conocer, de la nube presolar, el grado de heterogeneidad, o quizá fluctuaciones que debieron existir en ese entonces. Para lograrlo, se usan las cuatro fases generales de observación o adquisición de datos: micromagneómetro, microscopio electrónico, microsonda y espectroscopia Raman.

Para finalizar, el estudio de la génesis de las rocas se sabe que pueden formarse por diversos mecanismos los cuales pueden resumir procesos de cristalización, sedimentación, o recristalización de una matriz formada con anterioridad, es entonces que el magnetismo pétreo aparece cuando sus componentes ferromagnéticos, anti ferromagnéticos, y granos ferromagnéticos adquieren su campo magnético remanente. Y es en ese momento cuando se convierten en un registro de la dirección y la intensidad de las líneas de campo que pasan a través del mineral en cierto tiempo, lo cual ahora vemos como un remanente magnético.