28 de diciembre de 2019

José Antonio Acevedo Díaz. En 1912, el meteorólogo Alfred Lothar Wegener (1880-1930) y, dos años antes en 1910, el geólogo norteamericano Frank Bursley Taylor (1860-1930), propusieron la hipótesis de la movilidad continental o deriva continental, mediante movimientos terrestres horizontales, frente a las teorías fijistas de los océanos y los continentes, que imperaban en la geología oficial de la época, y también en contra del movilismo geológico basado en el principio de la isostasia (movimientos terrestres verticales).

Sin ánimo de ser exhaustivo, esbozaré cuatro aspectos de naturaleza de la ciencia, dos epistémicos y dos no-epistémicos, que pueden extraerse de la controversia sobre la hipótesis de la movilidad continental. Me basaré para ello en lo acaecido en el Continental Drift Symposium (CDS), organizado por la American Association of Petroleum Geologists (AAPG) y celebrado en Nueva York en 1926 con la participación de catorce geólogos, nueve norteamericanos y cinco europeos, incluidos Taylor y Wegener (García-Cruz, 1996).

1. Dos aspectos epistémicos de la controversia

a) Sobre hipótesis y teorías

Las hipótesis pueden convertirse en teorías si hay suficientes pruebas que las apoyen o si resisten repetidos intentos de falsarlas. Además de explicar, una teoría debe ser capaz de hacer predicciones, que se puedan verificar o refutar (Acevedo, 2017).

La hipótesis de la movilidad continental de Wegener se argumentaba con datos biológicos y paleontológicos pero no explicaba la causa del movimiento de los continentes, de modo similar al hecho de que la hipótesis de Semmelweis tampoco explicaba la causa de la fiebre puerperal (Acevedo-Díaz, García-Carmona y Aragón-Méndez, 2016, 2017). En aquella época no se disponía de medios suficientes para explicar esas causas (Álvarez-Muñoz, 2012). Ello se conseguiría bastantes años después, en las décadas de los años 1950 y 1960, gracias a los adelantos tecnológicos desarrollados durante la Segunda Guerra Mundial, que permitieron aportar las pruebas necesarias (Gribbin, 2005). Esta fue una de las razones por la que los geólogos norteamericanos del CDS la calificaron de “mala ciencia”. Sin embargo, no fue el único motivo epistémico para rechazarla.

b) Sobre la diversidad de metodologías científicas

La epistemología de la ciencia suele distinguir entre dos grandes grupos de metodologías científicas: la empirista e inductiva (propuesta por Francis Bacon) y la hipotético-deductiva (de raigambre cartesiana). En el contexto del descubrimiento (Reichenbach, 1938), cuando la ciencia está en construcción, Wegener utilizó una metodología hipotética-deductiva (o quizás habría que decir mejor abductiva), en contraposición al método positivista empírico e inductivo imperante en Estados Unidos por entonces (Álvarez-Muñoz, 2012). Se acusó a Wegener, en el CDS, de hacer una búsqueda selectiva de datos para corroborar sus pruebas mientras que pasaba por alto los que eran desfavorables. De este modo, se le dijo que su método “[...] era más propio de un abogado que de un científico, […] en el sentido de que tenía una causa que defender, más que una idea que demostrar [...]” (García-Cruz, 1996, p. 98).

Así pues, el rechazo de los geólogos estadounidenses de la movilidad continental de Wegener se debió también a que la investigación de este no se correspondía con la práctica científica dominante en la época, en particular en Estados Unidos. Ahora bien, en tal rechazo influyeron asimismo aspectos no-epistémicos.

2. Dos aspectos no-epistémicos de la controversia

a) Razones gremiales

Wegener era meteorólogo, lo que no era bien visto por la comunidad de geólogos estadounidenses por motivos gremiales de lo que consideraban un intrusismo profesional. Este no era el caso de Taylor, que era geólogo y apenas fue criticado en el CDS (García-Cruz, 1996), a pesar de que también defendía una hipótesis favorable a la deriva continental. Los geólogos norteamericanos consideraban a Taylor “uno de los suyos”, aunque pudiera estar equivocado. Además, Taylor también era estadounidense, lo que nos lleva al segundo de los aspectos no-epistémicos.

b) Xenofobia

Parece ser que la nacionalidad de Wegener también jugó en su contra durante el CDS (García-Cruz, 1996); un claro ejemplo de exacerbado patriotismo nacionalista en la ciencia. Wegener era alemán y Alemania había perdido la Gran Guerra (Primera Guerra Mundial) en 1918. Ello había generado un fuerte sentimiento de fobia a los alemanes en Estados Unidos:

A pesar de la presencia en el simposio [CDS] de Frank B. Taylor y del propio A. Wegener, así como de otros investigadores que no se oponían a la deriva continental, la conclusión fue que era físicamente imposible. La comunidad científica de geólogos norteamericanos no estaba dispuesta a dar por buena una hipótesis que parecía contravenir sus intereses profesionales […] la deriva fue descartada como una fabulación, cuando no como una actividad anti-americana.” (Álvarez-Muñoz, 2012, p. 68).

El CDS de 1926 no clausuró del todo la controversia, pero la calmó bastante. En 1930, la trágica muerte de Wegener durante una expedición a Groenlandia contribuyó a que su hipótesis de la deriva continental permaneciera dormida durante años, hasta que fue recuperada para la ciencia por la teoría de la tectónica de placas en la década de 1960 (Álvarez-Muñoz, 2012; Gribbin, 2005).

Referencias

Acevedo-Díaz, J. A. (2017). Sobre leyes y teorías científicas. OEI, Divulgación y Cultura Científica Iberoamericana, 19-4-2017, http://www.oei.es/historico/divulgacioncientifica/?Sobre-leyes-y-teorias-cientificas

Acevedo-Díaz, J. A., García-Carmona, A. y Aragón-Méndez, M. M. (2016). Un caso de Historia de la Ciencia para aprender Naturaleza de la Ciencia: Semmelweis y la fiebre puerperal. Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias, 13(2), 408-422.

Acevedo-Díaz, J. A., García-Carmona, A. y Aragón-Méndez, M. M. (2017). Enseñar y aprender sobre naturaleza de la ciencia mediante el análisis de controversias de historia de la ciencia. Resultados y conclusiones de un proyecto de investigación didáctica. Madrid: OEI.

Álvarez-Muñoz, E. (2012). Epistemología y gnoseología de la deriva continental, sobre su aceptación y de su rechazo. Enseñanza de las Ciencias de La Tierra, 20(1), 64-78.

García-Cruz, C. M. (1996). El Simposio de la Asociación Americana de Geólogos del Petróleo (Nueva York 1926) y la deriva continental. Llull, 19, 91-109.

Gribbin, J. (2005). Historia de la ciencia (1543-2001). Barcelona: Crítica.

Reichenbach, H. (1938). Experience and Prediction: An Analysis for the Foundations and the Structure of Knowledge. Chicago, IL: University of Chicago Press.

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