1ro de junio de 2020

Valeria R. Rojas. Mar del Plata. Argentina.
El enfoque para la enseñanza de las ciencias en el nivel medio ha cambiado y ya no se limita a una preparación para seguir estudios posteriores, sino que promueve la formación de ciudadanos participativos, de personas que puedan satisfacer su curiosidad y aplicar lo que aprenden en la vida cotidiana.

Hace ya varios años que se ha producido un cambio en el enfoque de la enseñanza de las ciencias en el nivel medio. Según el análisis realizado por el español José Antonio Acevedo Díaz (2004), se produjo un viraje en las finalidades que debe tener la enseñanza de las ciencias en la escuela. Así, ya no se aprende ciencias sólo para seguir estudios posteriores (finalidad propedéutica), sino también para el mundo del trabajo, para tomar decisiones en asuntos públicos relacionados con la ciencia y la tecnología (formación de futuros ciudadanos), para satisfacer curiosidad personal, para la vida cotidiana, entre otras.

 Ese cambio implica que la educación científica, además de ser una educación para las ciencias, sea una educación a través de las ciencias que contribuya a formar ciudadanos participativos (Meinardi, 2010). Considero que el enfoque CTS puede contribuir a poner en marcha esta nueva perspectiva en el abordaje de la enseñanza de las ciencias. Según Martín Gordillo (2003), se pueden resumir en dos los propósitos del enfoque CTS en el ámbito educativo: mostrar que la ciencia y la tecnología son accesibles e importantes para los ciudadanos y propiciar el aprendizaje social de la participación pública en las decisiones tecno científicas.

  Ahora bien ¿cómo materializar de manera concreta esos propósitos en el aula? Propongo un ejemplo de trabajo muy sencillo.

 En Físico-Química de segundo año de la Educación Secundaria Básica, se desarrolla el tema cambios físicos y químicos y se presenta una introducción a los tipos de reacciones químicas existentes. Entre ellas, se estudia la reacción de combustión y se hace mención a lo que sucede cuando la combustión es incompleta: producción de monóxido de carbono, un gas altamente tóxico.

 Vivo en una ciudad turística costera donde, solo teniendo en cuenta hoteles, hay más de 57.000 plazas disponibles, sin contar los innumerables inmuebles (departamentos y casas) que ofrecen los particulares para alquiler en temporada, especialmente en verano. La ciudad tiene un funcionamiento completamente distinto en verano que en invierno. Y es precisamente en esta última estación en la cual las muertes por inhalación de monóxido de carbono son noticias año tras año. Muchas personas vienen a nuestra ciudad en la temporada invernal y se alojan por pocos días en viviendas que han permanecido desocupadas y cerradas durante mucho tiempo, y que no tienen las instalaciones de gas en condiciones apropiadas. Para calefaccionarse, utilizan, por ejemplo, las hornallas de las cocinas y cierran todas las aberturas… y el asesino silencioso hace su trabajo.

 Para trabajar esta problemática en el aula y lograr que los alumnos se conviertan en agentes propagadores de la información, se les propuso realizar un folleto donde mostraran las causas, efectos y formas de prevenir esta intoxicación. También, se analizó la actividad de científicos locales que, a través del desarrollo de tecnologías específicas, buscan contribuir a la solución del problema.

 Hacer que los chicos contribuyan a mejorar algún aspecto de su vida cotidiana, y la de sus familias, utilizando conocimientos que adquieren en la escuela es una manera de contribuir a esta nueva manera de educar en ciencias.

Bibliografía