14 de diciembre de 2019

Gladys Liliana Furlani. La Rioja, República Argentina
La interdisciplinariedad considerada en propuestas de trabajo para el aula, convoca a diferentes actores institucionales y los invita a realizar una propuesta que emerge del conjunto, del consenso. En este artículo haré referencia a las aulas del profesorado, y al equipo docente que trabaja desde este lugar tan particular al ser los “Formadores de Formadores”, con una doble responsabilidad que en este apreciado lugar del sistema educativo se les concede. 

Al pensar en la interdisciplinariedad indudablemente estaríamos invitados a definir el alcance del “entre”, podríamos preguntarnos entonces ¿entre qué? ¿entre quién o quiénes? y posiblemente habría otra pregunta en un futuro inmediato ¿para quién o quiénes pensamos en una propuesta interdisciplinaria?

Este concepto, posiblemente atribuido a sociólogo Luis Wirtz, habría sido utilizado por primera vez en 1937, después de casi 80 años seguimos pensando en las múltiples oportunidades que genera el trabajo con propuestas interdisciplinarias, ¿cuál es la clave o la llave para elaborar propuestas interdisciplinarias? En los modos de producirlas presentan tanto para los docentes que las piensan como a los estudiantes o alumnos destinatarios, espacios de trabajo compartidos, de despliegue de conocimientos entre disciplinas y la oportunidad única de generar buenos consensos, de buenos acuerdos, para su puesta en marcha.

Comunidad de Educadores: Un espacio para visibilizar el pensamiento de los docentes

La Red Iberoamericana de Docentes (41.400 miembros) quiere aprovechar la gran visibilidad que tiene sus blogs, tanto en la Red como en abierto, y va a iniciar una etapa en la que se van proponiendo temas de interés para la profesión docente que se actualizarán cada dos meses y que serán revisados por nuestro Comité Académico con el compromiso de hacer un retorno de todo lo recibido. Los docentes que a lo largo de 2020 publiquen un mínimo de 5 artículos recibirán un certificado acreditativo. El registro en esta acción es libre y gratuito y las entregas se harán a través de una plataforma Moodle para tener un control y las herramientas de evaluación adecuadas. Todos lo interesados puede registrarse desde hoy hasta el 31 de diciembre de 2019. Los datos que se solicitan son los necesarios para emitir, en caso de haberlo logrado, los certificados. Registro en: https://forms.gle/ssatywJomDsff2T27

Y en 2020 haremos entre todos el Año Iberoamericano de la Cultura Científica

El desafío de pensar, y la posibilidad de trabajar de manera interdisciplinaria en las instituciones educativas, según mi experiencia tiene lugar porque invita a quienes deseen participar a una adhesión casi voluntaria, al conjunto, al compromiso, al equipo. Podríamos entonces circunscribir esta posibilidad y estas propuestas pedagógicas en un nivel educativo, al Nivel Superior. Este nivel representa a los “Formadores de Formadores” y por lo tanto a los docentes que tienen una doble responsabilidad, enseñar a sus estudiantes transmitiendo su ciencia y el conocimiento pedagógico del contenido (CPC) y por otra parte enseñándoles cómo enseñar a sus futuros alumnos, sean niños o jóvenes. Este es el nivel para el que trabajo como Referente Técnico del Ministerio de Educación de mi provincia, desde hace casi 20 años, acompañando sus reformas y el desempeño docente en sus aulas.

En este nivel educativo se convoca cada día a desafiar nuestros saberes, se los interpela y muchas veces se los modifica con sutileza a partir de la visualización de las prácticas “en terreno”, según el registro de clases que realizo de mis colegas en los Institutos Superiores de Formación Docente (ISFD). Son los colegas los que se encargan de desarrollar proyectos y de renunciar a parte de su anhelado descanso para poder llevarlos adelante, consta en mis registros de tantos años, y por este raro privilegio doy gracias cada día que aprendo junto a ellos.

El Nivel Superior es, posiblemente, el principal responsable de mantener actualizado de manera constante y comprometida el proceso de enseñanza y aprendizaje en sus aulas, las aulas del profesorado. Por lo tanto, me gustaría pensar en la interdisciplinariedad en estas aulas. Pude participar de algunas experiencias, me gustaría que se repitan.

Para seguir contextualizando mi idea, consideremos a la interdisciplinariedad referida a una propuesta de cátedra o de más de una cátedra, y donde se encuentre un grupo de docentes interesados en abordar una temática puntual (con status de problema sería lo óptimo) y en donde cada uno de los profesores interprete esta temática desde la mirada de su formación académica, “su” mirada, sus supuestos, sus explicaciones. Tal es el caso, por ejemplo, en el currículum para la Formación Docente cuando se desea estudiar una problemática que impacta negativamente en el ambiente y donde interviene el hombre. En este sentido, las actividades propuestas pretenden desarrollar capacidades y requiere para su abordaje resolutivo de explicaciones, más o menos detalladas y con rigurosidad científica, aportadas por la biología, física, química, geología, ecología, entre otras, que están dentro del área de las Ciencias Naturales, pero también, y dependiendo de la extensión de la problemática planteada, requieren de conocimientos específicos aportados por la geografía, sociología, antropología, y otras ciencias. Teniendo en cuenta que cada área aporta una parte a la resolución del problema y poniendo en discusión en un primer encuentro de los docentes, qué entiende cada uno por “interdisciplinariedad” y qué diferencias encuentran con los enfoques transdisciplinarios y multidisciplinarios. Y en este punto, cuál es el aporte real de cada uno a la problemática en cuestión antes que llegue a ser socializada con los estudiantes. Este primer paso deberá generar acuerdos, muy buenos acuerdos entre los docentes, ya que el éxito para esta propuesta estará vinculado a un punto de partida con consenso y compromiso de monitoreo constante de los progresos.

Formulada la situación problemática, las explicaciones previas que se le brinden a los estudiantes para desarrollar su tarea, dependerá de la profundidad otorgada por cada docente, y en algunos casos requerirá de una cátedra compartida (entre docentes) para evitar “tendencias y excesos” en la información otorgada vinculando el trabajo de los estudiantes posiblemente con una disciplina más que con otra. Este espacio casi de “negociación” que los docentes establecen frente a un proyecto común, beneficia los vínculos, el conocimiento del otro en la tarea, el respeto por las diferencias de opiniones y modos de llevar adelante un propósito, que tienen por fin último, el aprendizaje y el crecimiento de sus destinatarios en pos de un mejor desempeño en su futura tarea docente y por qué no en sus vidas.

Este ejemplo de trabajo interdisciplinario, como las propuestas de trabajo colaborativo, podría dar cuenta de que las individualidades no son las que harán de las instituciones educativas (y del mundo) un lugar mejor, sino el trabajo de equipo que permite a sus miembros destacarse sin competir en pos algunas veces de demostrar que hay conocimientos más importantes que otros, y que por sobre todo que represente un modo de “ser docente” que no se enseña, sino con el ejemplo en el aula a partir del trabajo y espacio compartido.

Si entendemos a la interdisciplinariedad como una oportunidad propicia en los sistemas formadores, podríamos pensar que será óptimo considerarla como acto político, de intención y formando parte de las propuestas educativas institucionales, otorgando tiempo (por ejemplo, horas cátedra) para que tenga lugar. Deberíamos entonces crear condiciones institucionales para quienes participen de este modo de construcción de propuestas pedagógicas para el aula y facilitar así que tenga lugar el trabajo interdisciplinario.

Son estas propuestas interdisciplinarias, donde intervienen diversos actores, que en conjunto con otros proyectos inciden positivamente en las instituciones formadoras acrecentando la perspectiva democrática para la toma de decisiones, ya que estas propuestas abren caminos en el importante desafío de generar consensos, participación, respeto por las ideas del otro, pero sobre todo en llevar adelante una tarea, que por simple que parezca, será provechosa para la formación inicial de los estudiantes que podrán valorarla y replicarla en el futuro con sus alumnos.

Es la formación inicial la que debe dejar huellas y definir las trayectorias de los estudiantes de las carreras docentes, e impactar definitivamente en sus biografías. Todo tipo de actividad compartida en esta etapa de formación del profesorado generará una impronta valiosa para los que eligieron la docencia y estas personas afectadas (estudiantes y profesores) de manera positiva por el impulso puesto en el trabajo compartido tendrán en claro, desde el presente y aún más en el futuro, que nada ni nadie puede solo, y la buena noticia es que todo se puede con el otro y que debemos ser generosos intelectualmente en lo que ofrecemos, y alimentar el incansable deseo de seguir aprendiendo para saber, y saber para mejorar nuestra vida, nuestro entorno, nuestro mundo.