15 de octubre de 2019

Celia Rosa Fierro Santillán, CDMX, México.
Descubrimientos como el bosón de Higgs y las ondas gravitacionales son logros de equipos científicos con un buen liderazgo. Podemos implementar estrategias en el aula para fomentar el liderazgo de los estudiantes. Debemos predicar con el ejemplo, un buen docente debe ser también un buen líder y fomentar la cultura científica

La cultura abarca las costumbres, prácticas, maneras de ser, rituales, tipos de vestimenta y las normas de comportamiento de una sociedad determinada. En este sentido, el desarrollo de una cultura científica incluye el transmitir a los jóvenes estudiantes un conjunto de hábitos, valores y enfoques que en forma natural los llevan a integrar el pensamiento científico como parte de su vida cotidiana.

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En los centros de investigación científica se lleva a cabo trabajo colaborativo. Los retos científicos del siglo XXI difícilmente podrían ser resueltos por un científico que trabaje en forma aislada. La detección de ondas gravitacionales o el bosón de Higgs han sido posibles gracias al trabajo de grupos científicos trabajando colaborativamente. En estos grupos es esencial un buen liderazgo, para lograr los objetivos.

Uno de los retos que enfrentamos los docentes es desarrollar en nuestros estudiantes, las habilidades que les permitan en el futuro insertarse exitosamente en el mercado laboral. Sin importar la profesión que ejerzan en el futuro, la habilidad para trabajar colaborativamente así como el liderazgo son competencias necesarias en nuestros días. Estas habilidades deben desarrollarse desde los salones de clase con el propósito de fomentar hábitos de trabajo que lleven a los estudiantes a trabajar colaborativamente con otros profesionistas en el futuro.

Una de estas habilidades es el liderazgo. En un equipo colaborativo todos los miembros tienen una responsabilidad equiparable, sin embargo es importante que uno de ellos se desempeñe como líder. En los proyectos científicos debe existir siempre un responsable técnico del proyecto, aquél que es el enlace entre el equipo de trabajo y las autoridades, el que debe verificar que se cumplan en tiempo y forma los compromisos contraídos, así como distribuir adecuadamente los recursos con los que cuenta el proyecto.

El salón de clases es un ambiente propicio para crear un microcosmos en el que se fomente el liderazgo en equipos colaborativos. No todos los miembros de un equipo de trabajo desean ser líderes o tienen aptitudes para hacerlo. Algunos estudiantes podrían sentirse intimidados por la responsabilidad, mientras que para otros es un reto motivador. Un estudiante que desee ser un buen líder debe desarrollar varias habilidades, entre ellas:

Comunicación
Debe ser capaz de transmitir la estrategia de trabajo a los miembros de equipo. Debe ser claro y conciso, asegurando así que el mensaje que quiere transmitir se entiende correctamente. Adicionalmente, el flujo de información no puede ser unilateral. Un buen líder debe estar dispuesto a escuchar las preocupaciones y sugerencias de los miembros de su equipo.

Ser un buen ejemplo
Un líder de equipo, no sólo se representa a sí mismo, está representando a su equipo. Sus comentarios y actitudes no sólo deben reflejar sus propias ideas, sino también las del equipo. Los líderes de equipo son un enlace entre el docente y los miembros del equipo. Sus acciones tienen repercusión tanto en el equipo como en grupo. Sus compañeros podrían considerarlos modelos a seguir, por lo que deben dar buen ejemplo y comportarse de un modo responsable.

Disposición para asumir y renunciar a la responsabilidad
Al asumir responsabilidades los estudiantes ganan en experiencia y conocimiento. Sin embargo, un buen líder también debe saber distribuir responsabilidades y tareas a los miembros del equipo, fomentando el aprendizaje de todos los estudiantes.

Motivación
Un buen líder es capaz de motivar e inspirar a sus compañeros, fomentando suentusiasmo por los proyectos y tareas que se están realizando. Lograr los objetivos del proyecto o trabajo fomenta el crecimiento académico de los estudiantes, y la satisfacción de las necesidades de logro y pertenencia.

Reconocer y fomentar el potencial
Un buen líder debe ser capaz de reconocer las aptitudes y habilidades de las personas que conforman su equipo y saber cómo utilizarlas para lograr los objetivos. Cuando uno de los miembros del equipo destaca en una tarea particular, su líder debe alentarlo para que siga motivado y pueda seguir desarrollando su talento.

Equilibrio entre autoridad y confianza
Un líder debe encontrar equilibrio entre autoridad y comprensión, esto no siempre es sencillo. Por un lado, el exceso de confianza y falta de autoridad podría retrasar los objetivos del proyecto, llegando incluso a no cumplir dichos objetivos. Asimismo, el autoritarismo y la falta de confianza podrían dañar las relaciones, perjudicando al equipo y evitando cumplir con los objetivos.

Tolerar los errores
Nadie es perfecto. Todos los seres humanos cometemos errores. Un buen líder debe tener la capacidad de reacción para solucionar conflictos y afrontar la situación.

Establecer metas y expectativas
Los equipos científicos trabajan por objetivos. Los plazos de entrega, los objetivos y los productos del proyecto se establecen en forma clara y realista. Se debe fomentar esta forma de trabajo en los equipos de estudiantes.

Autorreflexión
Además de analizar las capacidades de su equipo, los buenos líderes tienen que ser conscientes de sus propias fortalezas y debilidades. Conocer las habilidades destacadas de cada uno y saber los puntos de mejora es algo esencial que caracteriza a un buen líder.

Finalmente, aunque no menos importante, para formar buenos líderes, es necesario que el docente también tenga habilidades de liderazgo. No se puede enseñar lo que no se conoce. No podemos limitarnos a sólo transmitir el concepto de lo que es un líder. Al igual que la cultura científica, el liderazgo debe ser parte integrante de nuestro día a día. Sólo así seremos capaces de motivar a los estudiantes y fomentar las vocaciones científicas.