21 de mayo de 2019

El uso y abuso de la evaluación educativa la ha convertido en un instrumento que condiciona y limita el proceso de enseñanza y aprendizaje, más allá de algunas concepciones y aplicaciones adecuadas de la evaluación como medio para descubrir cómo ayudar a los estudiantes a aprender.

La evaluación ha recorrido un largo camino desde aquella primera idea de valorar lo que cada alumno era capaz de demostrar que había aprendido y que podía ser observado por otros, con frecuencia, por medio de escalas de distinto tipo o pruebas de lápiz y papel, hasta la idea de una evaluación general de los sistemas educativos que hoy domina a nivel global, y que busca conocer la eficiencia de las instituciones escolares, los sistemas educativos o los curricula escolares como medio para sentar las bases del progreso y el desarrollo de los países en la sociedad del conocimiento. También, es bien conocido que, ese dilatado camino, estuvo lleno de teorías, visiones e interpretaciones diversas acerca de lo que es “evaluación”.

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