María Laura Vivas Franco. Cd. Obregón, Sonora., México.
La tecnología es parte de la vida cotidiana hoy en día, sin embargo falta educación en el uso del celular en el aula, con frecuencia solemos ver a los alumnos distraídos de la clase y con el pretexto de estar anotando, o viendo una presentación se queda aislado de lo que sucede alrededor.

En realidad se tiene gran cantidad de distractores, se han hecho estudios sobre el tiempo de atención y Microsoft, menciona que el intervalo de atención de las personas pasó de ser de 12 a 8 segundos. Esto es dramático, porque antes se pensaba que lográbamos la atención de los estudiantes 20 minutos y el resto, de una clase de 50 min, se dedicaba a ejercicio, debates u otros.

Ello es el resultado de la revolución tecnológica, que ha creado una necesidad imprescindible en la actualidad a millones de personas, quizá varios hemos escuchado: “todo menos sin celular”, “sin el celular, me siento desnudo”, y otras más coloquiales.

En realidad son un problema en el aula, porque distraen, suenan en el momento menos adecuado, y si están en vibrador, pero lo tienen cerca es la misma reacción instintiva de ver la pantalla. Son un problema porque se comenten fraudes, y si un maestro/a tiene varios grupos y quiere hacer la misma actividad, generalmente ya tiene conocimiento de ello.
 
La distracción es un término utilizado para describir la desviación de atención, algo mecánico que puede ser causa de falta de interés, agotamiento, falta de sueño, mala alimentación, desilusiones, ansiedad, en fin, múltiples factores, de manera interna: el pensamiento, emociones , fantasías o urgencias fisiológicas. Tratándose de las externas pueden ser los estímulos, los sentidos físicos entre una amplia gama de ellos.

Se les puede quitar el celular, pero eso implica un problema, que es agresividad al estudiante. Y sumado a ello, es la responsabilidad que esto implica para la o el docente.

Entonces, lo ideal es establecer reglas claras en el salón de clase desde el inicio, aun así hay indisciplina por ese motivo. Pero los padres son un eje importante en estas decisiones.

Cuando hay un acuerdo es útil su uso siendo desde mi punto de vista, más eficiente en las clases de ciencias o de tecnología (talleres o laboratorios) para tomar fotos de imágenes o comparaciones entre lo observado en un microscopio o estereoscopio, lo que llama la atención de los estudiantes y logran sentirse orgullosos y satisfechos por sus logros.

Lo anterior no les da todas herramientas necesarias para ser hábiles en todo, pero si les proporciona la iniciativa para usar el teléfono en los laboratorios y de ahí hacer sus conjeturas.

O para corroborar parte de los procesos de una técnica empleada.

Como en este caso, en que se hace una práctica de extracción de ADN de semillas de lentejas, en la asignatura de biología. Donde cada parte del proceso es importante para dar un resultado correcto.

También toman importancia en la función de calendario incorporado, para organizar sus actividades.

Existen estudiantes que hacen anotaciones grabando su voz y eso es beneficioso porque ellos mismos recuerdan que tiene actividades pendientes.

Es bueno que los educadores instituyan estrategias que canalicen las herramientas tecnológicas y se busquen distintas formas de incluir los celulares como material de apoyo en las clases, dado que es una manera efectiva de interactuar con ellos por medio de un código comunicativo que les gusta, conocen y agrada. 

La habilidad se adquiere con el uso, en este caso el correcto, para dar oportunidad de favorecer al estudiante y no tensar la relación con el o la docente. En el caso personal, me ha sido de gran ayuda en el laboratorio porque al tener imágenes, que ellos mismos generan, los reportes de prácticas se vuelven interesantes y creativos. No es la única manera de ser incluyentes con esta herramienta, pero es una de las que me han dado resultado.