27 de octubre de 2019

Hay que "re-crear" el recreo. Volver a pensarlo como un momento para la infancia y libre de violencias.

Es el momento más esperado del día escolar. Un momento necesario para el descanso cognitivo y atencional, y para el despliegue del cuerpo y de la amistad.

Ese cuerpo que cuesta dejar quieto dentro del aula y esa boca que insiste en hablar encuentran en el recreo la posibilidad de despliegue.

A los alumnos siempre les parece corto y suelen prolongarlo en el aula.

A los docentes también les parece corto. El descanso áulico es necesario, como también el encuentro con colegas para compartir experiencias o para poner en palabras algún malestar.

Hoy algo está pasando en este espacio-tiempo: torpeza, maltrato, peleas, violencias, por un lado; o puro celular, por el otro.

 

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