20 de junio de 2019

Para tener un mundo sostenible debemos analizar nuestros patrones de consumo de manera que adquiramos sólo lo que realmente necesitamos. Entre mayor es la demanda de un bien o servicio mayor es el consumo de energía, la emisión de gases invernadero, la extracción de recursos naturales y los efectos negativos al ambiente. Los profesores debemos analizar críticamente nuestros patrones de consumo y prácticas cotidianas para poder ser ejemplo a nuestros estudiantes y poder lograr una mejor educación para la vida.

Muchos de los que actualmente rondamos los cincuenta años fuimos educados en un estilo de vida basado en el ahorro y la economía. Principalmente si provenimos de países del tercer mundo y de familias modestas, nuestras madres nos pedían que apagáramos las luces que no fueran necesarias, que no desperdiciáramos el agua, el gas o los alimentos. La ropa del hermano mayor pasaba al menor, algunos sólo teníamos un par de zapatos y recibíamos un juguete el día de reyes. En fin… que vivíamos en un mundo en el que necesitábamos menos cosas para sobrevivir y sentirnos felices y plenos.

 

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