23 de septiembre de 2022

Blanca Ruby Orozco Mera
Santiago de Cali, Colombia
Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.

El análisis crítico investigativo exige atender las tendencias pedagógicas modernas, en pro de implementar metodologías mediadoras didácticas del proceso de aprendizaje que posibilite el desarrollo de saberes socioculturales y científicos, de actores educativos en formación.

El comprender y analizar las diversas acciones que suceden y Promueven cambios en la sociedad actual enfrentan al sistema educativo ante su transformación de metodologías que conduzcan a potenciar las habilidades y la formación integral de los estudiantes desde la orientación en el aula de clase.

el trabajo en el aula debe establecer una aproximación al desarrollo de la investigación reconociendo la realidad cultural y social, sin desconocer la historia ya que los cambios sociales y culturales de la actualidad requieren de ciudadanos y ciudadanas con una mentalidad crítica, flexible ante las circunstancias que se pueden presentar en la sociedad.

El estudiante como ser social recibe constante información proveniente de diversas fuentes directa e indirectamente, desde los medios cotidianos, redes sociales y exploraciones tecnológicas con las cuales convive, así que el docente en su labor debe asumir que la escuela debe garantizar la implementación de estrategias meta-cognitivas como herramientas psicológicas necesarias para que los estudiantes puedan observar, valorar, reflexionar, dialogar, criticar, asumir posiciones que ayuden a transformar sus contextos a la vez que demuestran el nivel de pensamiento crítico alcanzado, (Tobón S., 2013). Por tanto, es de responder con la orientación escolar en pro de visionar la formación de actores con herramientas para analizar los contenidos a los que pueden acceder desarrollando habilidades intelectuales al enfrentarse a cualquier contexto como investigador de las situaciones que le competen y le conllevan a analizar aplicando conceptualizaciones revisadas y/o reconocidas ante su currículo escolar.

las mediaciones que tienen lugar en el aula, por el objeto de conocimiento y el estudiante, deben ser producidas con todo estilo de comunicación ya sea verbal o por medio de los materiales, y herramientas orientadoras planeadas ante el currículo, las tareas y procesos a desarrollar. El objeto de conocimiento es de armarse interestructurado, con la complejidad que resulta de la transposición al generar, y organizar la secuencia que propone el docente a través del tipo de diálogo, de tareas y materiales que ofrece atendiendo su labor pedagógica contextualizada en el ámbito sociocultural y científico sin desconocer la capacidad investigativa que involucre al estudiante. (De Longhi, 2000).

Para comunicar debe preverse qué información se ha de brindar al interlocutor y que resignificación se espera, es de comunicarse pensando en el otro, así que una tarea del docente es hipnotizar y diseñar, la forma de ir transformando el conocimiento desde la interacción comunicativa que espera se genere en el aula, atendiendo que las reacciones de los estudiantes ante el desarrollo teórico-práctico e integral de las ciencias le permiten la participación crítico investigativa escolar, hasta llegar a crear una especie de cultura común entre los actores educativos.

Acorde con Candela B. (1991), la construcción del conocimiento en aula debe ligarse a la participación del estudiante, “el conocimiento socialmente construido en el aula se puede ver, en ciertos momentos, como un encuentro de argumentaciones explícitas e implícitas que tienen que ser negociadas para mantener la comunicación”. Además, el lenguaje condiciona las oportunidades de aprendizaje frente a la interacción de los esquemas mentales del estudiante en el contexto del desarrollo del proceso de aprendizaje que direcciona el docente.

Por tanto, en pro de la eficiencia en la relación comunicativa hay que considerar las ideas previas, la guía del proceso de indagación de situaciones problemáticas, que promuevan el desarrollo conceptual, procedimental y actitudinal de los actores educativos conllevándolos a reflexionar sobre los procesos implicados en la construcción de pensamiento desde lo que se está vivenciando.

Todo es factible de lograr en cuanto se pueda fomentar el desarrollo del pensamiento crítico desde la escuela, los estudiantes van a ser capaces de utilizar la información para validar y obtener conocimientos, tomar decisiones y resolver problemas, logrando diferenciar los argumentos y los supuestos, fijando posturas ante cierta situación en contexto.

En el proceso pedagógico todo actor debe ser consciente de la utilidad de la indagación para navegar y acorde a su formación y conocimiento tomar acciones sistemáticas, lograr metas de aprendizaje demostrando el desarrollo de habilidades que permiten averiguar y comprender que es lo que pasa en relación a un tema de investigación, (Vila 2014). Luego es de brindarse espacios de debates sobre la ciencia como forma de actividad humana que está influenciada por la cultura, la política, el desarrollo científico y la sociedad, así como por los efectos sociales del conocimiento que se genera.

La formación docente es fundamental para la transformación de la sociedad donde se dé importancia a proyectos de desarrollo humano así que diversos procesos educativos se convierten en objeto constante de investigación y deben ser la cultura de los sujetos del desarrollo.

El pensamiento crítico es una necesidad para que los actores educativos estructuren una manera de pensar propia, capaz de tomar posiciones conscientes, racionales frente a las situaciones sociales que viven y para tener un papel activo en las decisiones culturales y científicas. (Torres, 2014). Por tanto, la formación debe constituir, una base de conocimientos sólidos contextualizados, el pensamiento crítico debe ser desarrollado en el contexto de cada disciplina específica y en relación con situaciones y problemas conectados a la vida diaria, (Pither y Soden, 2000). Ennis (2011) y Vargas (2013), enfatizan en que el pensamiento crítico es propositivo, es un juicio autorregulado que resulta de la interpretación, el análisis y del uso de las estrategias que faciliten la estimulación para de esta manera accionar en la construcción del conocimiento.

para que los estudiantes puedan obtener un análisis crítico investigativo, se pueden realizar actividades específicas para cada tema con el propósito de propiciar el desarrollo de habilidades en pro de la resolución de situaciones problema requeridas por los estudiantes o de su contexto inmediato propio a relacionar como recurso didáctico.

El análisis crítico investigativo direcciona el juicio a ser regulado con el propósito que permite llevar a cabo un proceso de situación en estudio, disciplinado, activo e intelectualmente hábil para la aplicación, análisis, interpretación, síntesis y evaluación, de información que pueda ser recolectada. Las disciplinas curriculares cada vez experimentan mayores impulsos de ámbito investigativo, luego es una necesidad sentida que desde la escuela se formen los actores educativos capaces de promover el análisis crítico investigativo, para que de esta manera su formación y experimentación se valore con toda relevancia e importancia en relación con la cotidianidad.