25 de mayo de 2020

María Carmen Buelga Otero. Buenos Aires. Argentina. Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
La pandemia impacta fuertemente en la educación y afecta a toda la sociedad, pero genera mayor desigualdad en las niñas, niños y adolescentes de familias de bajos recursos económicos.

La emergencia sanitaria internacional desatada por el COVID-19 genera en la población grandes cambios que impactan en las actividades familiares, sociales, laborales y educativas. En esta última los niños/as y adolescentes conforman una población vulnerable, por lo que al decretar la aislación como prevención del contagio se cierran las escuelas y estas empiezan a funcionar a distancia o sea por medio de la tecnología, donde los docentes imparten las temáticas de acuerdo al nivel que cursan y las currículas. 

Esta medida ha demostrado ser muy efectiva en cuanto a la reducción de contagios y se aplica en todos los países que la pandemia los afecta. Ahora, el cierre de las escuelas es positivo dado que es la forma de implementar la seguridad de los estudiantes ante la situación que se vive. También es importante señalar que genera problemáticas educativas como socioeconómicas que es necesario analizar.

Consideramos la importancia del cuidado de los niños, niñas y adolescentes ante la pandemia causando el cierre de las escuelas, a causa de ello, esta suspensión es un interruptor del rol que cumplen las escuelas al ser los ámbitos de socialización para los estudiantes y para los miembros de la sociedad al ser un espacio de relaciones interpersonales, hay un impacto mayor en las comunidades de bajos recursos económicos, dado que la escuela es un lugar en el que puede compartir y ser parte de un grupo con sus pares en juegos, reuniones y actividades lúdicas. Ante esta situación surge la iniciativa del uso de la tecnología, como el e-learning o las plataformas de enseñanza virtual, esto significa mantener las clases a distancia y permite a los alumnos acceder a los distintos materiales pedagógicos desde sus hogares usando sus PC e Internet, siendo este el medio de evitar la discontinuidad de la enseñanza.

Ante esta situación escolar familiar surge un escenario en el cual muchos padres no estén formados para acompañar en la enseñanza al docente, como otros que al tener una carrera terciaria o universitaria si lo pueden hacer, agregamos las situaciones de familias de bajos recursos económicos lo que ocasiona una desigualdad en el rendimiento académico de los alumnos al no tener acceso a la tecnología o sea a Internet y plataformas virtuales.

Surge una realidad y es que cada escuela establece su propio plan de adaptación buscando una “normalización” de clases, tareas y pruebas todas por medio de la tecnología y es donde se establece la desigualdad con los estudiantes que no tienen acceso a plataformas on-line, ya que no pueden ingresar a las clases que imparten los docentes, como recibir las tareas a realizar, siendo esto un obstáculo para continuar con el aprendizaje curricular.

A esta problemática hay que sumar que no todos los hogares tienen computadoras adecuadas y muchas familias tiene una sola, cuando tienen más de un hijo se complica al momento de realizar convenientemente las tareas exigidas. También se agrava si no hay adultos que tengan formación o experiencia en la utilización de estas herramientas.

Dentro de este contexto podemos analizar la desigualdad que visualizamos ante la pandemia y ver como se supera la misma para encontrar mayor igualdad en las sociedades, y así dar la oportunidad a todos los alumnos de un eficiente proceso de aprendizaje que le permita el desarrollo personal y autonomía para la sustentabilidad de su bienestar.