6 de junio de 2019

M. Sc. Raquel Villafrades Torres Profesora Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Bucaramanga Colombia
En esta nota de divulgación se explican, brevemente, los contaminantes atmosféricos más abundantes, sus efectos en la salud y el ambiente y las medidas que desde lo individual y en el ámbito educativo se pueden tomar para contribuir a minimizar la generación de estas sustancias.

“…Y aunque no podamos poner fin ahora mismo a nuestras diferencias, al menos podremos ayudar a que el mundo sea seguro para la diversidad. Porque el análisis final es el siguiente: nuestro vínculo común más básico es que todos vivimos en este pequeño planeta. Todos respiramos el mismo aire. Todos apreciamos el futuro de nuestros hijos. Y todos somos mortales”
John F Kennedy (1963). Citado por Jeffrey Sachs en La era del desarrollo sostenible (2015)

El aire, soporte de vida, es una solución gaseosa cuya composición aproximada es oxígeno molecular 21%, nitrógeno 78% y argón 1%. Ibáñez (2013) señala que dentro de las principales fuentes de contaminación del aire están los procesos de combustión, a nivel industrial, los servicios comerciales, la explotación de recursos naturales y los procesos naturales no mediados por actividades humanas, pudiéndose clasificar los contaminantes atmosféricos más abundantes en diez grupos así:

  • El dióxido de carbono (CO2) y el monóxido de carbono (CO). Estos compuestos químicos son producto de las reacciones de combustión, por ejemplo de combustibles fósiles o biomasa, no obstante, el primero proviene, principalmente, de reacciones de combustión completa y como producto de procesos metabólicos, mientras que el segundo se asocia a la combustión incompleta de compuestos de carbono resultando peligroso pues cuando lo respiramos por accidente este se une a la hemoglobina impidiendo el acceso de oxígeno a las células , a las que entrega una sustancia tóxica, con lo que viene la muerte por asfixia (Chamizo y Garritz, 2001). A su vez el dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero, estos gases, al liberarse de forma excesiva mediado por actividades humanas, generan inestabilidad en el sistema climático y calentamiento del planeta.
  • Óxidos de nitrógeno (NO, NO2 y N2O). Estos óxidos gaseosos se pueden generar o transformar en la atmósfera. El NO2 es precursor de fenómenos como la lluvia ácida y el esmog 1 fotoquímico producto de un conjunto de reacciones químicas relacionadas con la combustión incompleta, mal funcionamiento de los motores de gasolina y la luz solar.
  • Óxidos e iones de azufre (SO2, SO3 y SO42-). Los combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural o el carbón contienen azufre que al oxidarse genera, de forma primaria, dióxido de azufre (SO2) y de forma secundaria las demás sustancias. También se pueden generar en procesos industriales como la fabricación de pulpa de madera.
  • Oxidantes fotoquímicos. Son contaminantes secundarios, o sea, se forman a partir de otras sustancias contaminantes. El principal es el ozono (O3) que en las altas capas de la atmósfera nos protege de la radiación ultravioleta pero que a nivel de la troposfera se forma, ayudado por la luz solar, a partir de óxidos de nitrógeno. El ozono produce irritación en el tracto respiratorio cuando su concentración aumenta en el aire.
  • Partículas y aerosoles. Provenientes de erupciones volcánicas, incendios forestales, actividades industriales y metalúrgicas, entre otros.
  • Compuestos metálicos, metaloides y sus vapores. Son partículas o vapores de elementos químicos como el plomo, mercurio, arsénico, níquel, berilio y cobre, generados en procesos de combustión, desgaste de motores, componentes de aceites lubricantes y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos RAEE.
  • Hidrocarburos policíclicos aromáticos y sus derivados como el antraceno o el pireno vinculados a las emisiones vehiculares y a la refinación del petróleo, pueden reaccionar con diferentes sustancias químicas, incluido el ozono, e inducir actividad mutagénica.
  • Compuestos orgánicos volátiles, VOC. Incluyen el metano (CH4) contaminante natural y gas de efecto invernadero, además de otros compuestos oxigenados reactivos como aldehídos, cetonas o esteres, muchos de los cuales son clasificados como contaminantes peligrosos del aire.
  • Hidrocarburos halogenados y compuestos orgánicos policlorados. Usados como solventes, por ejemplo el cloroformo o el tetracloruro de carbono, incluyen además los clorofluorocarbonos CFC causantes del adelgazamiento de la capa de ozono y cuyo uso ha sido regulado a través del protocolo de Montreal.
  • Seminario Taller sobre Elaboración de Artículos

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  • Radionúclidos. Su presencia se debe al gas natural, a los desechos de reprocesamiento de combustible nuclear y a las emisiones de depósitos naturales de uranio que liberan radón, un gas noble radiactivo. Chamizo y Garritz (2001) señalan que el uranio-238 forma parte del suelo y las rocas (como pizarra y granito) en una baja proporción, sin embargo, llega el momento en el que como parte de su cadena de desintegración radiactiva se genera radón-222, al ser un gas sale del suelo hacia la atmósfera; pero si nuestra casa está en su camino y existe alguna rendija en los cimientos, o si se forma precisamente de un poco de polvo que entró por la ventana y está debajo de la alfombra, ya tenemos una sustancia radiactiva dentro del hogar. El radón puede generar cáncer de pulmón y se recomienda mantener la casa siempre ventilada.

La calidad del aire al interior de los hogares también se ve afectada por la presencia de vapores de sustancias como pinturas, removedores, productos de limpieza, pesticidas, desinfectantes, ambientadores, productos para autos y de combustión provenientes de chimeneas, estufas o calentadores (Ibáñez, 2013)

La contaminación del aire puede generar problemas respiratorios como el asma, la bronquitis o la neumonía debido a efectos en la función pulmonar como el estrechamiento de las vías respiratorias y reducción del flujo de aire ocasionado por los contaminantes. Asimismo, efectos cardiovasculares como incremento de enfermedad de las arterias coronarias, ritmos cardiacos anormales e insuficiencia cardíaca congestiva. Los efectos sobre las plantas incluyen dificultad para realizar la fotosíntesis, aparición de manchas en las hojas, defoliación, necrosis y en los materiales los efectos están vinculados al deterioro y corrosión de los mismos (IDEAM, 2012)

 Aceptando la invitación para que en este día internacional del medio ambiente generemos acciones de cambio para minimizar la contaminación del aire y teniendo en cuenta que los Objetivos del Desarrollo Sostenible conforman una herramienta poderosa que implica no sólo a los gobiernos sino a las empresas privadas, los líderes de la sociedad civil, los científicos y, por supuesto, los estudiantes de todo el mundo frente a la necesidad de aprender a vivir de un modo sostenible (Sachs, 2015), podemos frente al uso de energías no contaminantes proponer actividades, desde el aula de clases, que apoyen el manejo racional de los recursos energéticos y el desarrollo sustentable así:

  • Hacer el ejercicio de calcular la huella ecológica y reflexionar sobre el impacto del uso de combustibles fósiles en esta.
  • Diseñar o implementar recursos educativos multimedia, REM, sobre el impacto ambiental ocasionado por los gases de efecto invernadero (GEI) o por el fenómeno de lluvia ácida a raíz de la combustión del carbón y el petróleo.
  • Hacer campañas de difusión sobre el uso de las energías renovables en el establecimiento educativo con una posible extrapolación al hogar de cada estudiante.
  • Usar fragmentos literarios o textos de divulgación científica que logren sensibilizar y tomar conciencia ambiental frente al cuidado de nuestro planeta.
  • Desarrollar un Proyecto Institucional del tipo Agenda Ambiental Escolar (Otero, 2010) para conmemorar fechas alusivas al ambiente, por ejemplo, el 5 de octubre es el día del aire puro en el que se pueden difundir acciones cotidianas que ayuden a minimizar la generación de GEI como: compartir el auto, procurar caminar si las distancias son cortas y bajar el consumo de productos, en general, pues la fabricación de todo artículo en alguna parte de su proceso de producción requiere el uso de combustibles fósiles.

Tal como lo expresa en su mensaje el Secretario General de la ONU António Guterres: Es hora de actuar con contundencia…tomemos todos medidas para respirar tranquilos. Desde presionar a los políticos y a las empresas hasta cambiar nuestros propios hábitos, todos podemos reducir la contaminación y ganar la partida al cambio climático.

Referencias:

 

1 De la palabra en inglés “smog” resultante de la fusión de las palabras smoke (humo) y niebla (fog).