28 de febrero de 2021

Edwin Oswaldo Flores Lazo. San Miguel, El Salvador. Comunidad de Educadores de la Red Iberoamericana de Docentes.
En los siguientes párrafos se hace una breve reflexión sobre las implicaciones que tiene reducir la brecha digital más allá del equipo y acceso a internet y los desafíos que tiene para un país alcanzar dicho objetivo.

El gobierno de El Salvador con visto bueno y asesoramiento de las Naciones Unidas ha dado muestras de un paso agigantado en la reducción de la brecha digital. Se han adquirido computadoras personales con acceso a internet para todos los estudiantes del sistema público del país y para los respectivos docentes. En una primera fase se entrega en plena algarabía electoral el equipo para todos los estudiantes de educación media. En palabras del mandatario a través de las redes sociales manifestó “En menos de un año, desapareceremos el 100% de la brecha digital”.

Esta noticia, sin duda alguna, llega de manera oportuna no sólo por el ambiente electoral que atraviesa el país, sino porque se encuentra en medio de una pandemia en donde hasta el mes de febrero se empiezan a poner las vacunas al personal de primera línea y no se vislumbra a corto plazo la apertura de los salones de clases sino hay garantías de inmunidad a los estudiantes. Por lo tanto, luego de algunas estrategias como guías a través de redes sociales y programas de televisión para los niños del sector público, noticias como esta son recibidas con gran regocijo y agradecimiento por la comunidad estudiantil y el país en general.

II Congreso Iberoamericano de Docentes. Docentes frente a la pandemia

Ahora bien, cuando se habla de brecha digital se hace referencia a 3 componentes. El primero de ellos es la brecha de acceso, en donde todas las personas tengan la capacidad adquisitiva del préstamo al menos de una computadora y el acceso a internet. En un dado caso que las computadoras sean entregadas a todos los niveles en el país al menos este primer componente estaría completo. Aún falta evaluar cómo funcionará dicha red en las zonas rurales donde el internet es inaccesible para las compañías telefónicas y la red inalámbrica del país.

El otro dilema que todavía hace falta que responder, sin caer en pesimismo sobre el discurso triunfal del presidente se refiere a dos aspectos no menos importantes del cierre de la brecha y esta hace referencia a la brecha de uso (habilidades digitales) y la brecha de calidad de uso (navegar internet, encontrar contenido de calidad y aprovechar el máximo las posibilidades de la red). Entre las estrategias que se implementaron son una capacitación masiva de docentes Google Classroom el año pasado, la cual fue más producto de un tema de acreditación que de un acompañamiento personalizado para garantizar el verdadero uso de las herramientas digitales.

El escenario en las escuelas públicas dista mucho de la realidad, una buena cantidad de docentes de la generación Baby boom y generación X que todavía no han podido capacitarse o la capacitación masiva no tuve el efecto que se esperaba de adquisición de competencias digitales para sacar el provecho esperado. Muchos de estos formadores han sido un tanto escépticos e indiferentes a estos procesos, ya que están esperando la oportunidad de jubilarse, pero un sistema de pensiones injustos y una vulnerabilidad social para los jubilados y adultos mayores en el país no facilita dar ese paso tan dramático para muchos educadores en su culminación laboral como profesionales. Al respecto, el seguimiento, supervisión y acompañamiento de este proceso será un dato interesante para ver su evolución a lo largo del tiempo y será interesante aprender cómo ha diseñado dicha estrategia el Ministerio de Educación para garantizar un máximo aprovechamiento de recursos.

A este fenómeno se le agrega una población de niños, niñas y adolescentes de escuelas rurales que nunca han tenido acceso a computadoras, clases de computación y formación digital preliminar que permita hacer esta conexión de forma automática con los maestros una vez que esta herramienta sea entregada. Por lo tanto, el uso efectivo docente no es el único dilema e imperativo de la estrategia sino el empoderamiento y uso efectivo de parte de los estudiantes. De acuerdo a los datos que se encuentran en organismos internacionales el 100% de la población rural ya tiene luz eléctrica en el país, no obstante, hay un porcentaje que no lo alcanzan las estadísticas pero que son el testimonio de nuestros docentes que trabajan en el área rural en donde no hay energía eléctrica y entonces la estrategia de la computadora e internet no es el único reto, sino que hay necesidades más apremiantes en esos hogares y será interesante conocer la estrategia gubernamental en tales casos.

Otro de los aspectos y no menos importante, se refiere no sólo a la infraestructura digital sino a los contenidos en sí mismos, en el país hay programas de estudio que hace 20 años no han sido renovados y, por lo tanto, también se hace un imperativo su actualización si se quiere sacar el mayor provecho posible y fortalecer la educación de calidad, que permita actualizar contenidos mínimos mientras en otros países ya se habla de inteligencia artificial y los dilemas de las ciencias tecnológicas, sumado a que en el país todavía se tiene grandes retrocesos en temáticas de género, medio ambiente y tantos otros que también son urgentes en la agenda de objetivos de desarrollo del milenio.

La pandemia ha facilitado entre otras cosas virtualizar una serie de procesos, productos y servicios y hay una predisposición de parte de la población a abrirse a escenarios virtuales cada vez más. Al respecto el proyecto Going Digital de la OCDE identifica siete dimensiones de política claves para que la transformación digital favorezca el crecimiento y el bienestar: 1) ampliar el acceso a tecnologías digitales; 2) reforzar su uso efectivo; 3) fomentar la innovación digital; 4) garantizar trabajos de calidad para todos; 5) promover la prosperidad social; 6) reforzar la confianza; y 7) favorecer mercados abiertos (OCDE, 2019a). Al entregar las computadoras se ha logrado al menos el primero, veremos qué pasa con los siguientes de ahora en adelante.

En este sentido hay una serie de situaciones que van de la mano para que esta trasformación digital favorezca el crecimiento y bienestar, en medio de un escenario de pobreza, sobreendeudamiento, violencia social, desempleo y tantas desigualdades sociales, iniciativas como estas, vienen a dar una luz de esperanza a un pueblo que anhela transformaciones profundas como país y no sólo programas de gobierno como se ha venido manejando. Además, el Banco Mundial a la vez hace referencia a el desafío de cerrar la brecha digital para combatir la pobreza, pero a la vez considerando que “la asistencia directa a los sectores más vulnerables probablemente será necesaria por algún tiempo más y también será fundamental reducir el endeudamiento público hasta niveles sustentables” (Jaramillo, 2020). El reto es grande y la oportunidad es apremiante para traducir este esfuerzo en una realidad concreta que no sólo necesita computadoras e internet, sino una verdadera reforma del sistema educativo, docentes altamente capacitados y comprometidos y un país que quiera apostarle más que a una estrategia de gobierno a una visión de estado a largo plazo.

Bibliografía

Jaramillo, C. F. (16 de Octubre de 2020). Cerrar la brecha digital para combatir la pobreza en América Latina y el Caribe. Obtenido de Banco Mundial: https://blogs.worldbank.org/es/latinamerica/cerrar-la-brecha-digital-para-combatir-la-pobreza-en-america-latina-y-el-caribe