15 de junio de 2022
Parque de Huerta Otea (Salamanca) Sergio Fuentes Antón, Author provided

Sergio Fuentes Antón, Universidad de Salamanca

Aumentar las zonas verdes de las ciudades cumple con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que entre otras cosas disminuye emisiones contaminantes y frena la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, también tiene efectos colaterales para los alérgicos al polen.

Eso no quiere decir que crear zonas verdes y espacios al aire libre sea contraproducente, ni mucho menos. Pero convendría hacerlo con criterio y elegir especies poco alergénicas para parques y jardines urbanos.

Agenda para el Desarrollo Sostenible

La Agenda para el Desarrollo Sostenible comprende una serie de medidas con las que los gobiernos de todo el planeta pretenden acabar con algunos de los problemas más inmediatos de la sociedad. Objetivos humanitarios y sociales como erradicar el hambre y la pobreza, educación de calidad para todos los niños y niñas o lograr la igualdad entre géneros son algunos de los 17 objetivos de este programa mundial, iniciado en el año 2015.

Junto a estos puntos generales, que continúan algunas medidas propuestas en los llamados Objetivos del Milenio, se añadieron nuevos puntos de actuación como la lucha contra el cambio climático, protección del medio ambiente y medidas para la sostenibilidad energética.

Desde que arrancó esta Agenda, las ciudades han comenzado a modificar sus entornos urbanos. Entre las principales actuaciones de muchos ayuntamientos destacan la creación espacios y zonas verdes, el aumento de las zonas de recreo al aire libre y el aumento de zonas peatonales, con la correspondiente decoración vegetal y ajardinamiento de dichas calles.

Todas ellas son medidas destinadas a la disminución de emisiones contaminantes, al mantenimiento y conservación de ecosistemas terrestres y a frenar la pérdida de diversidad biológica. Pero, simultáneamente, estas acciones tienen un impacto directo sobre un sector de la población que, desgraciadamente, está en aumento: los alérgicos al polen.

Media humanidad sufre alergias

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, para el año 2050, las alergias afectarán a la mitad de la población mundial. De hecho, a día de hoy, esta predicción prácticamente se está cumpliendo, evolucionando a una velocidad mayor de la esperada.

La aparición de nuevas zonas verdes y el estar rodeados de forma más continuada por plantas y árboles propicia que la población tenga una sobreexposición a granos de polen, lo que puede desencadenar nuevos cuadros de alergia.

¿Quiere decir esto que algunos de los puntos de la agenda 2030 son perjudiciales para la humanidad? En absoluto. Pero sí que una decisión incorrecta o tomada desde el desconocimiento puede afectar a más personas de las que se quiere ayudar.

En todo este asunto, los alérgicos son daños colaterales del beneficio de la creación de zonas verdes y espacios al aire libre.

Cómo elegir qué plantar en las zonas verdes

Los árboles más comúnmente utilizados en ciudades suelen ser el plátano de sombra (Platanus x hispanica), el fresno (género Fraxinus), los cipreses y arizónicas (Cupressus) y, cada vez más, el olivo (Olea europaea). Estos árboles son plantados por motivos funcionales, como dar sombra en verano (plátano de sombra), o servir como barreras naturales (setos de cipreses).

El problema radica en que todos ellos tienen en común el ser especies muy alergénicas. El polen que producen causa muchos problemas a personas alérgicas, generando durante los diferentes momentos de su floración los diversos síntomas de la rinitis, la conjuntivitis y, más seriamente, el asma.

Además, hay que añadir las ya conocidas gramíneas que, junto a otras plantas herbáceas, están presentes de forma masiva en todos los parques y jardines.

Diversidad de plantas herbáceas presentes en una zona de paseo de Salamanca. Sergio Fuentes Antón, Author provided

Periferia y centro de la ciudad

En el año 2020 se publicó un estudio llevado a cabo en la ciudad de Salamanca donde, durante dos años, se analizó la cantidad de polen en el aire, comparando dos zonas con arbolado y vegetación diferente (el centro de la ciudad y una zona en la periferia).

El estudio concluyó que las concentraciones de polen en ambas zonas no eran homogéneas, como se esperaba encontrar debido a su dispersión por el aire.

Los resultados mostraron un predominio de polen de fresno y ciprés en la zona más natural frente al interior, donde estos árboles están menos presentes.

Por el contrario, en el centro, olivo y plátano de sombra fueron más comunes, aunque los valores de este último, al estar muy presente por toda la ciudad, se alternaron de un año respecto al otro, obteniendo valores similares en el gráfico.

Concentración de granos de polen en el aire de Salamanca (conjunto de dos años) Environmental Monitoring and Assessment volume 192, Article number: 414 (2020).

Las gramíneas, debido a su presencia generalizada en todas las zonas verdes, campos y áreas de cultivo, registraron una mayor presencia en las afueras, pero también fueron muy abundantes en el centro de la ciudad.

Evitar el aire libre cuando sopla el viento

Dependiendo de la sensibilización de la población y su nivel de alergia, habrá zonas en la ciudad donde sus síntomas serán más fuertes y otras donde sus síntomas serán más débiles.

Los datos no son siempre los mismos, ya que pueden variar enormemente de un año a otro. Factores como la lluvia, la temperatura o el viento pueden hacer que la carga de polen en la atmósfera aumente o disminuya notablemente.

Ahora que llega la primavera, es recomendable no permanecer mucho al aire libre en días ventosos o hacerlo a las horas en las que el polen está en menor cantidad en el aire.

El correcto mantenimiento de parques y jardines, podas y siega de césped en las épocas adecuadas, puede aliviar en gran medida el efecto del polen sobre la salud.

Pero sin duda, una de las principales medidas es tener en cuenta a la población alérgica y plantar especies como almendros o ciruelos de jardín, falsa acacia o pinos. Se trata de especies que no generan tantos problemas respiratorios, sus copas dan buena sombra y su floración decora toda la ciudad.The Conversationhttp://theconversation.com/es/republishing-guidelines —>

Sergio Fuentes Antón, Profesor de Didáctica de las Ciencias Experimentales, Universidad de Salamanca

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.