22 de marzo de 2020

Ivonne Fabiana Ramírez Martínez, César Maldonado Sanabria. Juan Richar Villacorta. Sucre, Bolivia
La exclusión social de los adultos mayores va en incremento, posiblemente debido a la invasión de la tecnología cotidiana en la administración pública, servicios, banca y otros. Las políticas públicas deben impulsar procesos educativos inclusivos tempranos que incrementen la plasticidad neuronal en este grupo.

Introducción
 
La comunicación es fundamental para la sobrevivencia humana. Los procesos adaptativos en las ciudades son parte de la comunicación. La actividad cognitiva y la social se reducen a medida que se envejece, esto cambia los hábitos de vida hacia rutinas más monótonas.

La comunicación neuronal, es decir las sinapsis o transmisión de información se produce a través de contactos funcionales, movilizando los procesos sinápticos que activan la memoria y el aprendizaje, y a su vez, la memoria y el aprendizaje modifican el cerebro, es decir que el cerebro se reinventa permanentemente. Sin embargo, cuando las experiencias cotidianas son muy pobres en cuanto a exposición a situaciones nuevas que plantean desafíos, el cerebro conserva sólo las sinapsis suficientes para funcionar mínimamente, eliminando aquellas que no se usan, con lo que el deterioro es mayor a falta de interacciones cognitivas y sociales.

La plasticidad neuronal como flexibilidad del cerebro, donde unas neuronas nacen y otras mueren, ocasiona cambios en las dendritas de su patrón de ramificación o son podadas, las sinapsis se crean, se dividen, se eliminan o se hacen más o menos potentes, todo dependerá de las demandas del entorno y cómo las demandas de la tarea exigen al ser humano a adaptarse al entorno y resolver los problemas de su contexto.

Uno de esos retos a los que los adultos mayores se ven expuestos es la invasión de la tecnología en todos los espacios de la vida cotidiana, esto deja a los adultos mayores desinformados y marginados a un mundo físico cada vez más vacío, silencioso y pasivo. Este hecho presenta en los adultos un desafío de adaptación, por el uso de estas tecnologías o el paulatino ostracismo, con lo que llega el total anquilosamiento neuronal y de las capacidades comunicativas relacionadas a la cognición.

Estereotipos como … “Tengo miedo agarrar el celular “ o , …” me dificulta ver las teclas” , “me da vergüenza que mi nieto pueda y yo no ” o “sólo necesito que alguien me ayude a sacar un ticket en el banco, porque no sé cómo hacerlo con estos nuevos sistemas”, “aprender? … para qué ya a mi edad …” son algunas de las respuestas que recogimos de las personas entrevistadas.

Esta es una actitud frustrante; el otro hecho pudiera ser que los adultos mayores acudan continuamente a los que manejan estas tecnologías, con lo que se someten a la edad de la niñez, en la que los demás hacen todo por ellos, sin quizás, darles los desafíos de que sigan creciendo en las habilidades.

El objetivo del artículo es reflexionar sobre la prevención desde etapas más tempranas mediante la aplicación de procesos educativos comunitarios que incidan sobre el nivel motor, cognitivo, socioafectivo y que eviten la exclusión del adulto mayor de la vida social.

Metodología
Se aplicaron conversatorios en profundidad con adultos mayores sobre tres aspectos importantes: sus pensamientos y percepciones sobre la tecnología, su sentimiento frente a ella y su conducta frente a artefactos como la computadora, el celular y los equipos en bancas, hospitales y otros aparatos tecnológicos que registran datos para pago de sus rentas y de sus impuestos o sus citas médicas.

Participaron 2 grupos de 14 adultos mayores de ambos sexos y se aplicó la metodología que proponer Gonzáles (1999) para analizar los planos de los conversatorios, el conceptual, el afectivo y el simbólico.

Resultados

En los conversatorios se puede observar que intervienen factores de personalidad, contexto y factores socioeducativos comunitarios en torno de la era digital. Esto supone un bloqueo para las personas adultas mayores.

Las mujeres presentan más bloqueos en el uso de la tecnología. Aunque tienen menos temor y vergüenza. Los varones conservan más la curiosidad por objetos nuevos. Ellos hacen más transacciones bancarias. El nivel educativo previo favorece para continuar aprendiendo y adaptándose.
 
Los estereotipos de ser viejo e inservible, la vergüenza de hacer el ridículo, el temor a dañar el equipo junto a las limitaciones neurofisiológica sensoriales y motrices se destapan de las respuestas recogidas en el grupo. A esto se suma el sentimiento de inutilidad en el sentido de que como viejo será incapaz de acceder a su uso y a su eventual dominio. La tecnología margina a los viejos y ellos se siente marginados frente a la tecnología

La personalidad: se puede observar que hay personas menos abiertas a los cambios, y el uso de la comunicación por el paso de la telefonía fija al celular no es una excepción para arraigarse a lo “de siempre”. En este sentido, incluso su vivencia de tradición se les convierte en pasajero, lo que provoca una crisis de continuidad, frente a los raudos cambios provocados por el uso y la aparición de las tecnologías. La resistencia natural al cambio se puede ver también en otras esferas donde no hay interés por explorar cosas nuevas y aplicarlas. Esto se observa en quienes se encuentran institucionalizados.
 
 El aprendizaje: este va de la mano de lo anterior. Si no hay mente abierta para los cambios, no se puede aprender nada nuevo. El miedo a la novedad, la creencia de que esa novedad es impenetrable e inalcanzable, por el aspecto cognitivo, provoca más frustraciones y aislamiento. Se observa que la falta de conocimiento de los equipos, tamaños, tipos, usos, es otro factor que influye en la falta de acceso al uso de los recursos digitales. El convencimiento creciente de que ellos no pueden dominar eso nuevo provoca, a su vez una pérdida de poder, seguridad y la traslación de que esta generación se convierte a ritmos acelerados en una generación inútil e ignorante.

Las capacidades sensoriales y motrices: el hecho de que los aparatos no estén acondicionados a las capacidades físicas debido a la edad, como son la limitada visión, dominio de pinza fina, la coordinación con los dedos o la velocidad óculo motora son factores que influyen en que muchos queden excluidos del uso de nuevas tecnologías. Y la tecnología, desde su fundación no es amiga de la lentitud, ni siquiera de la paciencia, pues basa sus fundamentos en la rapidez y en la innovación raudas.

El medio social: en cada contexto la construcción del adulto mayor es diferente, y envejecer tiene mayor o menor protagonismo según culturas, que para el caso del la tercera dimensión, se ve menos favorecida, mientras las sociedades tienen menor grado de desarrollo socioeconómico. De ahí que adultos mayores de comunidades desaventajadas tienen en este periodo doble analfabetismo, el no saber leer y escribir y el analfabetismo tecnológico. Esta es una doble marginación, doble incomunicación y una infinita frustración.

 Las sociedades donde los adultos mayores podían ser consejeros y sabios, dueños de la experiencia van desapareciendo para dar curso al dominio de las nuevas tecnologías en las que las nuevas generaciones ya no acuden para consejo o apoyo a los adultos mayores, sino a sus nuevos aparatos y a sus contenidos.
 
Por ello es importante prevenir antes que lamentar, mantener la mente activa y desafiada es recomendable a cualquier edad y, en especial, en los adultos mayores que pudieran presentar un deterioro cognitivo asociado a la edad.

Conclusiones

 Las nuevas tecnologías promueven la salud cognitiva, ya que toda actividad en la cual tenemos que aprender implica la formación de nuevas neuronas y conexiones, pero la evidencia científica aún no es contundente. El uso y el acceso a las tecnologías no debería convertirse en frustración ni en la creencia de que los adultos mayores son poco menos que pithecanthropus en estas esferas, sino que son llamados a ser habitantes protagónicos en sus usos y procesos, de modo que los procesos cognitivos en los adultos mayores con sean deterioros radicales y que sus adaptaciones sociales no se conviertan en aislamientos.

Hay acuerdo en señalar que cualquier actividad que desafíe al cerebro y promueva la interacción social y física (como las nuevas tecnologías) son positivas para la salud del adulto mayor.
 
Influenciar personalidades rígidas a las adaptaciones nuevas desde edades más tempranas sería el ideal; el ejercicio continuo de desafíos puede formar el hábito de no dejarse ni quedarse ni de dejarse dominar por el simple miedo o la novedad. Las personas más flexibles y propensas a los cambios hacen uso de móviles a fin de conservar la comunicación con los hijos o nietos, con los grupos a los que pertenecen y a los que no pueden acudir físicamente. Hacerlos partícipes de las redes sociales, facebook, youtube, twitter, instagram, whatsapp, lectura de noticias y hasta memes, apoyan la conservación de redes neuronales. Se ve que la soledad es un factor que adelanta la eliminación sináptica por falta de exposición a estímulos nuevos que activen procesos sinápticos mayores.
 
Estimular al sensorio, con exposiciones a estímulos visuales, auditivos, permanentes que conserven conexiones neuronales activas. Esto mediante la exposición permanente a estímulos mediante la pantalla digital de los móviles, los cajeros de bancos, otros dispositivos públicos.
 
Evitar el procesamiento cognitivo lento mediante el contacto temprano, es decir en el periodo previo a la adultez mayor, ejercitar la atención a los estímulos de los equipos digitales, trabajar la memoria inmediata y diferida con énfasis en la inteligencia kinésica. En estos procesos ayudarían los modos memorísticos y mnemónicos tradicionales que no basan la memoria en datos anotados, sino en los depósitos mentales, repetidos y recreados una y otra vez.
 
Ejercitar el control neuromotor, la coordinación óculo manual mediante el contacto con móviles, tabletas, teclados, pantallas digitales para conservar las capacidades sensoriomotrices finas que requieren trabajo de los dedos sobre todo índice y pulgar.
 
Capacitación permanente para superar el temor a lo desconocido, el trabajo de que la novedad no rompe la tradición ni deja el pasado en el vacío y de que el futuro es inaccesible para su generación; y eliminar el miedo para ello exponer a los nuevos tamaños de los equipos, modelos más simples, teclas con íconos más atractivos, familiaridad con los equipos.

Mediar este trabajo con vínculos afectivo-volitivos, definiendo objetivos de acercarlos a sus familiares trabajando por estos medios a recuperar vínculos afectivos con familiares, amigos o intereses inmediatos como lectura de periódicos y otros.
 
Las políticas públicas deben efectivizarse en el equipamiento y educación continua al adulto mayor en el manejo de medios digitales para preservar la calidad de vida del adulto mayor. Este es un llamado para que las instituciones atiendan a los adultos mayores no sólo en la fundación de asilos, sino en la adaptación a los modos y mundos nuevos basados en las tecnologías.

Es importante que en determinadas zonas de la ciudad se instalen zonas de wifi libres y se pongan equipos disponibles para el aprendizaje de los adultos mayores. Los clubes de adultos mayores dependientes del municipio tienen esa tarea y su rol sería preservar esos espacios evitando restar una participación y ejercicio pleno de sus derechos.